La urbanización y reforestación del Parque de Santa Catalina, en siete meses

La Ciudad confía en que el futuro Parque Urbano de Santa Catalina esté finalizado en un plazo estimado de siete meses para poder inaugurarlo entre febrero y marzo de 2015. Así lo confirmó ayer el presidente Juan Vivas tras la visita a las obras que se están desarrollando en esta fase del proyecto, cuya inversión global ha superado los diez millones de euros.

De la mano del arquitecto de Fomento Jorge Chaves, Vivas conoció los detalles de la actuación que ahora mismo se está ejecutando en lo que hasta hace unos años era un auténtico atentado medioambiental que tuvo que ser corregido por la institución municipal por orden de Europa.
La superficie sobre la que actualmente se está trabajando ocupa poco más de 6 hectáreas y sobre la misma quiere distribuirse una suerte de caminos entrelazados que servirán para la práctica de deporte o senderismo. Tal y como explico el propio Chaves, sobre las ocho plataformas existentes quiere perfilarse distintos recorridos, permitiendo una extensión de dos kilómetros y medio para andar o correr, bien sobre zonas pavimentadas o terrenos arenosos más blandos. Cada recorrido será independiente.
La mayor de las inversiones será absorbida por las labores de reforestación y contención de taludes, apostándose por la implantación de especies autóctonas como el pino canario, romero, jara o lavanda. Ya sobre el terreno se han plantado algunas palmeras que fueron trasladadas a Santa Catalina desde el Morro.
Vivas apuesta porque este Parque se convierta en un “pequeño oasis” o, como le apuntilló la consejera de Fomento, Susana Román, un “segundo Parque Marítimo”. Se cuidará la ornamentación del lugar, la habilitación de miradores, la disposición de zonas de sombra que permitan distintas perspectivas hacia el mar.
Para más adelante se dejará la concreción de una salida para la Batería de Santa Catalina que requerirá de una actuación concreta. “Esto se nos queda pendiente”, señaló Vivas a los periodistas, que fueron citados en la mañana de ayer en el lugar para conocer los avances y el detalle de la obra.
También queda en cartera la disposición de una pasarela de madera de 63 metros de luz que enlazaría la zona de entrada con la trasera y que constituirá uno de los recorridos luminosos más largos de todo el país.
Sobre el terreno todo son aplausos hacia una obra con la que la Ciudad quiere poner el punto y final a la deuda que tenía con el medio ambiente. Nada se dijo de cómo se frenarán los olores procedentes de la EDAR y que afectan directamente, según el viento, tanto a la zona del cementerio como a la del futuro Parque. El proyecto para evitarlos está en marcha, pero quedan dudas sobre si realmente ese olor quedará eliminado por completo.
Vivas prefirió ayer felicitarse por el que definió como un gran “día” al poder “visitar las obras” que constituyen el “último eslabón de una cadena” que empezó “hace tiempo, que ha sido costosa pero muy necesaria”, concretó.
Ese inicio data de 2003, cuando se tuvo que clausurar el vertedero porque suponía “un grave atentado medioambiental”, se puso en marcha la planta de tratamiento de residuos y se activaron obras de emergencia para evitar vertidos al mar y sellar el vacie sin contaminación alguna. Vivas confía en que en unos meses los ciudadanos puedan ver convertida lo que antes era una montaña de basura en un Parque, recuperándose además todos los exteriores del lugar poniéndolos así en valor. “Se corrige el impacto negativo que suponía un incumplimiento gravísimo de la normativa medioambiental”, apostilló.
La actuación que ahora se va a llevar a cabo de urbanización y reforestación supone una inversión de poco más de un millón de euros, dinero que en buena parte procede de las inyecciones aportadas por los fondos europeos.
La obra de Santa Catalina está concebida como una parte más de la serie de actuaciones que se han llevado o quieren llevarse a cabo en el entorno. Es decir, se concibe como un paso más en la recuperación de todo el entorno San Amaro-Santa Catalina, entroncando este futuro Parque con la mejora del sendero del camino que enlaza ambos puntos o la recuperación patrimonial de todos los elementos que hay en el lugar.
Entre los objetivos puestos encima de la mesa está, por ejemplo, la recuperación de la batería de Valdeaguas, dándosele así un sentido al Hacho.
Según el proyecto sobre el que desde el año 2011 le está dando vueltas la Ciudad, se quiere colocar los cañones ubicados en el K8 para después recuperar la batería de Valdeaguas. Está previsto que una vez que terminen las obras de construcción del Parque se dé el paso de recuperar una zona que hoy por hoy está completamente abandonada.
Desde finales de los años 90 y principios de 2000 no se ha trabajado en el lugar, perdiéndose todo lo que en su día se puso en valor. La idea es recuperar todo esto para que la zona pueda ser visitada.
La Ciudad, en el año 2000 y a través de la Viceconsejería de Patrimonio, echó mano de la brigada de mujeres para realizar una limpieza tanto en el interior como en el exterior, para lo que fue necesario contar con grupos electrógenos. Aquello duró el tiempo que se mantuvieron las expectativas puestas en ella, cayendo, otra vez, en el abandono.
La voluntad política pasa por ofrecer un interés patrimonial a la zona. Es decir, que quienes acudan al futuro Parque de Santa Catalina puedan tener como alternativa conocer la batería, visitar el otro parque que se levantará sobre el vertedero de la vaguada de las Cuevas o regresar a San Amaro.

Las diez claves del proyecto

1 - La superficie de trabajo

Son más de 66.000 metros cuadrados los que están siendo objeto de tratamiento. Se han dispuesto ocho plataformas sobre las que actuar que estarán entrelazadas y que servirán para la reunión, el paseo o la práctica de deporte.

2 - Inversión

En su totalidad serán más de diez millones y medio de euros los que, al término de la actuación, se habrán gastado en la zona. La fase de urbanización y reforestación se lleva 1.200.000 euros. Se ha cuidado especialmente la ubicación de la zona por la salinidad.

3 - Plazos

Se espera que la obra pueda estar terminada en primavera del año próximo ya que se dispone de un plazo de entre 6 y 7 meses de trabajo.

4 - Autóctonas

Se ha elegido un tipo de planta propia de Ceuta, buscándose que la reforestación que se va a llevar a cabo tenga una vinculación directa también con lo que ofrece el Monte Hacho. La mayor inversión se ha destinado además a la reforestación y contención de taludes.

5 - Mirador

Como parte del proyecto se contempla un especial cuidado a las vistas que puedan tenerse desde el futuro Parque. Se quiere jugar con la obtención de diferentes perspectivas consiguiendo que el lugar sea una zona de utilidad tanto para familias, deportistas o pequeños.

6 - Patrimonio

Para una acción posterior está la labor que se lleve a cabo en la Batería de Santa Catalina. De su recuperación depende una acción concreta que tendrá que ser estudiada y llevará una partida económica al margen.

7 - La Sirena

Ayer se hizo mención al abandono del lugar, convertido en zona habitada por inmigrantes, destrozada y dejada después de que hubiera una importante inversión económica en la zona. Preguntado por ello, Vivas significó que habrá que tener en cuenta una posterior actuación en este lugar para recuperarlo y engarzarlo así en toda la puesta en valor que quiere darse a la zona.

8 - Sanciones

La obra que se ha llevado a cabo en este lugar permitió que se pusiera un punto y final al vertedero de Santa Catalina, toda vez que la Unión Europea había amenazado con más sanciones porque se estaba incurriendo en un atentado medioambiental. Se tuvo que actuar en la zona porque la Ciudad estaba obligada a ello por Europa.

9 - Crítica

Asociaciones como Septem Nostra han denunciado públicamente que un Parque sea ubicado justo al lado del cementerio, aunque viendo con buenos ojos el cierre del vertedero. El proyecto, uno de los estrella, de la Ciudad no obtiene el visto bueno de todos los sectores.

10 - El impacto

La Ciudad ha destacado el impacto negativo que tenía esta zona, toda vez que lo primero que podía verse desde el momento en el que el barco se aproximaba a Ceuta era una gran montaña de basura. Ahora se ha transformado aquella visión en otra, la pretendida con la construcción del Parque. Habrá ornamentación adecuada a la zona y distintos senderos para hacer recorridos, algunos de ellos orientados más a la práctica de carreras y otros a pasear. La idea es que el Parque pueda conectarse a través de una pasarela con la otra superficie levantada sobre el vacie construido al lado de la planta de residuos.