La cadena de supermercados de descuento de origen alemán Lidl ha acordado con la representación de su plantilla en la ciudad la tramitación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante un periodo de doce meses “a la espera de que las circunstancias que han abocado al mismo”, ligadas a una caída en las ventas que ronda el 60% con respecto al año pasado, “mejoren”.
Según han explicado fuentes de CCOO, para “reducir los perjuicios ocasionados a la plantilla”, que roza el medio centenar de trabajadores, la adscripción al ERTE se hará por un periodo total de 3 meses por trabajador y afectará en total a 35 (a razón de entre 8 y seis personas cada trimestre).
Dos son los criterios de adscripción estipulados en el acuerdo, al que solo falta la firma y las fechas de inicio (durante este mes) y finalización (a lo largo de junio de 2021) al ERTE: voluntariedad y antigüedad inversa.
El articulado del pacto alcanzado estipula que si durante los próximos doce meses algún empleado solicitase el traslado voluntario a algún centro de la península este se tramitará “de forma preferente”. Además, en ese caso el trabajador sería rescatado del ERTE y comenzaría a prestar servicios “de manera definitiva” en una nueva tienda “con una jornada a 40 horas semanales en promedio anual”.
Según las fuentes consultadas, varios trabajadores de la plantilla local se han inclinado ya por esa opción (en Ceuta los contratos son de 25 horas semanales) para trasladarse a nuevos puestos en supermercados en Andalucía.
Si como consecuencia de las modificaciones realizadas en la tienda o los cambios operativos implementados a raíz del ERTE fuera necesario hacer “modificaciones sustanciales” de las condiciones de trabajo de uno o varios empleados, aquellos que opten por la rescisión de contrato percibirán como compensación 25 días de salario por año trabajado con un tope de entre 9 y 12 mensualidades en función de la edad del trabajador.
El sector comercial de la ciudad está sufriendo, además del golpe de la crisis del coronavirus, las consecuencias del cierre de la frontera. Año tras año, el SEPE venía subrayando en sus informes regionales sobre el mercado de trabajo en Ceuta que “uno de los factores que en gran medida está sosteniendo la economía de la ciudad, según los expertos, es la gran afluencia de turistas del vecino Reino de Marruecos que acuden a realizar compras”.
Fuentes de Comisiones Obreras (CCOO) de Ceuta han interpretado el ERTE negociado por Lidl, por mucho que las conversaciones con la parte social hayan logrado que no se produzcan despidos, como una mala noticia, literalmente como “una muesca más en el declive económico de la ciudad”. Tradicionalmente el mercado laboral de Ceuta ha tenido como puntos fuertes los servicios empresariales, la hostelería y el comercio, considerados, ambos, sectores dinámicos en la contratación de personal.
Sin embargo, el comercial está sufriendo con dureza las consecuencias del cierre de la frontera. Del Lidl del Puerto se llegó a presumir por sus cifras líderes en ventas a nivel nacional, pero la depresión en la ciudad está atenazando a más empresas que a este gigante de la distribución.
Según fuentes del sector, el Supersol ubicado al lado tiene fecha de cierre programado para octubre (con 17 puestos de trabajo en el aire). La situación económica se deja notar también en las grandes empresas de nuestra ciudad.
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