La única denuncia por robo de niños en Ceuta termina archivada

Son cientos los casos de niños robados que van apareciendo por todo el país. Denuncias que comenzaron como algo anecdótico y que han terminado por descubrir una auténtica trama de corrupción en torno a las adopciones ilegales.

Según la Fiscalía ya se han abierto más de mil diligencias informativas en todo el país, 342 diligencias previas y se han ordenado hasta 14 exhumaciones. Ceuta no queda aislada en toda esta marabunta de casos. A la Fiscalía General del Estado, que coordina todas las actuaciones que se lleven en el país en torno a esta trama, ha llegado la notificación de la única historia que ha sido judicializada y que de momento, ante la imposibilidad de avanzar más en las investigaciones, ha tenido que ser archivada.
Es un caso de niños robados en el que queda en el aire la frustración de una madre que fue la que presentó denuncia formal en la Fiscalía, incapaz, con los medios existentes, de avanzar más. La mujer puso en conocimiento de la autoridad judicial la desaparición de su hija, a la que dio a luz en 1968 en el antiguo Hospital de la Cruz Roja cuando estaba situado en la calle Real. La Fiscalía inició unas diligencias de investigación que fueron remitidas al Juzgado Decano al haberse cumplido el plazo de seis meses que para su tramitación prevé el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal sin que el Cuerpo Nacional de Policía hubiera terminado la investigación.
El juzgado de instrucción número 5 ordenó la investigación sobre la desaparición de esta recién nacida y las indagaciones policiales confirmaron que la madre estaba contando la verdad. La mujer parió a su hija, que sería trasladada a la Casa Cuna de San José Málaga unos días después. La Policía de Ceuta pudo comprobar que la entrada de esta menor quedó reflejada en el libro de acogidos para, pocos meses después, en agosto, certificarse que la niña había fallecido por muerte súbita. Un día después de los hechos sería inhumada de caridad en la zanja general del Cementerio de San Rafael, tal y como confirmó la empresa gestora de los Archivos del Parque Cementerio de Málaga a los funcionarios policiales desplazados al lugar.
El problema está en que los huesos de la niña nunca se encontraron para comprobar si realmente la cadena de hechos se produjo tal y como denunció la madre (en la fase de desaparición de la recién nacida) y como posteriormente investigaría la Policía.
El procedimiento, que fue remitido al juzgado, terminó archivándose formando parte de la ristra de historias que obra en poder de la Fiscalía General del Estado que intenta aglutinar todos los casos que van remitiéndose desde los distintos órganos del país.
La comparecencia ante el juez de la religiosa María Gómez Valbuena, Sor María, la semana pasada y su posterior imputación ha reabierto la polémica sobre los niños robados, forzando a las asociaciones que están defendiendo los intereses del cada vez mayor número de afectados a mantener reuniones con el Gobierno y la Fiscalía para exigirles mayor apoyo. La desaparición de niños se ha producido en todos los puntos del país durante sesenta años. Sor María es la primera persona a la que un juez abre diligencias por un caso de niños robados. La primera historia saltó a la opinión pública en 2008 en el contexto de la Memoria Histórica, con los niños que fueron arrebatados a sus padres republicanos para ser educados en la “afección al régimen” durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo.
A estos casos se han sumado cientos de denuncias de desapariciones que se extienden desde la década de los cincuenta hasta los noventa, por lo que se calcula que podrían ser unos 300.000 los niños robados y entregados a otras familias con una identidad falsa.

La historia de Hiedra, el primer caso contado

La historia de Hiedra, la joven residente en Granada cuyo origen se vincula directamente con Ceuta y de la que ‘El Faro’ se hacía eco el pasado fin de semana (ver edición del domingo día 15), es la primera que ha salido a la luz en la ciudad contada en primera persona con todos los posibles detalles que se han podido obtener. La de esta joven, de 34 años, se suma a la de otras personas, hombres o mujeres, que tan sólo buscan saber su auténtico origen e identidad. Este caso se enmarca en los años setenta y lo que se ha podido averiguar es que la joven estuvo en la guardería San Ildefonso, a donde fue trasladada, recién nacida, por una persona que nunca se identificó. Su expediente, dicen, desapareció en un incendio y no se ha podido confirmar ni quién fue su madre ni tan siquiera quien fue la persona que la abandonó sin que dejara constancia de su origen.

Cuando el delito se mezcla con “las buenas intenciones”

C.E. / Ceuta
La Policía Nacional ha iniciado varias investigaciones en torno a la posible venta de niños que lleva parejas las adopciones ilegales. Finalmente ninguna ha conseguido ver la luz, salvo una denuncia, presentada el pasado año, que continúa judicializada. En el caso de marras, la madre biológica de un niño denunció a un matrimonio residente en la península al que acusó de querer comprarle la criatura. La justicia todavía sigue investigando este asunto al no haber quedado claras las posturas enfrentadas.
Sin duda, éste ha sido el que ha llegado ‘más lejos’, pero detrás quedan denuncias y sospechas sobre unas prácticas en las que lo delictivo choca con lo moral o ético, o lo que viene a denominarse como “buenas intenciones”. ¿Cómo probar que un niño entregado a una familia para que lo cuide no esconde una adopción oficiosa? Se tiene constancia de parejas que se han saltado los cauces de las adopciones legales, por los cursos que deben seguirse, para criar a niños como si fueran suyos. “Es un tipo de adopción que no se formaliza, pero en este tipo de casos cabe preguntarse ¿con quién está mejor el niño?”, apunta una fuente policial.
Son varios los casos que han llegado a la Jefatura Superior y bastantes las investigaciones, a menudo entrelazadas con las mafias de embarazadas que dan a luz en el Hospital y que son movidas por terceras personas, tal y como ya denunció este medio en verano de 2010 haciéndose eco de la denuncia formal hecha pública por AUGC.
“Conseguir investigar estas tramas es tan complicado como el tema de este tipo de adopciones. ¿Qué juez avalaría la entrada y registro de una vivienda porque se le comunique que allí entran muchas embarazadas?”, ironiza. La respuesta es ninguno, o al menos eso no se ha producido en los años en los que la Policía ha puesto encima de la mesa esta problemática.
Hasta el juzgado han llegado situaciones en las que se ha conocido adopciones ilegales. El más mediático fue el que se destapó durante la celebración de la vista oral por el llamado ‘caso Kimbi’. La testifical de una mujer, supuestamente extorsionada, terminó con la confesión de una adopción ilegal que el juez ordenó que se investigara como una pieza aparte. Nunca se supo de aquel procedimiento.
Para las asociaciones de afectados que llevan años luchando por esta causa de los niños robados, se debe investigar qué hay detrás. La Plataforma de grupos afectados de clínicas de toda España. Causa de Niños Robados agrupa ya a unas 300 familias, y la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) aglutina a unas 500 personas.

Detalle

Única denuncia formal
La Fiscalía General del Estado ha recopilado todas las denuncias que se han ido presentando en distintos puntos del país, que son rebotadas por los órganos judiciales dependientes. En el caso de Ceuta, al menos de manera formal, se ha tenido constancia de sólo una.
Número de afectados
Son más de 300.000 los niños que han podido ser objeto de una adopción ilegal, tras ser robados a sus padres para después ser entregados a otras familias fingiendo muertes inexistentes.

Investigación policial
En el caso de la ciudad, la Policía investigó por orden del juzgado número 5 la única denuncia presentada, consiguiendo llegar hasta Málaga en donde se dejaría constancia del fallecimiento de la recién nacida por muerte súbita. Sus restos, en cambio, nunca se encontraron.
Ceuta y Melilla
Ambas ciudades aparecen como zonas en las que se podían producir partos de niños que luego eran trasladados a Málaga (en el caso de Ceuta) o a Valencia (en el caso de Melilla).

 

Mellizas de Casablanca, separadas y ¿unidas?

C.E./ ceuta
La Policía Nacional investiga en la actualidad unos 85 casos de posibles niños robados en la provincia de Málaga, según la letrada de la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa), Marina Palomo, quien ha apuntado que el colectivo lleva un recuento de prácticamente todas las denuncias presentadas.
Ha indicado que esperan que “poco a poco se vayan viendo avances” en las causas judiciales iniciadas, tras “la racha en la que casi todos los casos se iban archivando”. De hecho, ha apuntado que muchos de esos procedimientos están “pendientes de recurso ante la Audiencia Provincial”.
Historias de Ceuta tan sólo conocen la narrada el pasado domingo por este medio, además de otra que todavía no ha salido a la luz por expreso deseo de la afectada. De Melilla cuentan con otra historia todavía no denunciada. En el arco cercano a ambas ciudades aparece el caso de una madre marroquí que parió a mellizas en Casablanca. Tras el parto le dijeron que una había muerto, pero nunca le enseñaron el cadáver. Veinte años después, la melliza que sí se crió en Marruecos y que ahora reside en España se afana en buscar a su hermana. Cuenta con testimonios de personas que la han conocido, ya que de hecho le han llegado a confundir a ella con su melliza y está avanzando en las investigaciones para poder localizarla. En Marruecos, al requerir el historial clínico, le dijeron que había desaparecido en una inundación. Es la excusa típica que se repite en todas estas historias de niños robados, ésa o la de un incendio. Las ciudades de Ceuta y Melilla aparecen como zonas de las que podían salir niños hacia la península tras ser paridos en sus hospitales.
La asociación Aberoa ha mostrado su esperanza en que “alguien hable” y en que los juzgados vayan citando a aquellas personas “posibles conocedoras de los hechos”.