La historia de la promoción de Huerta Téllez es un reflejo más de una política errática, de un olvido sin precedentes, de una combinación de factores que han terminado con los sueños de decenas de familias. Hoy, de nuevo, volvemos a poner el foco de atención en los afectados. Están desesperados, han perdido la que iba a ser su vivienda para disponer de un papel en el que dicen que son dueños de unas casas deterioradas tanto en su interior como exterior. De lo que fue a lo que son ha llovido mucho, demasiado. Si contamos la de veces que hemos publicado artículos en los que se lanzaban compromisos políticos, seguro que nos perdemos. No tenemos dedos suficientes para hacerlo.
Los afectados disponen de contratos a nombre de Emvicesa, algunos todavía sueñan en poder entrar en lo que iba a ser su hogar, otros han desistido recuperando en parte su dinero, los hay que rozan la postura más radical y amenazan con ocupar las que son sus propias casas. ¿Saben qué sucedería al final?, que terminarían condenados a pagar una multa por haber cometido una actuación al margen de la ley. Así funciona el sistema, unos ganan, otros pierden y resulta que tenemos decenas de historias de humillación, de desesperación, de infierno... a las que nadie da solución. Todos miran de reojo a la promoción fantasma, nadie quiere dar con la tecla y asumir la responsabilidad que tiene... y como efecto colateral tenemos una barriada que sufre la presencia de un bloque de viviendas abandonado, destrozado poco a poco, que no hace sino afear aún más la imagen global del lugar.
Robos continuos, destrozos, deterioro... nada bueno y todo unido en un mismo entorno del que nadie quiere hacerse responsable. Hay personas que temen incluso que los metros cuadrados que figuraban en sus contratos ya no sean los mismos, nadie está seguro de lo que se está haciendo dentro de la promoción de donde, dicen, han visto salir grupos cargando calentadores y sanitarios. Todo un homenaje a la desvergüenza a la que nadie quiere poner una solución que, de verdad, sea lo efectiva que estos afectados necesitan.