La UGR abre un año “de transición” en el nuevo Campus Universitario

El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y su consejera de Educación, Mabel Deu, hicieron ayer un alto de media hora en la reunión del Consejo de Gobierno para recibir en el despacho de Presidencia al rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González-Lodeiro, y a los decanos de las Facultades de Ciencias de la Salud y Educación y Humanidades, Rafael Guisado y Ramón Galindo, con quienes compartieron “satisfacción” por el resultado final de la rehabilitación del antiguo acuartelamiento del Teniente Ruiz, convertido ya en Campus Universitario.
Gobierno local e institución nazarí coincidieron también en señalar el que acaba de arrancar como un año “de transición” para la infraestructura y para la oferta educativa de Estudios Superiores en la ciudad autónoma.
Vivas se deshizo en elogios hacia Lodeiro, al que considera “el rector más comprometido con el desarrollo de la UGR en Ceuta”, y se congratuló porque la institución nazarí esté contenta en el Campus. “Es obligatorio agradecer al personal de la Universidad el esfuerzo que ha realizado para los traslados y a los alumnos su comprensión con un equipamiento que encara un año de puesta en marcha, de valoración y de chequeo, hasta cerrar sus carencias actuales en materia de instalaciones deportivas, infraestructuras anejas o servicios comunes como la cafetería-comedor, que entrará en funcionamiento en breve”, resumió el líder del Ejecutivo local.
Vivas está convencido de que la inversión realizada, cerca de 30 millones de euros, “merece la pena” porque “no podía tener mejor destino que la formación y la juventud a través de un proyecto necesario y útil que permitirá ganar como mínimo mil plazas escolares y beneficiar a alrededor de 8.000 estudiantes”.
“El incremento registrado en la demanda de plazas es un aliento y ahora esperamos que la UGR y la UNED sepan encauzar su complementariedad y aprovechar el ambiente típicamente universitario que se está generando”, completó.

“Mucho mejor que antes”
Al rector, por su parte, no le cabe duda de que la comunidad universitaria ceutí está hoy “mucho mejor que antes”. “Lo que se ha hecho”, ha alabado, “es un ejemplo de colaboración y lealtad con el mismo empeño”.
González-Lodeiro también está seguro que con la UNED se podrán alcanzar acuerdos para ofrecer dobles titulaciones “en beneficio de todos” porque, reconoció, “hay demanda social para aumentar el número de titulaciones que se ofrecen”.
Para satisfacerla, a corto plazo, se espera concretar esos proyectos. “A medio y largo plazo”, la UGR no ha renunciado a implantar en la ciudad autónoma Grados como los de Trabajo Social o Fisioterapia. Aunque hace años que, sin aparente fruto, se habla de ello, ahora parece haber más acicates para seguir insistiendo “dado que la demanda de plazas aumenta”. Así lo demuestra la titulación de Ingeniería Informática, que según ha recordado el rector “estuvo en una situación muy difícil por falta de alumnos y ahora ha conseguido un repunte muy necesario y alentador”.
“Creo que esa titulación, que ya va a dar ingenieros Superiores, está consolidada, y ahora toca centrarnos también en la oferta de Másteres y Doctorados sabiendo que estamos muy orgullosos por el trabajo conjunto efectuado”, adelantó con vistas al futuro.

Un curso marcado por la mudanza

La secretaria de la Facultad de Ciencias de la Salud, Beatriz Aranda, fue este año la encargada de dar lectura durante el acto de inauguración del año académico de la Universidad de Granada (UGR) en la ciudad autónoma a las memorias tanto de su centro como de la Facultad de Educación y Humanidades sobre lo acontecido durante el último año académico.
Aranda se congratuló por el mantenimiento de la demanda de plazas en la Facultad de Ciencias de la Salud, donde el año pasado pidieron entrar unos 1.300 estudiantes, y cifró en medio centenar el número de egresados. Además, media docena de alumnos viajaron a formarse al extranjero con becas Erasmus a países como Portugal o Turquía.
La plantilla docente de la Facultad ha crecido hasta 22 efectivos con la incorporación de un profesor para el Prácticum. “Lo más reseñable del año escolar”, apuntó la secretaria, “ha sido el cambio de sede y la mudanza, que se acometió en julio”.
Para la Facultad de Educación y Humanidades también ha sido su traslado la nota dominante del último curso. Su Claustro ha perdido a tres efectivos, uno por fallecimiento, Roberto Alonso, al que se homenajeó, y dos por jubilación.
El centro que tiene como decano a Ramón Galindo organizó este ejercicio los XXV Cursos de Verano de la UGR en Ceuta y mantuvo el nivel de alumnos del Aula de Mayores por encima de los sesenta.
Su Claustro dispone de 72 profesores (45 de Educación, 13 para Administración y Dirección de Empresas y 14 en Informática de Gestión).
Las titulaciones que ofrece sumaron 15 estudiantes de Psicopedagogía y 85 de maestro en titulaciones a extinguir y 356 en los Grados de Educación, 157 en el de Administración y Dirección de Empresas y 24 en el de Informática de Gestión.
Un total de 16 alumnos disfrutaron de beca de Erasmus y cerca de ochenta de los Grados hicieron prácticas, como 5 estudiantes del Máster de Dirección de Empresas Turísticas y una docena del de Secundaria.

Trabajando con la muerte

El “peculiar” pero “querido”, según dice que le describen sus alumnos, Manuel Botella, catedrático del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Forense de la UGR, “viejo amigo” del jefe superior de la Policía Nacional en Ceuta, Pedro Mélida, fue el encargado de pronunciar ayer la conferencia de apertura del año universitario de la institución nazarí en la ciudad autónoma. Botella tituló su ponencia ‘La antropología forense. Una disciplina en auge’ y durante su exposición advirtió de que la especialidad corre el riesgo de “morir de éxito” ante la avalancha de estudiantes interesados en cursarla, en parte, reconoció, por las series de televisión que glosan el trabajo de quienes, como él, “trabajan con la muerte”, con los huesos de los finados, y se erigen en unos peritos “no infalibles” pero casi. El experto explicó las claves del trabajo que se desarrolla en el departamento, tanto en Granada como en colaboración con otras entidades del resto del mundo, entre ellas las de Ciudad Juárez para intentar arrojar luz sobre el feminicidio que parece no tener fin en la ciudad mexicana fronteriza.