Esta es una de esas historias complejas, con marcados dramas personales, que termina en los juzgados para poner encima de la mesa un asunto gestado entre fronteras. Un asunto que tiene como protagonistas a una joven marroquí, soltera, que se queda embarazada, con lo que eso supone en Marruecos. Una familia de Ceuta que no puede tener hijos y unos amigos de Melilla que supuestamente ven en ese hijo que va a nacer la posibilidad de corregir lo que la Madre Naturaleza dictaminó. Todo ello terminó en una denuncia, en un procedimiento judicial y en una vista que debía haberse celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 pero que terminó suspendida a petición del letrado de la Acusación Particular y del Ministerio Fiscal y a pesar de la oposición de los distintos abogados personados.
Seis personas figuran como acusadas, entre ellas la propia madre del bebé. Todas por su presunta relación con un delito de usurpación de estado civil y todas favorables a haber alcanzado una conformidad reconociendo los hechos. Todas menos la propia madre, cuyo abogado se negó a alcanzar acuerdo alguno si este pasaba porque su patrocinada fuera también condenada, ya que insistió en que ella era la víctima de toda esta trama. ¿Y de qué trama se trataba?
Para saberlo hay que retrotraerse a mayo de 2016. A la ciudad de Melilla. Allí trabajaba como transfronteriza la marroquí B.E.Q. y allí se quedó embarazada de un hombre que dijo que la quería hasta el momento en que supo que sería padre. Entonces desapareció y esta joven se quedó sola, a sabiendas de que su estado de gestación avanzaría y de que en Marruecos sería repudiada. Una cosa tenía clara, quería a su hijo pero no podía parirlo en una ciudad en la que sus padres, residentes en Nador, podían enterarse de todo.
Según mantiene la Acusación Particular, aquí empezó a formarse una trama para conseguir que el hijo que iba a tener esta joven terminara en una familia de Ceuta como hijo propio sin serlo. Un caso más de tantos que han terminado descubriéndose y de muchos otros que han quedado sepultados en ese mundo entre fronteras en donde el choque frontal entre sociedades distintas, pensamientos diferentes y miserias genera historias sangrantes.
La Acusación Particular mantiene que dos mujeres de Melilla le prometieron ayuda al conocer a un matrimonio de Ceuta, “proponiéndole una vida junto a su hijo” en nuestra ciudad y un “contrato de trabajo”. Y así fue como B.E.Q. terminó en Castillejos en donde se le arregló la documentación para pasar a Ceuta, quedando acogida en el domicilio de este matrimonio como empleada de hogar. A los meses se puso de parto, un niño que la joven dijo que era de este hombre, de este ceutí que figura junto a su mujer y la pareja de melillenses como acusados en la causa.
Los hechos fueron conocidos gracias a la declaración de la joven madre que dijo haber sido engañada
“Fue aleccionada para decir en el Hospital que el hijo era de este hombre”, reseña la Acusación Particular. El niño fue inscrito en el Registro Civil como hijo biológico de este hombre y fue empadronado a los seis días de nacer en un domicilio del Príncipe que, según el informe del Padrón, resultó ser una guardería municipal. ¿Cómo se dio de alta al bebé en este lugar? Eso es lo que se pregunta la Acusación Particular.
Tras el parto, ocurrido en octubre de 2016, el niño fue evacuado por un problema en las piernas, registrado con un nombre cristiano y la madre nunca más supo de él. “Le quitaron el pasaporte”, tuvo que marchar a Marruecos, regresando al mes “con el pretexto de que tenía que firmar los papeles del contrato de trabajo” para lo que estuvo viviendo en otra casa de Ceuta cuyo dueño también figura como investigado y acusado en esta causa.
“La llevaron al juzgado a firmar un contrato de trabajo supuesto cuando en realidad era un convenio regulador dándole la custodia de su hijo” y una “ratificación judicial de dicho convenio”. La joven no sabía qué estaba firmando ni contó con intérprete.
Si la historia salió a la luz y terminó con una denuncia en los juzgados que ha dado pie a este caso fue porque la joven pudo ponerse en contacto con la Asociación Al Ámbar que, tras saber todo, puso los hechos en conocimiento del Área de Menores, interponiéndose denuncia en el Juzgado.
Fiscalía entiende que existe un delito de usurpación de estado civil al inscribirse como hijo biológico a quien no lo es y entiende que en el mismo participaron estas seis personas. Considera que hubo un “ánimo y voluntad” de asignar al niño un estado civil distinto al que le correspondía, llegando a inscribirse el pequeño con un identidad falsa. Los seis acusados lo serían en su papel de autores o de cómplices.
La diferencia ente Fiscalía y Acusación Particular estriba en que la segunda considera que su patrocinada no estaba inmersa en esa trama, no formaba parte de la misma sino que fue engañada. Por eso no puede ser considerada acusada porque nunca quiso deshacerse de su hijo ni entregarlo a sabiendas a otro matrimonio. De hecho sus manifestaciones sirvieron para que este caso saliera a la luz y fueran descubiertas todas las irregularidades.
Los intentos por alcanzar una conformidad entre las partes fracasaron. Al delito de usurpación de estado civil se suman, a su juicio, otros como el de falsedad documental y secuestro de menores.
La vista quedó suspendida hasta nueva fecha, debiendo presentarse por parte de la Acusación Particular un nuevo escrito de acusación en tiempo y forma. Las Defensas se negaron a esa suspensión considerando que la misma causaba indefensión a sus patrocinados, desplazados dos de ellos desde Melilla. Advirtieron además de que no podía acusarse de más delitos y de que no se podía pedir una nulidad en este momento procesal. Tras la decisión judicial aceptada, queda por señalar nueva vista en torno a una historia en la que la asociación Al Ámbar se implicó desde que tuvo conocimiento de la misma, consiguiendo que la madre tenga un apoyo en Ceuta junto a su hijo.
En la historia judicial reciente de Ceuta hay varios casos similares en los que incluso se han conseguido condenas y en los que ha existido un intento de compra y venta de bebés nacidos de madres marroquíes a matrimonios de aquí o de Melilla.
Para saber cómo termina esta historia habrá que llegar a una nueva cita en los juzgados, a escuchar las manifestaciones de todos los implicados.
La historia: Mujer, marroquí, sin marido y embarazada La historia que hay de trasfondo en este caso tiene un denominador que es común a otros. Su protagonista es una marroquí que se queda embarazada sin tener marido. En Marruecos quedaría repudiada y es ahí donde nace la intención de ocultar lo que al otro lado de la frontera es tenido como una vergüenza.
Historia: De 2016 a la actualidad. La protagonista de este caso tuvo a su hijo en 2016 y ayer iba a celebrarse, por fin, la vista oral en torno a esta historia pero fue suspendida.
Fiscalía: Todos acusados. En su tesis mantiene a todos los investigados como acusados, también a la propia madre, por un delito de usurpación de estado civil en papel de autores o de cómplices. En el caso de la madre cabría la aplicación de atenuante muy cualificada por colaboración con la justicia.
Acusación Particular: La madre es víctima. A pesar de que todas las partes representadas eran favorables a un acuerdo que hubiera cerrado este caso, por parte de la Acusación Particular se mantiene la postura firme en cuanto a que la madre es una víctima de esta trama y que de hecho se pudo esclarecer todo porque la propia joven prestó declaración y contó todo lo sucedido.
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