“Las obras sociales van a ser un referente continuo”

Una vida entera dedicada al mundo cofrade, la confianza de los hermanos mayores y el aval de cuatro años de intenso trabajo y entrega. Por estos motivos, Juan Carlos Aznar ha sido reelegido al frente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Ceuta,

un cargo desde el que sacará adelante en estos próximos cuatro años proyectos muy importantes para las cofradías y para Ceuta.    
—Aunque no haya habido candidaturas, se tuvo que someter a la confianza de los hermanos mayores.
—Esto es un poco de cabezonería de la propia Mesa. El paso lo podríamos haber evitado pidiendo los permisos oportunos, pero igual que la Mesa quiere obligar a todas las hermandades a cumplir con lo que marca el Reglamento en todas las cuestiones de las elecciones, quiere dar ejemplo dando todos los pasos tal y como están marcados. Por eso, a pesar de que no hubiera ninguna candidatura y que optásemos a esa reelección que nos permiten las Normas Diocesanas, creímos conveniente que teníamos que someternos a la confianza de los hermanos  mayores para saber si contábamos o no con su apoyo.
—Ha contado también con el apoyo de la Vicaría General, como se demostró en el paso previo al encuentro con los hermanos mayores.
—Efectivamente, primero se le solicitó la autorización a la Vicaría para ver si aceptaba que continuáramos. Una vez que el vicario acepta esta propuesta que se le hace, decidimos someternos a la confianza de los hermanos mayores.
—¿Por qué decide continuar en el cargo?
—Entre otras cosas por el compromiso que creo que tengo en este mundo. Me gusta trabajar por la Iglesia y por las cofradías, y también, muchísimo, por mi ciudad. No tengo otro sitio mejor para perder el tiempo. Me divierto, y cuando deje de divertirme me marcharé.
—¿Trabaja a gusto con el equipo que tiene?
—Esto lo tengo clarísimo desde el primer momento. Hace ya cinco o seis meses me senté con ellos y les dije que si no había otra candidatura estaba dispuesto a seguir otros cuatro años más. Entonces les dije que ellos fueran quienes me manifestaran si querían continuar o no, libremente, les daba todo el tiempo del mundo hasta la Virgen de África. Ahí fue cuando Fernando, que era el único que estaba un poco dudoso, terminó de decidirse. Esto es señal de que tengo plena confianza en ellos. Me encantaría algunas veces que fueran un poco más al ritmo que yo llevo, pero entiendo perfectamente que yo llevo un ritmo excesivamente fuerte y muchas veces complicado de seguir. Pero sí tenemos cosas muy claras.
—Por ejemplo.
—La vida del Consejo ha cambiado por completo: hace seis, siete, ocho o diez años era impensable saber que el Consejo estaba abierto, por lo menos, una vez a la semana para atender a cualquier cofradía que fuera. Todos los lunes, como mínimo, está la Mesa Permanente en el Consejo para atender a cualquiera y para ir realizando proyectos o caminos a seguir durante nuestro estado en la Mesa Permanente. Creo que esta es una apuesta importante para ayudar a todas y cada una de las cofradías.
—¿Va a continuar igual la Mesa Permanente o va a cambiar a alguno de sus miembros?
—Continúa igual, excepto un vocal que ha manifestado su intención de dejarlo por cuestiones personales, a lo que no hemos puesto ningún reparo. Estamos muy agradecidos por el trabajo que hizo durante el tiempo que estuvo. Es José Luis Fuentes. Y va a entrar una persona a relevarlo, físicamente para cubrir el hueco de la vocalía, pero después hay otras dos o tres personas más que van a estar puntualmente ayudándonos cada vez que lo necesitemos, sin estar en el Consejo.
—¿Por qué sin estar en la Mesa?
—Muy sencillo: hasta ahora no se había tenido esto en cuenta pero nosotros, como le he dicho antes, sí vemos lo que pone el Reglamento. Este dice que no puede haber un número de vocales mayor que la tercera parte de la Mesa del Pleno del Consejo, es decir, si hay 18 hermanos mayores no puede haber más de 6 personas en el Consejo. Por ello va a haber personas que puntualmente nos ayuden.
—¿De qué incorporación hablamos?
—Va a ser una persona joven, con muchas ideas, ilusión y ganas, y que nos puede ayudar muchísimo, como Arturo Fuentes Cabrera. Será la única incorporación oficial que va a haber en la Mesa del Consejo.
—¿De qué decisión tomada en estos cuatro años se siente más orgulloso?
—Más que de mis decisiones, de mi trabajo. Hemos procurado siempre que todo lo que se haya hecho desde la Mesa del Consejo haya sido con el consenso de todo el equipo. Entonces, nunca ha habido una decisión drástica ni impuesta por parte del presidente. Lo que sí creo que hemos hecho es una labor social importante, que nos hubiese gustado llegar muchísimo más lejos pero los medios son los medios. Las ganas son muchas pero después las posibilidades pocas. Hemos hecho una labor muy importante y, además, creo que hemos conseguido volver a meter en la cabeza de los hermanos mayores que una cosa fundamental de las cofradías es la atención social, y que eso no podía nunca perderse. Estaba un poquito ‘light’ y al ‘tran trán’ y gracias a Dios lo hemos sacado adelante con bastante importancia.
De otra de las cosas de las que me siento orgulloso es de haber tenido, como mínimo, cuatro o cinco charlas de formación a lo largo de cada uno de los años. Han pasado por todos los niveles y por todos los aspectos que están relacionados con la Iglesia y con las cofradías. Es muy importante relacionar las cofradías con la Iglesia, porque hay gente que estaba perdiendo el norte, como si fuéramos de una liga a parte. Y las cofradías son parte integrante de la Iglesia, y así tiene que verse.
También hemos pasado en estos últimos cuatro años de tener un par de grupos jóvenes a tener ocho en las cofradías. Por lo tanto, hemos avanzado muchísimo. Pero todavía me gustaría que hubiera más gente, y eso vamos a intentar impulsarlo aún más en este segundo mandato. Por supuesto, ha habido cosas importantísimas de las que hemos hablado menos, pero que no las hemos dejado de lado.
—¿Como qué?
—Entre otras cosas, construir un catálogo del patrimonio de las hermandades, que se había perdido por completo por un desgraciado accidente que hubo cuando teníamos la sede en la calle Echegaray. Se nos inundó y se perdió toda la documentación existente. Hemos sido capaces, a través de las fichas de patrimonio cultural que tiene el propio Ministerio de Cultura, de hacer un fichero con todas las propiedades más importantes que tienen las hermandades. Este ha sido un paso muy serio para poder en todo momento consultar cualquier duda que se pueda otorgar en ese aspecto. De lo que me siento también muy orgulloso es de las relaciones mantenidas con la Vicaría y con todos los directores espirituales. Creo que estaban pero no había una interacción importante, y sin embargo nosotros hemos estado en todo momento atentos a sus necesidades y les hemos pedido que atiendan también las peticiones que se han hecho desde la Mesa.
—¿Tiene alguna espinita clavada que no se haya podido quitar en estos cuatro años y quiera hacerlo en el próximo mandato? ¿Hay algo pendiente?
—Una espinita no, tengo un problema grandísimo por el que llevo trabajando más de tres años y que no lo he dejado ni incluso estando en funciones. Se trata del almacén de pasos. Las hermandades tienen un problema terrible para tener guardados sus pasos. La Mesa del Consejo, sin ir más lejos, está pagando en un almacén 4.000 euros anuales por culpa de no tener un sitio para guardar las cruces del Via Crucis. Las hermandades tienen el problema de no tener un lugar para guardar sus pasos y están pagando alquileres en muchos casos, que son una carga más para su débil economía. Por ello estoy intentando acudir a todos y cada uno de los organismos posibles para remediar el tema. Hace diez días tuve una reunión con Susana Román para ver si había alguna posibilidad a través de Fomento, y estamos intentándolo también a través de la Delegación del Gobierno. Ya lo habíamos intentado en una ocasión a través de la Ciudad y teníamos el local prácticamente concedido en el mercado del Mixto, y no sabemos por qué razones la Asociación de Vecinos se ha opuesto tajantemente a que nos instalemos allí. No sé a quién le tienen miedo, lo que no queremos entrar en peleas con nadie. Que se queden con su local, que no lo están utilizando, que es lo más lamentable, ni por el mercado ni por la Asociación porque no es de ella. Ellos se han enfrentado a nosotros, y como no queremos ningún tipo de enfrentamiento lo hemos abandonado. Hemos intentado también a través de Defensa y estamos esperando todavía la contestación a unos escritos que se mandaron a primeros de año, aunque sabemos algo de que ha sido informado negativamente, por lo que seguimos trabajando buscando alguna cosa.
—¿El almacén es para guardar los enseres del Consejo?
—No, es para guardar los pasos, lo que pasa es que el Consejo aprovecharía y guardaría allí las cruces, que es lo único que tiene en volumen. Aquí irían los pasos de todas las hermandades, que o bien los desmontan o los tienen guardados en sus casas de hermandad, pero esas son dos o tres, las demás las tienen en garajes, almacenes privados, etcétera, pagando alquileres.
—Entonces debe ser grande.
—Sí, tiene que tener por lo menos 150 metros cuadrados, pero ya intentaríamos meter los más urgentes. Por ejemplo, en Los Remedios están los pasos en la capilla sin poderse desmontar porque no tiene sitio donde guardarlos.  Es una espina, como usted bien decía, y vamos a intentar sacárnosla como sea en este mandato.
—¿Y el local que tienen ahora?
—Estamos pagando un alquiler por tener guardadas las cosas en un alquiler de Acciona. Lo tenemos contratado por casi 300 euros mensuales.
—Cuéntenos algún punto de su programa.
—Va a ser básicamente lo mismo que hemos estado trabajando: vamos a seguir apoyando a todas y cada una de las hermandades e intentar seguir trabajando por levantarlas aún más, sin dejar, para nada, las obras sociales, que van a ser un referente continuo. De hecho dentro de unos días vamos a informar de una acción que vamos a hacer inminente, de una necesidad imperiosa que nos han pedido atender y que estamos trabajando en ella. A ver si podemos llevarla a cabo en unos días y les daremos cumplidas referencias. Quisiera también aumentar esa relación con la juventud y dedicarnos, sobre todo, a ayudar un poco más si cabe a las hermandades que están pasando más dificultades en cuanto a su vida normal y diaria. El año que viene es muy importante porque es el centenario de la creación del Santo Entierro, de la aprobación de sus reglas. Y no solo de estas, sino que además son seis o siete hermandades las que nacen como secciones de esta. Por ello tenemos en mente unas acciones importantes que pondremos en marcha cuando las hablemos con la Vicaría, cuya reunión ya hemos pedido y que será dentro de unos días.
—¿Nos puede adelantar algo de la acción social que van a llegar a cabo?
—Ha habido una petición formal a través de una cofradía de una necesidad imperiosa de atención a una chica que tiene una enfermedad degenerativa y necesita una silla de ruedas con una serie de especificidades, que vale cara y estamos dando todos los pasos para intentar sacarla adelante.
—En cuanto a las relaciones con la Vicaría, hace poco se marchó ‘Curro’, que era amigo de las cofradías, y ahora llega Juan José Mateos, ¿cómo les va con este último?
—No hemos dejado de tener relación con ‘Curro’. De hecho el pasado miércoles por la noche llamó para interesarse por cómo había salido las votaciones. Por lo tanto, ya lo dije cuando se marchó, que no solo había sido el vicario sino que había sido un amigo del presidente del Consejo y de Juan Carlos Aznar en particular. ¿Que tuvimos nuestras diferencias y cosas en temas puntuales? Por supuesto, en cualquier relación hay un ‘toma y daca’, pero la verdad es que ha sido siempre más positivo que negativo. En cuanto a Juan José, los contactos que hemos tenido hasta ahora han sido muy buenos, fructíferos, y estamos esperando como agua de mayo que se asiente definitivamente en su casa, ya que hasta el día veintitantos de este mes no entrega Vejer y está a caballo entre un sitio y otro, con muchos viajes y muchas historias. El mismo miércoles cuando terminó el Cabildo, ya formalmente le pedimos una reunión no solo con los miembros de la Mesa sino además con los directores espirituales, que fue lo mismo que hicimos cuando entró mi Mesa con ‘Curro’. Queremos plantearle cuáles son nuestras líneas de actuación, porque lo que está clarísimo es que la Mesa del Consejo, si no tiene el respaldo de la autoridad eclesiástica, no vale para nada. No podemos obligar a las hermandades a cumplir con determinadas cosas si después cuando alguna incumple y sacamos el régimen interno para colocar una sanción o amonestar no tenemos el respaldo de la autoridad eclesiástica. Queremos hablar de esta línea de actuación y los proyectos inminentes para la Semana Santa de 2013.
—Otra marcha importante fue la de David Gutiérrez, un párroco cofrade.
—Ha sido en los últimos años un referente para las cofradías de las que era director espiritual, y para el Consejo, porque cada vez que le pedíamos cualquier cosa estaba ahí para ayudarnos. Gracias a Dios, los cinco últimos años, la mayoría de los sacerdotes que han pasado por Ceuta han tenido una relación muy estrecha con el Consejo de Hermandades y han sido relaciones muy fructíferas.