Cinco años se ha tardado en dictar sentencia condenatoria en Ceuta contra el ocupante de una semirrígida provista de motor que terminó siendo interceptado por la Guardia Civil por desobediencia grave a la autoridad.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 28 de julio de 2019, en una jornada que terminaría con otra intervención distinta que se saldó con el decomiso de una narcolancha y cuatro detenidos en el Desnarigado.
Los sucesos de aquellos tiempos siguen estando de actualidad hoy en día, porque cambian las personas pero no las actitudes.
Condena tras años del suceso
En este caso, la titular del Juzgado de lo Penal número 1 ha condenado a una multa de 12 meses con una cuota diaria de 3 euros a un marroquí llamado M.R., quien a través de videoconferencia reconoció su responsabilidad en un delito de resistencia y desobediencia grave a la autoridad.
Eran casi las 4 de la madrugada de ese 28 de julio de 2019 cuando pilotaba una semirrígida a unas dos millas de Punta Almina, en la bahía sur con las luces apagadas.
El Servicio Marítimo le dio el alto, mostrándose una actitud poco colaboradora por parte del ahora condenado, que optó por desobedecer las órdenes de los agentes actuantes.
Una madrugada de mucha presión
Finalmente, se le detuvo y no ha sido hasta ahora cuando se ha podido dictar sentencia condenatoria firme después de que el acusado reconociera los hechos.
La embarcación quedó intervenida por el Servicio Marítimo y aunque tenía parcialmente borrado el número de folio, se pudo averiguar que estaba matriculada en Cádiz.
Esa madrugada al llamado M.R. le siguieron otras detenciones, las de los individuos que embarrancaron en la playa del Desnarigado a bordo de una llamativa narcolancha acusados de contrabando.
Ambos sucesos no guardaban conexión, más allá de haber formado parte de una de las madrugadas de mayor presión en las costas de Ceuta.