Al Gobierno del PP le ha faltado la valentía que mostró el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, a la hora de abordar y valorar el asunto de los MENA
Aquí nos rasgamos las vestiduras cuando los empresarios copan cuatro portadas para denunciar que el Poblado se les hunde, y como la Ciudad ha jugado siempre a no ser clara, termina ofreciendo un discurso en el que no se casa con nadie sin hablar con firmeza y seguridad de un asunto que le compete desde que asumió las transferencias pensando que esto era otra historia. Dice Nieto que no estamos ante un “problema policial”, que no hablamos de “delincuentes” sino de niños que “sufren una tragedia”. Por tanto las soluciones que tienen que adoptarse deben ser adoptadas a otro nivel, bien lejos de las comparecencias de políticos locales que responden llevados por los nervios de los que les tosen. Porque aquí cuando se habla de MENA solo se hace para salir al paso de cuatro presiones mediáticas, no pensando en la forma real, adecuada, racional y sincera con la que se tiene que asumir un asunto de inmigración infantil que esconde, principalmente, auténticas tragedias y, también, problemas serios de convivencia con aquellos que no quieren adaptarse y a los que no se puede retener por la fuerza.
Hay que afrontar la situación de los MENA con la madurez y racionalidad debida
Llevamos años en los que políticamente no se han adoptado medidas serias, en los que se ha mirado hacia otro lado, en los que se han difundido discursos movidos solo por las presiones de determinados círculos, en vez de plasmar y difundir discursos valientes, acordes con una realidad que tenemos y que vamos a seguir teniendo. Lo que no nos pueden contar es milongas, más mentiras, o prometernos conclusiones de comisiones técnicas que chocan con una realidad fronteriza en una Ceuta que, primero, es un coladero y, segundo, tiene de vecino a un país que no nos reconoce como ciudad española y con el que va a ser siempre imposible garantizar la viabilidad de acuerdos que garanticen la vida del menor. Porque ojo, hablamos de niños por mucho que con el término MENA ocultemos la realidad que hay. A ver en que ley se apoyan los políticos locales que responden a impulsos por miedo para expulsar a niños si no pueden garantizar que se integren en su núcleo familiar y regresen al origen del que nunca debieron salir. Aquí no cambiaremos, seguro. Falta talla para llevar la contraria porque se tiene razón, sin dobleces ni discursos que se hacen según el momento.