Días después de que Marruecos haya llevado a cabo un despliegue de unidades para proceder a detenciones al otro lado de la valla de subsaharianos, las oenegés han denunciado las formas usadas y el incremento en los números que se han difundido de forma oficial. Del cerca de centenar de detenciones reconocidas hasta el momento por las oenegés, se desconoce el paradero de todos ya que hasta la fecha no han sido deportados a la frontera con Argelia como se hace de forma habitual. Los arrestos comenzaron en cascada el pasado fin de semana, haciéndose notar un importante despliegue con alrededor de 500 policías. Los periodistas de la zona elevan a no más de un centenar los varones que han sido interceptados.
Las oenegés son las únicas que difunden las escasas informaciones sobre cómo se está procediendo. A través de las redes sociales se ha podido conocer el bloqueo que estarían sufriendo estos inmigrantes en los bosques de Beliones al no poder acudir a establecimientos a comprar comida por miedo a ser detenidos. Informan además de que los habitantes de los pueblos no les dejan acceder. “Tienen miedo, después del despliegue para la redada que ha tenido lugar hasta el jueves”, indican a través de las redes sociales.
Según las oenegés quedan personas heridas en el bosque y advierten de que las detenciones no son las cifras oficiales que se están publicando en algunos medios de comunicación, lamentando que las mismas están infladas no se sabe por qué motivo. Denuncian además que tras la intervención de los agentes marroquíes, “quemaron todo a su paso, incluso los zapatos que tenían” los inmigrantes, perdiendo “los móviles y las mantas para cubrirse a la noche”.
Al margen de esta situación, en los últimos días se ha rechazado la entrada de una veintena de inmigrantes por mar que tenían como dirección Ceuta. Además Marruecos ha reforzado su presencia en la frontera del Tarajal para blindar la zona del espigón ante la obra de remodelación que se está llevando a cabo a este lado.
Lo que denunciaban los inmigrantes
Detenciones, semanas en las que no reciben agua ni comida, largos periodos retenidos en calabozos hasta producirse su traslado a una expulsión forzosa. Esos son los pasos que se dan con cada uno de los subsaharianos que son interceptados y son los que ellos mismos han denunciado en las distintas entrevistas mantenidas con medios de comunicación, entre ellos ‘El Faro’. De las detenciones llevadas a cabo solo se tiene constancia de que hayan interceptado a varones, ya que, por los propios testimonios de los inmigrantes que estaban en los campamentos, hasta las proximidades de Ceuta no habían llegado todavía mujeres. Su idea era la de marchar en balsas playeras en dirección hacia la península.