Lo que le falta de estatura -debido a una discapacidad congénita de nacimiento- le sobra de voluntad, sacrificio y constancia. Esta ceutí es un buen ejemplo de que, por muy torcidas que puedan venir las cosas, nunca hay que perder la fé en la vida y mantener un espíritu de superación que en su caso particular le ha permitido labrarse su propio futuro.
Estrella Heredia Heredia (Ceuta, 1963) no tuvo una infancia fácil ya que el fallecimiento de su madre hizo que se tuviera que criar con sus abuelos y, encima, sin contar con la complicidad de sus otros dos hermanos, que se fueron a vivir a Málaga con otra abuela.
Además, a los dos años, sus padres se dieron cuenta de que tenía una discapacidad al no poder caminar bien y no estar su estatura acorde con la edad. A pesar de todo, Estrella no le perdió la sonrisa a nada y comenzó una “batalla” contra las adversidades que le llevó a terminar el graduado escolar y luego a trabajar como vendedora en la Organización Nacional de Ciegos (ONCE), donde entró hace trece años.
Dio un paso más adelante implicándose con CCOO y, de hecho, ya ha cumplido siete años como delegada sindical de este sindicato en la ONCE, además de ser secretaria general de CCOO en esta misma organización.
Una charla con Estrella Heredia sirve para dejar claro que lo principal en su vida es que nunca la han discriminado y, ante eso, se ha ido sobreponiendo a todo. Es, sin duda, la historia de una luchadora. –¿Cómo pasas tu infancia?
–En el seno de una familia humilde, me crié en el Mixto y todavía sigo allí. Me fuí a vivir con mis abuelos cuando falleció mi madre y mis otras dos hermanas se fueron con otra abuela a Málaga. Aún así, fue una época muy felíz y como era la única niña de la casa tenía siempre todos los caprichos.
–¿Cuándo se dieron cuenta tus padres de tu discapacidad?
–Cuando yo tenía dos años y vieron que no podía andar. Yo recuerdo que ellos nunca me dijeron nada pero yo me daba cuenta por mi estatura de que algo no iba bien. Creo que en Ceuta el único caso de este tipo de discapacidad es el mío ya que no conozco otra persona con la misma.
–¿Cómo llevaste al principio lo de tu discapacidad?
–Siempre lo he llevado bastante bien porque nunca he tenido ningún problema ni me han discriminado en ningún sitio.
–¿Tuviste problemas de adaptación en el colegio?
–No, estudié en el Valle Inclán y lo que más me gustaba era la geografía y la historia y lo que menos las matemáticas. Tuve una adaptación bastante buena gracias a la ayuda de mis compañeros porque en aquella época los colegios no estaba adaptados para las personas con discapacidad y necesitaba de la ayuda de mis amigos para subir la escalera de mi clase. Pese a todo, no lo pasé mal en ningún instante gracias al apoyo de todo el mundo.
–¿Cómo se te dieron los estudios?
–Bien pero tuve que dejar de estudiar cuando llegué a séptimo. Sin embargo, luego me apunté en la Educación Permanente de Adultos para obtener el graduado y lo conseguí a la primera, por lo que logré mi graduado estudiando por las tardes.
–¿Es cierto que empiezas a trabajar con 35 años?
–Sí, porque antes me dedicaba a cuidar a mis abuelos y cobraba una pensión no contributiva. Sin embargo, cuando fallecieron mis abuelos tuve que trabajar y entré en la ONCE cuando tenía 35 años.
–¿Cómo estaba antes y cómo está ahora la ONCE?
–Las cosas han cambiado mucho, sobre todo por la incorporación de nuevos productos y por la crisis. Respecto a lo primero hay que decir que antes no estaban los cupones del sábado y del domingo, tampoco había rascas y, por supuesto, no contábamos con terminales. Ahora se han introducido estos cambios pero con la crisis cuesta mucho vender los cupones.
–¿Cómo debe ser una buena vendedora de cupones?
–Hay que conocer gente, estar todo el día en la calle para poder vender y ser una persona responsable en tu trabajo.
–¿Es un empleo duro por aquello de ejercerlo al aire libre?
–Sí, porque el frío y la lluvia nos afecta mucho porque el que tiene un quiosco está protegido pero es una profesión sacrificada.
–En tu caso, ¿Puedes presumir de tener una buena clientela?
–Sí, tengo muchos clientes fijos y eso ayuda. En Ceuta hay buenos compradores porque la gente no es muy supersticiosa.
–¿Está bien valorado un vendedor de la ONCE?
–Antes estábamos más pero ahora nos ven como a un trabajador más. En mi caso valoro mucho que nunca me hayan discriminado.
–¿En qué medida ha afectado la crisis a las ventas?
–Desde hace cinco años se nota mucho porque antes empezaba a vender a las nueve de la mañana y a las dos o las tres de la tarde lo tenía todo vendido pero ahora tengo que estar todo el día, lo cual requiere más esfuerzo. A la gente le cuesta más trabajo gastar y el que antes te compraba tres cupones ahora te compra uno y el que antes compraba a diario ahora no lo hace. Pero ésto pasa en Ceuta y en cualquier otro punto de España.
–Hablando del tema sindical ¿Cómo entras en CCOO?
–Entré en el 2005 porque nunca había estado muy de acuerdo con el sindicato que tiene la ONCE que es UGT ya que considero que defiende más a la empresa que a los trabajadores y no lo veía normal. Me incorporé a CCOO un año que había elecciones, hacía falta rellenar las listas y dije que me pusieran la última pero en ese año entramos una compañera y yo.
–¿Satisfecha de tu labor en este área sindical?
–Sí, se han conseguido algunas cosas pero no todo lo que quisiéramos. Todavía tenemos que mejorar las condiciones del trabajo y sería bueno equiparar los sueldos de los nuevos y que hubieran más contratos fijos. Además, harían falta más quioscos porque hay once y sería necesarios un mínimo de dos más.
–¿Te apañas bien en la casa con las labores del hogar?
–Sí, lo que peor llevo es cocinar porque no me gusta mucho pero me defiendo perfectamente. Sigo viviendo sola y no tengo ningún impedimento.
–¿Qué te gustaría dejar claro al término de esta entrevista?
–Que una discapacidad limita pero no mata.
“Si gano el María de Eza se lo dedicaré a las mujeres con discapacidad para animarlas a seguir adelante” PROpuesta. La trayectoria de Estrella Heredia no ha pasado desapercibida para la coalición Caballas, que la ha propuesto para el galardón “María de Eza” que distingue anualmente a la mujer ceutí del año y que se entrega el 8 de marzo.
Esta propuesta no se la esperaba. “Me ha cogido por sorpresa y estoy muy contenta porque siempre es un orgullo que se acuerden de tí. Me imagino que mi discapacidad, mi gran lucha y mi fuerza de voluntad habrán sido los motivos para dar este paso”, nos dice.
Hace cinco años CCOO ya incluyó su nombre en las aspirantes a este galardón. “Si lo ganara se lo dedicaría a las mujeres con discapacidad para animarlas a seguir adelante, es decir, sería un premio a todas las mujeres luchadoras”.
En el supuesto de lograr este premio nos deja claro una cosa: “no me gusta mucho hablar en público pero si gano algo diría”.
En este sentido, quiere dejar claro que en este posible agradecimiento, “incluiría a las mujeres que tengan cualquier tipo de discapacidad y las animaría para que nunca se vengan abajo así como que tampoco se vean inferiores a los demás”.
En relación a si es merecedora de este premio prefiere que opinen otros aunque Estrella afirma: “creo que sería un premio a la constancia por aquello de estar todos los días en la calle vendiendo cupones. Muchas personas de la zona de la calle Real y de Maestranza me conocen por esta misma circunstancia”.
No obstante, es agradecida con la formación Caballas. “Conozco a Juan Luis Aróstegui a través del sindicato y agradezco que hayan decidido proponerme porque es un orgullo muy grande”.