Los distintos cuerpos policiales en la ciudad y la Delegación del Gobierno mantuvieron la semana pasada un encuentro en el que diseñaron el nuevo dispositivo de seguridad con el que persiguen agilizar el tránsito de personas que portan mercancías por la frontera del Tarajal. Guardia Civil, Policía Nacional y Local,
cada cuerpo desde las áreas que les competen, se coordinaron ayer para desarrollar las medidas que la Plaza de los Reyes avanzó que se irán aplicando de forma progresiva.
Como novedad respecto a jornadas anteriores, la Unidad de Prevención y Reacción del Cuerpo Nacional (UPR) estableció filtros en la salida de los polígonos del Tarajal junto a la barriada Príncipe Felipe; el llano sobre la carretera nacional y el aparcamiento de vehículos que se encuentra en el mismo. Por su parte, la Unidad de Intervención Rápida de la Policía Local (UIR) instaló su control en las inmediaciones del centro de salud del Tarajal y reguló la entrada de vehículos en las calles de las naves además del tráfico en los alrededores.
En ambos casos, los cuerpos policiales se encargaron de determinar qué bultos se encuentran entre los parámetros acordados por España y Marruecos para autorizar su entrada por la frontera del Tarajal –por debajo de los 20 kilos y adosado de la cabeza a la nuca como máximo–. Aquellos paquetes que excedían esas dimensiones eran remitidos al Biutz, puente habilitado con esta finalidad y reconocido por ambos países. De este modo, la Delegación del Gobierno ejecuta una de las directrices pactadas en la cumbre celebrada con las autoridades aduaneras.
Los agentes de la UPR instaron a una consigna en las inmediaciones del paso de fronterizo a que cerrara sobre las 9.00 horas, clausura a la que sus ocupantes accedieron de manera voluntaria y sin incidentes, como ellos mismos explicaron. Estos agentes impidieron el estacionamiento de vehículos en el párking del llano sobre la N-352 ya que es una de las órdenes recibidas. El objetivo es impedir que los coches carguen bultos hasta el puente internacional y, una vez en esta zona, los lancen fuera donde son recogidos por los porteadores. Una práctica que conlleva el colapso de la frontera como ocurrió en días anteriores y que supone el regreso del ‘voleibol’, que tantos problemas ocasionó en los polígonos.
Por su parte, el Instituto Armado prosiguió con sus labores aduaneras. Sobre las 8.00 horas, el tránsito de personas con bolsas o como máximo dos mantas fue sencillo y los guardias apenas pusieron trabas siempre y cuando se ajustara al denominado régimen de viajeros –el cual comprende bienes y enseres de consumo personal y familiar–.
Los controles se endurecieron a medida que avanzaba la mañana, especialmente para los conductores de bicicletas y ciclomotores que intentaban cruzar al país vecino con varios paquetes de mercancía sujetos a estos medios de transporte. Los guardias civiles les advertían de que no podían entrar con los productos y les daban la oportunidad de dar la vuelta. Sin embargo, debido a distintas circunstancias, la Benemérita decomisó los bultos a otros.
En el caso de los vehículos, efectivos de la Benemérita realizaron multitud de registros en el acceso en sentido al país vecino, en el denominado recinto aduanero. Aquellos que transportaban bienes solo en el maletero no tuvieron inconveniente alguno, mientras que aquellos que cargaban paquetes en los sillones recibieron el alto el paso al considerarse expedición comercial –mercancías de lícito comercio con su presentación para su despacho en las oficinas de Aduanas o lugares habilitados para tal fin–. Y quienes más se arriesgaban mermando su visibilidad con cajas y bolsas, resultaron además multados.
La mercancía que se requisó no solo viajaba sobre ruedas. Como en las semanas pasadas, los porteadores perdieron de forma temporal sus compras que podrán reclamar en las dependencias de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) en la avenida Cañonero Dato al aportar la documentación correspondiente en función de que se trate de régimen de viajeros o de expedición comercial. No obstante, algunos marroquíes comentaron que se personaron en las instalaciones del organismo público responsable de Aduanas y, pese a entregar los justificantes solicitados, sus adquisiciones no le fueron devueltas.
Entre las 13.00 y 14.00 horas, la acumulación de conductores de bicicletas y motos saltaba a la vista por los chalecos de color fosforescente. Como suele ocurrir coincidiendo con el cierre del Biutz a las 13.00 horas, estalló una microavalancha que en esta ocasión tuvo por principales protagonistas a los chóferes. Finalmente, fue frenada por los agentes desplazados a la rotonda del Tarajal.
A mediodía, la acumulación de vehículos provocó colas que alcanzaron la barriada de Miramar y por la tarde a la subida al Hospital, sin embargo, la duración de las retenciones fue breve y no supuso el colapso de la ciudad que dio lugar a estas medidas. Las personas que pasaron ayer por el entorno de la frontera pudieron comprobar el amplio despliegue policial y las aglomeraciones que, pese a los esfuerzos por ser impedidas, se reprodujeron con mayor o menor intensidad.
Por otra parte, ceutíes que visitaron en la mañana de ayer Marruecos a pie, se quejaron de que los porteadores y los ceutíes estuvieron mezclados en el lado marroquí quedando atrapados a su regreso a España porque la policía alauí impedía la entrada de sus compatriotas.
CNP disuelve una aglomeración con la vuelta a las naves
Ante la aglomeración de personas a las puertas de la frontera, los furgones de la UPR y la UIP del Cuerpo Nacional de Policía llegaron al paso donde se apearon con el fin de establecer un cordón policial que rodeó a los porteadores pasadas las 13.00 horas. Los porteadores fueron conducidos por los agentes hacia la entrada de la frontera pero, en vez de tomar el túnel que conecta con el puente internacional, fueron derivados de nuevo a los polígonos del Tarajal a través del acceso directo para peatones. El grupo protestó porque, si querían cruzar sus mercancías, tenían que volver a dar la vuelta y superar de nuevo los controles policiales con el consecuente tiempo que conlleva. Los presentes aseguraron que, si la escalera del Tarajal nunca se hubiese derribado, los porteadores podrían ser desalojados al llano sobre la N-352.
Consignas ilegales: asignatura pendiente
El puente del Biutz absorbió ayer toda la mercancía que pasó por sus jaulas. Tal fue el volumen de paquetes que entró en Marruecos que las consignas quedaron vacías. El problema, según relataron los empresarios de la Fase I y II de los polígonos, es que los bultos que accedieron al país vecino eran ajenos a los negocios del recinto, es decir, ilegales.
Las autoridades del reino alauí trasladaron la semana pasada a la Delegación del Gobierno la necesidad de eliminar esas naves cuyos propietarios son marroquíes pero emplean testaferros españoles de cara a la galería para su explotación. La Plaza de los Reyes comunicó a la Ciudad Autónoma, competente en la concesión de licencias, esta prioridad sin que, hasta el momento, se tenga constancia de algún avance en su erradicación.
Mientras, los motocarros continuaron ayer su traslado de bultos de garajes y otros almacenes diseminados por distintos puntos de la ciudad, entre otros la barriada del Príncipe, hasta las naves. Uno de los puntos de descarga se encuentra oculto de miradas indiscretas, en el acceso a Alborán desde la conocida como carretera de la ITV. Los porteadores, una vez apilados los paquetes en el suelo, se adosaron la mercancía al cuerpo y enfilaron rumbo a la cola de hombres donde ayer se vivieron momentos de una tensión extrema. Los agentes de la UIP se emplearon a fondo para retener el avance de los porteadores, que aprovechaban la confusión para ocultarse en el interior de los comercios ya que la fila discurría delante de algunas naves. Como los agentes no daban abasto, los propios trabajadores tuvieron que ayudarles a apartar a estas personas cargadas de mercancía que se acumulaban en un gran número.
Las mantas ocupan el primer puesto entre las mercancías adquiridas por los porteadores. Algunos aluden a que su calidad es superior a las fabricadas en Marruecos; otros a que el precio es superior al otro lado de la valla y hay quienes apuntaron al cierre de talleres en el país vecino para argumentar la enorme demanda. Los porteadores ganan entre dos y tres euros por cada una de ellas, beneficio que se duplica si los plantos –colaboradores de la Policía Nacional que cobran comisión por los bultos– les agarran para pasar sus productos, de ahí su desinterés por el resto de mercancías.
Los derechos humanos también tuvieron cabida en las conversaciones que mantenían ayer los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, quienes se escandalizaron con la cantidad de mercancía que las mujeres llegan a cargar sobre sus espaldas, todo ello a pesar de que el tamaño de los bultos ayer era menor al comenzar a adoptarse las medidas acordadas por España y Marruecos.
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