9:30 horas. Una mujer de Marruecos acude a prestar servicio en una vivienda de Loma Colmenar. Día de Reyes. Cruza la frontera del Tarajal para entrar en Ceuta. El agente de la Policía Nacional le deja pasar al disponer del permiso de trabajo. Es una privilegiada porque atrás deja una noche de largas colas para entrar en nuestra ciudad y el rechazo generalizado de los agentes a todo aquel marroquí que no presentara visado o documento que certificara su situación laboral regularizada en Ceuta.
Su jornada de trabajo se truncó por la acción rápida y violenta de un ladrón que le
atacó por la espalda para robarle su única pertenencia de valor: un teléfono móvil. Ella fue, ayer, una de las víctimas que, cada vez en mayor número, están siendo acosadas y abordadas por ladrones que les esperan en las inmediaciones de la frontera. Las siguen para apropiarse de aquellos objetos a los que puedan sacar valor como el teléfono móvil que le robaron a esta mujer o, en otros casos, dinero.
En el caso de marras a la víctima la siguieron desde la propia frontera y la acorralaron cuando subía la cuesta de Loma Colmenar. Allí un joven vestido con un chándal, según testigos presenciales, le atacó por la espalda, le arrebató el teléfono y escapó hacia la barriada del Príncipe sin poder ser alcanzado por las pocas personas que, a esa hora, se encontraban por el lugar.
El puente que une el Príncipe con la frontera, otro punto clave en los atracos
La víctima fue arrastrada por el suelo. Dudaba en interponer denuncia. Es precisamente eso una clave a la que se aferran los delincuentes, atacan a los marroquíes porque la amplia mayoría no presenta denuncia. Por eso están aumentando los robos contra estas personas a las que, incluso, no dudan en hacer daño, en causar lesiones de gravedad.
No solo las inmediaciones de la frontera constituyen el escenario ideal para los ladrones, también el puente que a modo de pasarela fue inaugurado hace unos meses para unir el Príncipe con la frontera. No hay luz a pesar de que en reiteradas ocasiones se ha pedido de manera individual pero también a través de la asociación de vecinos. Los atracos son constantes y se teme que vayan a más si no se pone remedio.
La Policía es consciente de esta situación y de hecho mantiene investigaciones abiertas, algunas han tenido como resultado las detenciones de implicados.