El Teatro Auditorio no pudo llenarse para una obra que pretende ser un grito de libertad y protesta y que fue muy aplaudida por los espectadores que disfrutaron con ella
El Teatro Auditorio del Revellín se convirtió ayer en la redacción de El Universal para sumergirse en la vorágine de este diario en un periodo confuso con crisis de lectores y descenso en las ventas. Todo ello con un poco de intriga y sentido del humor que ponen Natalia Dicenta (Tatiana), Patxi Freytez (Nacho), Ana Ruiz (Minerva) y Javier Martín (Fuentes).
El Auditorio, con la mitad de las entradas vendidas, fue el escenario de la representación de una obra que versa sobre el mundo del periodismo, su poder, y los difíciles momentos que atraviesan los profesionales en un periodo complicado para el sector. Esta obra de teatro pretende ser un grito de libertad y protesta, contra el conformismo que hunde a la sociedad actual.
En la obra, que tiene un lenguaje cercano al cine, toma un papel fundamental Minerva, una brillante periodista que llega con ilusión de modernizar la edición digital y contribuir al relanzamiento de esta cabecera tras haber pasado por un ERE. Su relación con la directora, Taniana, da mucho juego al texto y consigue buenos toques de humor.
La obra fue muy aplaudida por el público que acudió al Auditorio y que tuvo la ocasión de reírse un rato y olvidar la crisis por unos momentos. Así, el objetivo marcado por el equipo artístico y el reparto está más que conseguido.