El trabajo de campo desarrollado por Nuria Galán para su tesis doctoral refleja que, aunque a “más de la mitad” de las mujeres marroquíes transfronterizas “no le gusta el trabajo que realiza”, el colectivo muestra que “en Ceuta se sienten libres”. “Libres para decidir, para entrar o salir, para usar un tipo de ropa u otro y para optar a relaciones sentimentales con hombres de diferente religión”, reseña el trabajo.
Se trata, sin embargo, de “una libertad efímera que suele terminar cuando cruzan la frontera, según indican, por presiones sociales o familiares”.
“A pesar de valorar esta libertad, pocas están dispuestas a mantenerla si ello exige romper o causar problemas en el seno familiar”, apunta la tesis, que retrata a un grupo “que lleva una doble vida entre dos ciudades, dos países y dos culturas”.
“Diferentes religiones y diferentes formas de hacer, ver y entender las cosas”, subraya, de mujeres “que mantienen sus empleos, aún sin gustarles, y se sienten contentas con su escaso sueldo, su falta de contrato y sus largas jornadas de trabajo”.