Apesar de que en los últimos años hemos tenido muchos días de lluvias intensas y prolongadas, parece que no se sabe o no se puede poner remedio a los desbordamientos de los ríos y las aguas de estos invaden zonas fuera de sus cauces y penetran en los campos –cultivados o no– así como en los pueblos y ciudades de sus riberas, tomando para sí cuanto encuentran en su camino de crecimiento de nivel. Hay un primer tiempo de satisfacción cuando las aguas se alegran en los ríos y bajan más bulliciosas que de ordinario. La gente se acerca a las riberas para contemplar ese crecimiento y la rapidez inusual con la que las aguas discurren hacia sus desembocaduras, pero la alegría de la visión de unas aguas vivas y alegres se torna en inquietud y temor a medida que el tiempo pasa y las aguas se hacen cada vez más vivas.
No sólo nuestro país ha sufrido esas crecidas de las aguas pues en Europa central está ocurriendo lo mismo, motivando la natural preocupación entre los habitantes y gobernantes de esas regiones. ¿Es falta de previsión general o se trata, más bien, de un accidente serio al que, no obstante, se puede dominar y evitar que vuelva a ocurrir? Creo, sinceramente, que es un fenómeno al que, una vez estudiado seriamente, se le podrá dominar; pero los estudios han de ser serios y urgentes.
Hay otras aguas distintas a las de los ríos, de la mar y de las lluvias torrenciales; son los pensamientos de cada persona ante los acontecimientos que se producen en su entorno, los que podríamos llamar casi familiares por su cercanía física. No se trata en estos casos de utilizar un chubasquero sino la de orientar la propia vida y la de muchas otras personas que dependen, familiarmente, de uno mismo o bien se trata de una ligazón social, la de la convivencia propia de una Nación y hasta de un conjunto de naciones. El ser humano no es insensible a lo que ocurre y tiene constancia de ello y también le afectan –cada vez más– otras cuestiones que se mantienen en países lejanos y que sólo se conocen y analizan en base de noticias más o menos completas.
Es necesario que la información sea cada vez más completa y bien analizada pues el horizonte se presenta, en todas partes, con signos que son preocupantes. ¿Dónde pueden producirse las próximas turbulencias humanas, las generadas por descontento, agobio, escasez de trabajo y medios económicos? ¿Hasta donde llegarán las aguas de ese descontento y hasta de sublevación de millones de seres humanos que habitan en diversas partes del mundo? Es una situación de gran envergadura y que, por lo tanto, requiere soluciones de la máxima importancia, antes de que las aguas de las inquietudes y necesidades humanas se desborden con gran fuerza.