Lo que parece imposible en cualquier ciudad es normal en Ceuta. La promoción pública en su día de Huerta Téllez, compuesta por 206 viviendas y hoy privada, fue ocupada en cuestión de horas en su totalidad. Y dicen los políticos que no se puede hacer nada. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad aseguran que nada más pueden limitarse a identificar a las personas okupas. ¿Nada que objetar? Sí, algo sí, o mejor dicho, bastante, porque la ocupación se produjo durante toda la madrugada, la mañana y la tarde, a la vista de todos, como si se tratara de un campo sin vallar. Es evidente que una ocupación ya ejecutada no puede frenarse, ¿pero y la que vino después?, ¿y las subastas de las casas que hacían aquellos okupas que ya no las querían y solo buscaban hacer negocio?, ¿y esos vecinos y esos estudiantes del ‘Clara Campoamor’ que estuvieron soportando el ruido de las mazas todas estas horas? ¿Nada se podía hacer cuando se estaba cometiendo el delito a la vista de todos? Claro que sí, claro que se podía haber hecho porque existen precedentes, la Policía ha parado ocupaciones en Loma Colmenar, ¿cómo no se dieron órdenes para frenar la ocupación de toda una promoción? Es inaudito.
Desde la madrugada hasta casi el mediodía a mazazo. Por la tarde ocupación de trasteros y garajes. ¡Estamos hablando de más de 200 viviendas! ¡De vehículos que llegaban con muebles, camas, colchones, con los utensilios para instalarse en este lugar, y otros que se llevaban cableado y sanitarios! Si en un momento determinado la Policía hubiera recibido orden de acordonar el lugar, seguramente estaríamos hablando de la ocupación de unas viviendas, no de todas. Sí, es una propiedad privada, pero lo que no se puede consentir es la comisión de delitos a la vista de todos mientras se mira hacia otro lado. Ayer además de ocupaciones hubo amenazas, enfrentamientos, peleas, comercios ilícitos. Y nadie hacía nada.
Quizá faltó reflejos entre los mandos políticos y policiales, ellos deberán dar una respuesta. Lo que no se puede permitir es que los legítimos adjudicatarios de esas viviendas vean que otros se las van a destrozar y ocupar mientras que ellos además de perder un dinero están pagando un alquiler después de años de aguantar promesas y creer que su problema iba a desbloquearse. ¿Qué decirles ahora a esas personas?, ¿cómo garantizarles la protección que necesitan?, ¿y si mañana hacen lo mismo en otra promoción? Porque esto va a provocar un efecto cadena impresionante.
Otra cosa es que analicemos el problema de una promoción que ha pasado por muchas vicisitudes y el sufrimiento de muchas decenas de familias, que desembolsaron un dinero, que llevan años esperando y que nadie les dio una solución. En algún momento se acordaron de ellos en un pleno, se fue a Madrid para negociar con la SAREB, el ‘banco malo’ que creó el Gobierno, actual propietario de la promoción, se dieron buenas palabras y nadie más se preocupó por arreglar el problema.
En esta ocupación masiva ha existido, por un lado, las familias que hartas de esperar han decidido entrar en lo que consideran suyo (estos son algunos casos según algunas declaraciones de los que entraron) y otra mayoría que aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid para tener una casa de forma ilegal.
Desde luego, se ha creado un foco de problemas que dará más de un dolor de cabeza a las autoridades. Nada más que estamos adelantando que lo que no se ha sabido frenar con rapidez provocará más de un incidente. Los okupas defendían su derecho a una vivienda, aseguran que no pueden vivir más tiempo como ratas, que les hace falta una casa. ¿Y si ellos fueran los propietarios y otras personas arrebataran sus viviendas?, ¿no entienden que les han quitado las casas a otros que sí tienen derechos porque llevan esperando a ocuparlas más de diez años?, ¿que ellos no tienen la culpa de no tener la cédula de habitabilidad para disfrutar de su sueño?
Es indignante, esto no se puede permitir. Ceuta ha dado un mal ejemplo de ciudad sin ley, se ha dejado en manos de grupos organizados que ayer se encargaban de quedarse por la cara con viviendas de otras personas, que incluso se sorteaban allí mismo los pisos... ¿Pero esto qué es? Y ante esta comisión flagrante del delito ¿no se actúa?, ¿cómo se puede permitir tamaña desvergüenza? Pues ha ocurrido, a la vista de todos, aunque parezca mentira dando un muy mal ejemplo de un sistema parado, que no funciona, que obró mal.
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