Los comerciantes, y los hosteleros también, miran hacia la frontera y ven en el tránsito fluido de personas y vehículos el futuro de sus negocios. La puesta en marcha del Tarajal II se viene retrasando puntualmente desde la primera vez que se fijó una fecha en el calendario para su inauguración. Ya no será este próximo viernes cuando entre en funcionamiento sino el último lunes de febrero, es decir, dentro de catorce días. Si finalmente ésa es la fecha definitiva, tal vez el paso entre nuestra ciudad y Marruecos se pueda realizar de un modo ágil como desea la ciudadanía de ambos países en general y los comerciantes y hosteleros de Ceuta en particular.
El presidente del Centro Comercial Abierto, Ernesto Valero, explica hoy en El Faro que el buen funcionamiento de esa infraestructura es vital para que eventos como el Carnaval tenga un efecto positivo sobre sus negocios y en especial en los establecimientos hosteleros. La pérdida de clientes que presumiblemente van a sufrir en los próximos días por los traslados a la península con motivo del Carnaval sólo se puede ver compensada (e incluso superada) si nuestros vecinos del otro lado de la frontera pueden llegar a Ceuta sin tener que esperar durante horas para entrar y salir. Un tránsito mucho más ágil entre ambos países podría paliar o hacer que pasaran más desapercibidas las importantes ausencias de ciudadanos que registra Ceuta en determinadas fechas a lo largo del año.
Los comerciantes tienen puesta la vista en la frontera, pero por el rabillo del ojo miran hacia el transporte marítimo, otro de los problemas que no deja prosperar sus negocios. Si competir con las grandes superficies de la península ya es difícil, resulta del todo imposible cuando para llegar hasta sus negocios desde el otro lado del Estrecho los clientes tienen que hacer frente a unos precios del barco que resultan totalmente prohibitivos para una familia media.