20 de septiembre de 1920. Hoy hace cien años desde que el teniente coronel Millán Astray escribiera el Credo Legionario, cuyos principios un siglo después siguen vigentes más que nunca en la vida militar. En aquella fecha se publicaba también el decreto de creación de la Legión con la denominación de ‘Tercio de Extranjeros’. Nadie podía intuir que aquella unidad que se constituía como ensayo iba a convertirse en el más importante y trascendente hecho militar de los últimos cien años.
Pero para entender el presente del Tercio Duque de Alba hay que hacer un recorrido por su pasado más glorioso.
El cabo mayor del Tercio Duque de Alba, Juan Carlos García Collado, es de los más veteranos al mando y en el servicio. Nació en La Línea de la Concepción y lleva más de 45 años de servicio. Pero aún, a sus 56, no se plantea iniciar su recta final dentro del cuerpo. Una legión y su espíritu legionario que le atrajeron desde muy niño, aunque su padre vestía otro uniforme verde: el de la Guardia Civil.
“Tenía un amigo del colegio que estaba preparándose para el examen de cabo y me lo encontré un día por la calle vestido de verde y me contó lo que había. Y me gustó y del tirón al otro mes estaba echando los papeles para venirme para acá. En aquel momento, en el año 83, La Legión no estaba tan bien vista como ahora, sino que parecía una decisión un poco extraña”, relató.
Siempre ha estado en La Legión y es lo más grande que le ha pasado en la vida. Pero los comienzos reconoce que fueron “duros, difíciles y de mucho trabajo” pues era otra forma de trabajar diferente a la de ahora. Aún así los años que le quedan de servicio seguirá en La Legión, pero no sabe si en Ceuta. No se cierra puertas.
Mejores y peores épocas
Echa la vista atrás para recordar tanto los años buenos como malos. Aunque la misión más importante para el cabo mayor es levantarse cada día con la misma ilusión.
“En el extranjero destacaría Bosnia en el año 92 que era cuando estaba lo más crudo allí, lo más difícil y tocó ver cosas que no le gusta ver a nadie. Pero, las mejores épocas serían cuando empecé porque teníamos pocos medios, pero muchísimo personal. Y esta última época también es muy buena porque estamos con un buen número de componentes en la unidad y tenemos unos medios muchísimo más avanzados. Hubo un momento regular que fue cuando se quitó el reclutamiento obligatorio y ya no venían voluntarios. Fue una época muy difícil por la escasez de personal”, continuó.
Referente y modelo a seguir por todas las unidades del Ejército español que ha sabido adaptarse con sencillez, humildad y valor a todas las situaciones que el deber le ha requerido. Y también a los nuevos tiempos y nuevas generaciones.
A pesar de sus 20 años, Javier Borrego Bravo lleva un año y medio de servicio. Es el más joven de la Legión en Ceuta. De casta le viene al galgo, y es que a este ceutí su amor por La Legión le viene desde la cuna.
La sorpresa en su familia al escoger la vida militar no fue tal. “A mí me ha gustado siempre la vida militar porque mi padre es militar también, mi abuelo fue legionario y mi bisabuelo también”, cuenta a FaroTV.
El honor de ser legionario
Ser legionario es el mayor honor para ambos. Sin embargo, reconocen que el día a día dentro del tercio no es fácil, pero sí muy gratificante. “El día a día se podría resumir en una sola frase: cumplir el Credo legionario. Luego ya hay muchas actividades diferentes dependiendo de la prioridad que tenga la bandera en ese momento”, continuó el cabo mayor Juan Carlos García.
Para el legionario Borrego lo más difícil fue adaptarse a la vida militar. “Fue un poco más duro porque hay que coger la dinámica de una unidad que es así, que es peculiar. Pero en cuanto uno coge esa dinámica y también los compañeros lo hacen mucho más fácil pues te acostumbras”, explicó.
Este joven nació en Ceuta y tuvo muy claro desde el principio a lo que quería dedicarse. Pero lo que le gustaría es ascender dentro de los estamentos militares y “probar otros destinos diferentes para ver otros tercios y otras unidades de España que sean buenas”.
Aunque reconoció que en Infantería, en España, hay un muy buen nivel también le gustaría participar en alguna misión en el extranjero sin importar el destino. “Cualquier misión, ya sea fuera o en España, para un militar es un prestigio estar ahí y ayudar”, prosiguió.
El legionario Borrego aún recuerda el día que juró bandera como uno de los momentos más felices de su vida. “Seguramente el día que nos dieron el gorrillo legionario y nos lo ganamos. Estuvimos haciendo un periodo de instrucción duro. Pero, seguramente sea el momento más feliz porque es algo que llevábamos meses intentando y lo conseguimos todos los compañeros juntos. Fue un momento de mi vida militar a destacar la verdad”, recordó emocionado.
El Tercio Duque de Alba es una de las unidades más exigentes, pero anima a los jóvenes como él que quieran alistarse a que no le den vueltas y lo hagan sin pensarlo.
“Animarles a que lo prueben, que si les gusta La Legión hay cuatro tercios a probar cada uno con sus particularidades y con su encanto. Pero cualquiera es bueno para ir destinado. El periodo de instrucción es duro, pero todo es superarlo , aguantar y estar al nivel de lo que exige la unidad. Habitualmente un día a día en La Legión es exigente y se hace bastante deporte y mucha instrucción. Hay que estar muy preparado físicamente porque hay que estar siempre operativo. Pero la verdad que con el tiempo uno se acostumbra porque al principio choca un poco tanto movimiento”.
La Legión para ellos es una especie de conjuro mágico que comienza con el amor a la Patria y con el riguroso cumplimiento de sus mandamientos, el Credo de la Legión. La Legión no juzga, no enjuicia, no es un fiscal, no valora los actos del compañero, lo defiende y punto. Como se defiende a una madre o a un hermano. La Legión es una familia, donde la hermandad existe y se practica.
“El Credo no tiene desperdicio. Sobre todo, destacaría el compañerismo, la amistad, el no tener miedo a morir y el ser altruista, a la hora de si hay que dar la vida por un compañero, darla. Además, del amor a España, que es súper importante”, insistió el cabo mayor Juan Carlos García Collado.
Por su parte, el legionario Javier Borrego Bravo compara el Credo con los diez mandamientos o con las leyes. “Es como un camino a seguir. Son como nuestras leyes. Pero, sobre todo, un tipo de figura a seguir que se inculca para que todos seamos un buen legionario y lo cumplamos en nuestro día a día. Un legionario que cumpla eso siempre va a ser un buen legionario porque son nuestras normas o nuestras leyes”, continuó.
La Legión: más valorada que nunca
El espíritu de unión y socorro aparece en el Credo legionario, doce máximas escritas por Millán-Astray que dan base espiritual a la unidad creada en 1920 y una figura, la del legionario, que ahora se valora más que nunca.
“Hoy en día sí, al menos es lo que se percibe en los desfiles que hacemos o que vamos al exterior a la Península. De hecho, ahora mismo creo que es la unidad más valorada dentro de las Fuerzas Armadas”, destacó el cabo mayor.
“Por lo menos aquí en Ceuta La Legión está aceptada y muy bien vista. Bueno y en la Península, en la gran parte, está también muy bien vista. Nada más que en los desfiles que vamos fuera se ve la gente como nos apoya siempre”, afirmó el joven legionario ceutí.
La Legión es una gran familia y como toda familia tiene su día de celebración. Un orgullo para todo legionario desfilar el 20 de septiembre, en su fiesta grande, y más en el centenario. Pero este año las celebraciones con público no serán posibles por el Covid-19.
Pero el aniversario no es solo el 20 de septiembre. “Este día siempre es importante, pero no es solo ese día, sino el mes completo. Es un mes donde se exalta aún más el compañerismo, la amistad, la gratificación de trabajar todos juntos... El 20 de septiembre es lo que ven los civiles, pero luego detrás hay muchísimo trabajo, competiciones o juegos carteleros porque en ese mes hay tiempo para todo”, explicó Juan Carlos García a este medio.
Para el legionario Borrego el año pasado fue su primer 20 de septiembre y esperaba con emoción la celebración de este año porque “entré con la ilusión de que iba a vivir desde dentro el centenario”. “Me encantó todo, el día en sí y toda la semana antes que estuvimos de celebración. Es el día del año que más vivimos como una familia desde por la mañana y mi primer 20 de septiembre fue muy bonito”, recordó.
Sin embargo, miran ya a la celebración del próximo año. “Lo vivimos un poco tristes porque hemos estado trabajando durante muchos años para este momento, pero se va a atrasar al año que viene”, continuó el Cabo Mayor.
Los caballeros legionarios y damas legionarias, hombres y mujeres, no se han anclado en el pasado sino que miran al futuro con la ilusión, valor y coraje que exige la sociedad y el permanecer siempre en retaguardia, donde llevan cien años y donde continuarán, en primera línea.
“No he visto nunca un ceutí que hable mal de La Legión. Sentimos mucho el calor de los ceutíes”
El teniente coronel Millán Astray dibujaba hace cien años a un legionario que siguiera el camino de amor a Dios, el del culto a la Patria, al honor, al valor, a la cortesía, al espíritu de sacrificio, a la caridad, al perdón, al trabajo y la libertad con justicia. Unos valores que nuestros legionarios cantan cada año en el acuartelamiento de García Aldave bajo su himno: el ‘Novio de la Muerte’.
“Evidentemente es un momento muy especial porque es un momento en el que estamos en comunión con el pueblo de Ceuta, que es uno de nuestros valedores más importantes”, comentaba emocionado el cabo mayor del Tercio Duque de Alba, Juan Carlos García Collado.
“Para una persona de Ceuta que le ha gustado siempre la Semana Santa y los desfiles, verlo y vivirlo desde dentro es un orgullo. Es algo que se ve muy bonito, pero desde dentro es algo muchísimo más bonito aún”, recordaba el legionario Javier Borrego Bravo.
El cariño de toda Ceuta es y será siempre el mayor reconocimiento para La Legión. “No lo he visto nunca y es muy raro que un ceutí hable mal de La Legión o de los legionarios. Sí sentimos el calor de la sociedad ceutí. Para ellos nosotros somos importantes y para nosotros ellos son más importantes todavía”, afirmaba García Collado.
“Aquí en Ceuta a lo mejor lo tienen más normalizado, pero aún así se nota mucho. La gente cuando hay cualquier cosa y va La Legión va y se siente mucho el cariño de la gente”, concluyó Borrego Bravo.
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