Lejos de la patria chica

Somos pocos pero estamos en todas partes. Es un dicho caballa que se suele utilizar cuando dos o más ceutíes se encuentran fuera de la ciudad. Pues bien, esta expresión está avalada por datos. Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), con fecha 1 de enero de 2013 el número de personas de Ceuta que residen en el extranjero alcanzaba los 3.107 y se repartía por todos los continentes. Esta cifra supone un incremento del 3,56 por ciento (107) respecto a los datos a 1 de enero de 2012.
Quizá uno de los datos más relevantes del PERE, es que desde el inicio de la crisis, –tomando como punto de partida el 1 de enero de 2009– el número de ceutíes que residen en el extranjero se ha incrementado en un 18,67 por ciento (489). La cifra de caballas en el extranjero ha ido subiendo en algo más de un centenar cada año, siguiendo la siguiente evolución: en 2009 había 2.618; en 2010, 2.742; en 2011, 2.894; en 2012, 3.000; y en 2013, 3.107.
Los ceutíes residentes en el extranjero entrevistados por este medio se han marchado a otros países principalmente en busca de trabajo o para aprender idiomas.
Un ejemplo de este último motivo es el caso de Inés Márquez. En octubre de 2011 se marchó a Bristol (Reino Unido) para mejorar el inglés, ya que ha estudiado Magisterio en esta especialidad y entendía que esta era “la mejor opción para aprender esta lengua”. También se marchó para vivir la experiencia de residir en otro país, “con distinta cultura, costumbres y, sobre todo, aprender a vivir independientemente”. En Bristol continúa estudiando inglés por cuenta propia y también asistió a algunas clases cuando se preparó para el First Certificate Exam.
Aunque no se marchó de Ceuta por el idioma, sí en busca de una oportunidad laboral, este también juega un papel importante en la historia de Óscar Díez, quien en julio de 2011 ser marchó a vivir a Lisboa. Al principio se encontró con el problema de la lengua, pero “el portugués es muy agradecido y se aprende con bastante rapidez por su parecido con el castellano”, a lo que hay que sumar que los lusos “son, en general, muy pacientes con los extranjeros y les gusta hablar otros idiomas, por lo que la comunicación es fácil”. Así, los primeros meses recibió algunas clases pero, principalmente, lo ha aprendido “practicando en el trabajo y en el día a día”.
La búsqueda de una oportunidad laboral es uno de los motivos por los que los caballas deciden hacer las maletas y cambiar de país. Es precisamente el caso de Díez, como también el de Teti Del Río, quien dice haber encontrado en Dubai (Emiratos Árabes), “un gran trabajo”, algo que –lamenta– “no hay en Ceuta”. A más de 8.000 kilómetros también ha encontrado más oportunidades, más multiculturalidad, muchas nacionalidades y “mejores opciones para conocer mundo”.
Del Río se marchó en marzo de 2012 para trabajar como asistente de vuelo en la aerolínea Emirates. Debido a que en su trabajo no existen horarios fijos, la estabilidad y la rutina “brillan por su ausencia”. Lo positivo, es que a su vida no le falta aventura. “Viajo cada tres días más o menos a cualquier parte del mundo. Durante 48 horas estoy fuera de Dubai, con lo que al final del mes suelo estar unos 19 o 20 días. Estos los aprovecho yendo a las piscinas de los hoteles, a la playa, al desierto a hacer fuegos con mis amigos o viajando con mi moto a Omán, Abu o Dhabi. Además, si tengo más de tres días seguidos libres me voy de Dubai a cualquier parte del mundo de vacaciones”, explica a este medio.
Aunque Iván Chaves no se marchó de Ceuta por trabajo, sino por amor, es otro de los ceutíes que está buscando empleo fuera de su país. Cruzó el charco y se instaló en Lima (Perú), donde se encontró con un país “en crecimiento”. Aún se está “aclimatando” y realiza un curso de agente inmobiliario en la Universidad Autónoma del Perú que le servirá para poder acreditarse ante el Ministerio de vivienda y ejercer. Además, está estudiando un par de proyectos relacionados con el fútbol, ya que es entrenador.
Estos jóvenes consideran que muchos de los ceutíes que dejan la ciudad lo hacen para trabajar. “La falta de estas oportunidades de trabajo es una de las razones por la que muchos jóvenes deciden irse de Ceuta”, afirma Díez, quien en un principio se marchó de la ciudad autónoma para ir a estudiar a la universidad. Después se  trasladó a Madrid, donde le surgieron oportunidades profesionales que le hubiera sido “muy difícil” encontrar en Ceuta.
Por su parte, Del Río considera que para que los ciudadanos ceutíes no se marchen, “Ceuta, o el Gobierno de, debería esforzarse más en la oferta de trabajo, especialmente para los jóvenes que somos los que solemos irnos. Si en España es difícil encontrar trabajo, en Ceuta lo es aún más”, dice. Concretamente, entiende que una buena inversión en turismo “también le vendría genial a la ciudad para así explotarse más, porque ya no somos aquella ciudad de comercio de antaño, por lo tanto, deberíamos orientarnos más hacia la explotación turística de la ciudad, ya que potencial tiene y de sobra para convertirse en reclamo turístico tanto de españoles como de marroquíes”.
Aunque Chaves dice que su caso es “singular”, afirma que de Ceuta se están marchando ciudadanos desde hace casi dos décadas. También apunta que “en los últimos años ha habido un aumento de la población porque han regresado cientos de ceutíes que se habían marchado a la península para trabajar en la construcción, ante la crisis se han visto forzados a volver a casa. El sector privado en Ceuta está muerto desde hace más de quince años y económicamente ninguna sociedad puede vivir sin un sector privado pujante, Ceuta sobrevive gracias al sector público”, manifiesta, para añadir que “mientras no se apueste y se busque la forma de hacer renacer el sector privado, muchos ciudadanos no tendrán más remedio que buscar oportunidades fuera de Ceuta. Las reglas de origen se vendieron como la panacea, como las salvadoras del sector privado, y murieron por temas estrictamente de índole burocráticos que nuestros gobernantes no fueron capaces de defender ante el Gobierno de la Nación”.
Por otro lado, Márquez considera que respecto al trabajo, “que es por lo que se está yendo la mayoría de los ceutíes, Ceuta dispone de muchos recursos de los cuales la mayoría de los ciudadanos no sabe de su existencia, como el programa ‘Emplea redes’, de Cruz Roja, la Oficina del INEM, la oficina de emancipación de la Casa de la Juventud, etcétera”.
Estos jóvenes han encontrado ciudades extranjeras muy acogedoras, y en estas actualmente están desarrollando su vida. Por ejemplo, Díez ha encontrado una capital, Lisboa, que tiene muchas similitudes con Ceuta. “Es una ciudad que vive próxima al mar. Su clima es también parecido, aunque menos húmedo. Tiene un estilo de vida más tranquilo que otros sitios como, por ejemplo, Madrid”, explica, para añadir que una de las cosas que más le gusta de la capital lusa es su luz. “Me recuerda muchísimo a la de Ceuta”, apunta. Pero una de las cosas más importantes que ha encontrado en Lisboa es “un trabajo interesante”. Esta situación le hace tomar la decisión de que por el momento no volverá a la ciudad autónoma y mientras mantenga este trabajo continuará en Lisboa. “Después, mi intención es continuar viajando y viendo otros países”, añade.
Pero este ceutí está ahora centrado en su nueva vida, en Lisboa, que es “muy tranquila” y donde “la semana está centrada en el trabajo aunque a veces, después de trabajar, aprovechamos algunas de las ofertas de ocio. Los fines de semana los dedicamos a descansar pero, sobre todo, a conocer la ciudad y hacer turismo por el país”.
Por su parte, Márquez ha encontrado en Bristol la independencia, “y sobre todo al ser una ciudad grande te ofrece muchísima variedad en la vida nocturna con toda clase de música, gente diferente y la posibilidad de moverte e ir conociendo otro país”.
Chaves destaca de su nuevo destino, Lima, que como capital de cualquier país, cuenta “con una variedad en el aspecto de oferta cultural de ocio que en ciudades más pequeñas es difícil ofertar”. Pone como ejemplo que, tan sólo en el próximo mes, actuarán Blur, Andrés Calamaro y Luis Miguel, “aparte de otros cantantes, obras de teatros y musicales”.
Estos cuatro jóvenes forman parte de la larga lista de caballas que optaron un día por marcharse de la ciudad por uno u otro motivo, pero todos pasean con orgullo su condición de ceutíes en otros países, lejos de la patria chica.

Ceuta, siempre en el corazón

El ceutí que se marcha nunca abandona a su ciudad, es más, siempre intenta aprovechar sus días libres para volver o un momento para, a través de Internet, estar informado de lo que ocurre en su tierra. En el caso de Teti del Río, aunque su nueva vida está cargada de alicientes y no le falta la diversión, siempre hay un momento para pensar en Ceuta. “Echo de menos su naturaleza y el deporte, ya que en Dubai sólo hay arena y practicar deportes en equipo es difícil por no poder coincidir con muchos compañeros. Echo de menos ver árboles o caminar por las calles de Ceuta. Dubai no es una ciudad para peatones... Del Río nunca se aleja de Ceuta durante demasiado tiempo, sino que la visita una semana cada dos meses, aproximadamente, y sigue manteniendo contacto con su gente y, por supuesto, con su familia. También está pendiente de las noticias de Ceuta, “leyendo algunas veces periódicos por Internet”, pero su principal medio de contacto con lo que sucede en la ciudad autónoma son los grupos de WhatsApp “en los que siempre se comenta cuando pasa algo relevante”. Este joven asegura que volverá a Ceuta “cuando tenga 40 años o más, pero siempre acabar en mi tierra”. Lo que más echa de menos es a su familia y amigos. Aunque ha vuelto varias veces  le gustaría visitarla con más frecuencia. “Afortunadamente la conexión entre Ceuta y Lisboa es buena por carretera. Una vez superado el barco, ambas ciudades están conectadas por una buena red de autovías y autopistas”, explica. Nunca pierde el interés por lo que sucede en la ciudad, ya que ocasionalmente lee las noticias a través de Internet “para estar al día de lo más importante”. Por su parte, Márquez echa de menos la comida de Ceuta, y en general de España, pero sobre todo a la familia y los amigos. “Aunque aquí –en Bristol– también hagas amigos y lleguen a ser como si fuera tu familia, siempre se echa de menos a los tuyos”. También añora el clima y las playas. Desde que se marchó ha visitado la ciudad en varias ocasiones. “El primer año la visité todas las veces posibles, como Navidad y Semana Santa, e incluso estuve los tres meses de verano. El segundo año fui en Navidad y prácticamente un mes durante el verano, y en Semana Santa me quedé aquí –en Bristol– porque mis padres vinieron a visitarme”, explica. Está al tanto de las noticias de Ceuta a través de las redes sociales y la familia. Tiene previsto volver el próximo curso para preparar oposiciones, “si salen”, y dependiendo de éstas se quedará u optará por regresar a Bristol o comenzar en otra ciudad. Echa de menos “muchas cosas, principalmente a la familia y los amigos, su luz, su olor”. Desde que se marchó, este mismo año, ha vuelto en una ocasión y está informado de la actualidad ceutí a través de Internet “tanto o más que cuando estaba allí”. Le gustaría volver pero –dice– “durante el próximo año y medio o dos años no es posible”.