Los bares, asociaciones y discotecas de la ciudad llevan toda la semana atareados con la preparación de las casetas.
Capas de pintura, adornos varios, mercancía por colocar... Todo un trajín que han ido cargando a las espaldas los trabajadores de las casetas, pese a no haber podido disponer de agua, baños ni electricidad hasta hace poco. El Parque Juan Carlos I se encontraba ayer llena de estructuras rayadas y de las personas que las están embelleciendo, tanto por dentro como por fuera. Dependiendo del tamaño de la parcela el número de gente ocupada puede llegar a ser de 10 personas. Se turnan entre la mañana y la tarde, aunque siempre hay quien termina pasando el día entero trabajando y los que, por atender otros negocios, sólo pasan unas horas cada jornada. La mayoría de los negocios disponen de aseos propios, pero los que han deseado que la parcela tenga algún apartado, además del rectángulo básico de la parcela, han tenido que pagar un sobrecoste. Los hosteleros comentan que este año la tarifa a pagar por el espacio y la estructura ha subido con respecto a anteriores ediciones de las Fiestas Patronales. Al igual que las tarifas de las atracciones, el incremento se debe, principalmente, a la decisión de aumentar un día más el tiempo que durará la Feria. Por mejorar Los hosteleros ven con optimismo esta nueva edición, “Si no creyéramos que fuese a ir bien no lo montaríamos”, comenta la responsable de una de las casetas. Pese al optimismo, también consideran que la organización y la coordinación con el Ayuntamiento podría ser mejor, debido a que hay algunos servicios básicos que han tardado en llegar a las casetas. Los casos más comentados han sido los retrasos en el suministro del agua y la instalación de los baños, además del suministro de luz. El agua y los aseos llegaron hace tres días, teniendo en cuenta que los trabajos empezaron, en muchos casos, a principios de semana, algunos han tenido problemas para pintar sin agua, además de no poder disponer de un lugar donde poder hacer sus necesidades. Creen que estos suministros deberían de ser accesibles desde el primer día, especialmente este año, que con la ola de calor vivida los trabajadores no podían refrescarse ni hidratarse, viéndose obligados a hacer uso de una de las fuentes públicas instaladas en el parque.