-Ceuta es uno de los dos territorios que siguen perteneciendo al MECyD. En los últimos años no se ha construido ningún centro escolar. Uno de los proyectos es la utilización de infraestructuras actuales para la puesta en marcha de nuevos centros. ¿Qué opina usted de esas soluciones de urgencia, porque no hay dinero para edificar nuevos colegios?
-Leía recientemente unas declaraciones del director provincial del Ministerio de Educación, Cecilio Gómez, y ahí hablaba de unas posibilidades de crear nuevas aulas en colegios como el Ortega y Gasset o el Mare Nostrum, o la utilización de la Facultad de Educación y Humanidades, el IES Puertas del Campo o el centro de adultos Edrissis. De alguna manera se están tomando las medidas de aprovechar las infraestructuras existentes.
-¿Son justas todas las críticas que le están haciendo al ministro Wert?
-Entiendo que son totalmente injustas y hasta zafias. Comprendo que para los socialistas es muy duro reconocer que las leyes que pusieron en marcha ya están desfasadas. Porque nos tenemos que acordar que las leyes socialistas de Educación son las únicas que se han puesto en marcha en España, ya que la preparada por el Gobierno de José María Aznar, se la liquidó Rodríguez Zapatero nada más ganar las elecciones. Esas leyes no sirven para el siglo XXI, pero lo normal es decir que esas leyes deben reformarse, se hacen las propuestas y se negocian con el Gobierno. Pero entrar por una puerta distinta como es pregonar a los cuatro vientos que el Partido Popular quiere segregar y diferenciar a los más pobres, me parece indigno de esas personas. Son políticos preparados en donde muchos son profesores universitarios, como para no estar usando argumentarios que son más propios de chavales de veintiún años que pertenecen a las Juventudes Socialistas.
-¿Se está haciendo mucha demagogia con la LOMCE?
-Una demagogia increíble. Vuelto a repetirle que hablamos de unas personas que tienen una formación y que por supuesto cuentan con unas ideas y están obligados a exponerlas, pero deberían argumentarlas, no recurrir a unas salidas de tono que calificaría como zafias y cutres.
-¿Qué ha fallado en las leyes de educación del PSOE?
-En primer lugar, que tienen ya muchos años. Porque en la vida, por muy buenas intenciones con las que se elabore una ley, al final acaba pesando una cierta obsolescencia. Las leyes educativas socialistas estaban basadas en la pedagogía comprensiva que se puso en marcha en los años setenta tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Sin embargo, cuando se ponen en marcha en España en los años noventa, no nos quisimos dar cuenta de que habían fracasado donde empezaron. Un sistema que pretende ser equitativo, pero donde estás expulsando al veinticinco por ciento de los alumnos del circuito escolar. No hay mayor grado de falta de equidad que éste. Son unas leyes, tal y como se está demostrando con las pruebas internacionales, donde nuestros jóvenes están obteniendo unos resultados francamente mejorables. Menos mal que tenemos las pruebas internacionales, porque uno de los grandes defectos de las leyes socialistas y en general de la manera de gestionar la educación por parte del PSOE es precisamente que siempre se han opuesto a cualquier tipo de evaluación externa, etcétera.
-¿Piensa que la LOMCE va a servir para que baje esa tasa de fracaso escolar?
-Creo que sí, porque la LOMCE y ya lo dice su propia exposición de motivos, está basada en las buenas prácticas de países que han conseguido mejorar en poco tiempo su nivel educativo: que son la significación del curriculum; el reforzamiento de materias comunes como Matemáticas, Lenguas o Ciencias; que ninguna decisión del alumno, en un momento determinado, no sea reversible; evaluaciones externas y que se repiten a lo largo del tiempo; mayor autonomía de los centros y una rendición de cuentas.
-¿Piensa que premiar el esfuerzo se ha quedado anticuado?
-Se puede responder que las personas que están manteniendo estas tesis estudiaron en una época donde el esfuerzo que hicieron fue premiado y por ello han podido llegar a las más altas responsabilidades en España, unos ministros y otros secretarios de Estado, por poner algunos ejemplos. Sorprende que no quieran para los jóvenes de hoy lo que a ellos les fue tan bien. Un sistema que premiaba el esfuerzo, el mérito y el rigor en la transmisión de contenidos y valores.
-¿Usted piensa que el PP quiere expulsar de la Universidad a los hijos de los trabajadores?
-Me parece una absoluta demagogia y poco elaborada. No es así. Debemos tener claro que en España el gasto educativo recae en un noventa por ciento sobre las comunidades autónomas. Al final, el gasto educativo, las políticas de apoyo a la Universidad van a ser las que las comunidades autónomas pongan en marcha. En la Comunidad de Madrid se puso en marcha un sistema, cuando fui consejero, basado en una serie de indicadores, una parte fija, otra parte variable, se incentivaba la investigación, pero habrá otras comunidades que preferirán gastarse el dinero en otras cosas. En todo caso, la Educación no es sólo competencia del Estado, sino también de diecisiete comunidades autónomas y no es fácil en estos momentos de restricciones saber gastar bien.
-Ustedes hablan de que no se han reducido las becas.
-Las becas con carácter general no se han reducido. No es verdad. Sí, las de por ejemplo, estudiar idiomas en el extranjero cruzando océanos. España no puede permitirse, aunque sea maravilloso, el mandar a quince mil estudiantes a estudiar inglés a Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Canadá y no me lo estoy inventando. No podemos. O las becas Erasmus, donde todos sabemos que las disfrutan menos de un cinco por ciento de los estudiantes universitarios, porque el importe de la beca no da para cubrir los costes y por tanto, al final se va con una beca Erasmus los hijos de quienes pueden mantenerles en el extranjero.
-¿Bajar la nota en las becas de un 6,5 a un 5,5 es una prueba de consenso del ministro?
-Es un ejemplo de flexibilidad. El ministro, al contrario que los responsables socialistas de cualquier tema, donde no te admiten ninguna propuesta alternativa, no ha tenido ningún problema en demostrar ese carácter negociador y de flexibilidad. Pero ello ha sucedido a lo largo de toda la preparación de la LOMCE.
-¿Hay que ser optimista con la educación en nuestro país?
-Pienso que sí, porque en el fondo hasta los mismos socialistas saben que la situación actual no se puede mantener y que no es buena. Pero en lugar de leerse la ley con un poco de detalle que es su obligación, en lugar de estudiar otras buenas prácticas que existen en otros países, prefieren quedarse en los aspectos periféricos de la ley. Vuelto a repetir lo mismo que le he dicho al comienzo de la entrevista, que los argumentarios que se están utilizando están muy bien para los chavales de las Juventudes Socialistas, pero impropio de personas que son portavoces de su partido. No entiendo, bajo ningún concepto, lo que están haciendo.
Dos veces fue consejero en la Comunidad de Madrid
Su vida política ha estado muy vinculada al Ayuntamiento de Madrid y con posterioridad a la Asamblea, de donde es diputado desde hace muchas legislaturas. Es senador por designación de la Asamblea autonómica madrileña. Ha llegado a ser consejero del Gobierno de Madrid durante varios años, en primer lugar en la cartera de Trabajo y hasta 2007 en la cartera de Educación, hasta que fue designado representante de la Asamblea en la Cámara Alta. En los gobiernos de UCD al comienzo de la etapa democrática fue concejal del Ayuntamiento y jefe de gabinete del ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones.