Lo mas dificil creo, cuando uno escribe algo es encontrar el título adaptado a lo que uno intenta expresar. Esta insatisfactoria busqueda nos deja empantanados en una especie de Tarajal de la imaginación y frecuentemente encontramos el título apropiado cuando el libro, el artículo, y en este caso la crónica, ya está publicada. Es decir, demasiado tarde y temo que estas líneas y las que vendrán, si Dios quiere « y el tiempo no lo impide » no serán una excepción.
Al principio pensé en « Crónicas desesperadas » y tambien en « Crónica que no van a gustar a nadie », copiando sin ruborizarme el título de uno de los libros de Juan Eslava Galán. Insisto, sin ruborizarme, porque al fin y al cabo copiar algo es un homenaje implícito ya que no elegante a un autor.
¿Porqué tuve la tentación de copiar el título ? Sencillamente por la impresión y las sensaciones que experimento cuando voy periódicamente a Septem Colles, Abyla, Ceuta o como queramos llamarla : se me cae el alma a los piés. Desmadre urbanístico, degradación medioambiental, incomunicación entre comunidades diferentes, integrismo religioso (tanto en unos como en otros), imperio desaforado del automobil, atascamiento económico, abandono escolar, delincuencia…la lista es extensa. Sentimientos de exasperación y de impotencia. No quiero decir ni muchísimo menos que no existan los mismos problemas en otros sitios pero en Ceuta están concentrados dentro de un exiguo espacio geográfico con sobrecarga demográfica.
Pero nací en Ceuta. Y pasé buenos momentos en mi juventud a pesar de vivir en la época franquista. Y Ceuta duele. Y debo algo a Ceuta. Nadie puede renegar de la mano izquierda con el pretexto de que no se es zurdo.
Lo peor es la imposibilidad de comunicarme con alguien que no tenga una opinión sesgada, dualista, exagerada, abrupta y digamoslo de otra manera, esquizoide, de la realidad. El improperio, la descalificación, la ausencia de voluntad para escuchar al prójimo ( el « ¡ah, pues yo no ! »). Dicho de otra forma, la impresión de soledad que uno experimenta en estos lares.
Y sin embargo escogí el presente título. Malpensante soy pero no el único. Poco a poco, leyendo comentarios de lectores en la prensa local, he hallado pequeñas joyas de razón y de coherencia que sobrenadan laboriosamente en medio de un mar de sargazos de incierta ortografía, de insultos soeces amparados en el anonimato, de reflexiones incoherentes que me hacen pensar, en contra de la teoría de Darwin y de los postulados de la imperante Iglésia Católica, que mi perro es mas humano y que muchos de los que se pretenden como tales, atreviendome a utilizar la categoría nietzscheniana, son « untermenschen ». Deducí entonces que yo no era el único que vivía esa situación, que había otras personas que experimentan esa situación y que lo viven mal.
Estas lineas y las que seguirán les están especialmente dedicadas. Y que conste que no solo las personas con estudios (hay tantos con estudios que tienen cerebros de mosquito) sino en general a las personas curiosas que reflexionan. Mi padre, de humilde extracción, me inculcó dos cosas por lo que siempre le estaré agradecido : la curiosidad y el sentido crítico.
La temática que seguirá será variopinta. Unas veces adaptadas al marco local (geopolítico, étnico, económico, etc.). Otras a aspectos mas generales pero que considero utiles. Ignoro si estas crónicas atraeran a lectores pero lo único cierto es que no haré como los políticos que una vez perdido el puesto se aferran a él. Cuando acabe la temática cerraré este blog…. salvo si me lo clausuran antes.
Y para curarme en salud ruego me excusen por las imperfecciones linguisticas pues el castellano ha dejado de ser desde hace muchos años mi lengua habitual.
Gratias ago, gratias vobis antepono