La sinfonía en si menor número 8 del compositor austriaco Franz Peter Schubert se denomina “Inacabada” o “Inconclusa” ya que al tener solo dos movimientos se creyó que la sinfonía no estaba terminada, pues no es común escribir sinfonías con dos movimientos y aunque compuesta en 1822 fue descubierta años después de su muerte, sin embargo, en aquél tiempo no existía otra razón que demostrara las intenciones de Schubert para no considerarla terminada. En principio se pensó que Schubert no llegó a terminar la obra enterado de la sífilis que padecía, por lo que la abandonó entregándosela a un amigo; posteriormente aparecería en las manos del director Johann Herbeck que la interpretaría en Viena por primera vez. Pero ha sido en este año 2017 cuando se ha encontrado el tercer movimiento de la “Inacabada”. Han debido de transcurrir 195 años para poder escuchar la sinfonía del maestro completa.
¿Cuánto tiempo tendrá que transcurrir para poder tener una Constitución completa que dure varias generaciones y que lo que se le pueda ir agregando sirva para el interés general de todos los españoles? Está siendo meridianamente claro que la Constitución de 1978 está inacabada. Los artículos correspondientes al Título VIII tienen que volverse a escribir para que representen el interés general de todos los españoles. Y debe comenzar a hacerse cuanto antes. Los hechos acaecidos, nuevamente en Cataluña deben ser el motor para iniciar la reforma. La aplicación del Artículo 155 de la CE será o no suficiente dependiendo de los ámbitos en que se aplique y durante cuánto tiempo. Después de ver la actitud del Registrador, enfrentándose al Rey, en la que le señala “que es él quien toma las decisiones” cuando todos creíamos que el discurso del Rey era el espaldarazo que al señor Registrador le faltaba, la aplicación del 155 en mi opinión con este Presidente no servirá para nada, dada su pasividad, falta de previsión, y su incomprensión absoluta de la realidad, como ya se ha visto en los dos referéndum “que no se han realizado”. De hecho parece que a un colaborador suyo le dijo “Si aplico el 155 y después no me hacen caso ¿Qué hago?” y en sus últimas declaraciones señala “El Gobierno va a impedir que cualquier declaración de independencia, si la hubiere, signifique algo”. Por lo que parece que ya conocía la idea del tal Puigdemont de declarar la independencia y a continuación suspenderla para seguir chantajeando, a la “eslovena”, con mediador internacional incluido. No ha movido un dedo el día de la proclamación de independencia en una parte del territorio español, y será muy tibio en la aplicación del 155. No es capaz de gobernar si no le apoyan otros partidos, lo que es lo mismo que no tener Presidente del Gobierno.
La redacción del 155 está clara y no necesita necesariamente, en mi opinión, desarrollo posterior en contra de lo que señala la actual vicepresidenta que con su habitual sabiduría dice que el “artículo 155 dice muy poco”, yo creo que “dice” lo suficiente, como ya ha sido demostrado en un caso similar en Alemania, de cuya Constitución es copia el citado artículo 155. Pero si el jefe del Ejecutivo ha permanecido hasta ahora pasivo ante los delitos que ya han cometido los dirigentes de la Comunidad Autónoma y no ha instado al Fiscal General para su inmediato encarcelamiento, está claro que su actitud, ante una posible aplicación del 155 iba a ser exactamente la misma: la pasividad. Porque hay una cosa clara, la actitud sediciosa y rebelde de esos dirigentes autonómicos se puede parar enseguida: en cuanto el Jefe del Gobierne se lo ordene a su Fiscal General, ya que desgraciadamente la Fiscalía sirve al Gobierno y no a la ciudadanía. Pero si se decidiera, una vez obtenida la autorización del Senado y se pueda aplicar a la a Comunidad Autónoma de Cataluña el 155 con objeto de: “adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella, al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general” ¿Cuáles serán las medidas necesarias? Pudiera ser en primer lugar destituir a los sediciosos, pero para eso no es necesario el 155. ¿Hacerse cargo del mando de los Mozos de Escuadra? Tampoco es necesario el 155. Existen suficientes artículos en el Código Penal paras encausar y castigar a los jefes de tamaña policía regional y otras leyes que se lo permitirían como la Ley de Seguridad Nacional. ¿Hacerse cargo de la dirección de los colegios? Necesitarían cerca de tres mil directores uno para cada colegio. ¿Suprimir los medios audiovisuales como TV3 que continuamente emiten programas centrados en el odio a España? Para esto tampoco es necesario el 155, basta con suprimir las concesiones de emisión. Es decir, para medidas de “ambulatorio” no es necesaria la aplicación del 155. Y mucho menos con el actual jefe del Ejecutivo. Y es que, llegados al punto en que estamos donde se ha producido ya un golpe de Estado, no valen solamente las curas de urgencia. Es necesario pensar en qué nos hemos equivocado, no se puede seguir con el mantra del “diálogo” como si fuera posible el diálogo entre el violador y la víctima ya que el único diálogo que ellos quieren es conseguir la independencia pero que nosotros lo paguemos, por lo que hay que establecer una estrategia para corregir los errores estructurales, considerar la mejor táctica para conformar el presente. Es decir, pensar en un gran proyecto político de largo alcance. Porque considero que la sinfonía está inacabada., por ello el citado artículo debe emplearse como piedra base para reiniciar un camino en el que se puedan corregir todos los errores del pasado en esa Comunidad Autónoma y en todas las demás, con problemas similares originados por los independentistas u otros, que conforman el Estado Español con el Rey al frente.
Para ello, en primer lugar hay que contar con toda la orquesta sinfónica. Una sinfonía requiere de todos los instrumentos, no es música de cámara, no es un coro, no es una tampoco “cantata”. El director de la orquesta debe conocer muy bien la partitura que va a dirigir. ¿Quién puede ser el director de la orquesta, quien el concertino, los virtuosos de las cuerdas, los metales, etc.? El único seguro hasta ahora es el coro: el pueblo español donde reside la soberanía nacional. Pero el pueblo español siempre ha estado ahí. No falla. Los que han fallado han sido los otros, el director, el concertino, a los metales les faltaban potencia y las cuerdas estaban desafinadas.
Ahora, ya no vale que salga Aznar criticando a Rajoy, su digital sucesor, por como lo está haciendo, ni a Felipe González criticar a Sánchez por fijarse en el dedo y no en la Luna, ni a Guerra con críticas parecidas, a pesar de que todos ellos tienen gran parte de la culpa de lo que hoy sucede. Pero bienvenidos al arrepentimiento si este sirve para que se unan todos los que puedan, una vez hecha su autocrítica, aportar ideas para salvar el país, para que no se continúe como hasta ahora, para ello deben comenzar rebelándose en sus propios partidos e imponer el sentido común y que se enteren todos los ciudadanos de sus iniciativas, y se sumen todos aquellos que han tenido competencias importantes en la gobernación del país para encontrar el Presidente del Gobierno adecuado para iniciar esta nueva estrategia. O la creación de otro partido que asuma esta estrategia.
¿Y cuál debe ser esta estrategia? En mi opinión debe fundamentarse en la igualdad de todos los ciudadanos, en la libertad y en reforzamiento de la unidad de la Nación. La igualdad serviría para que, además de ser todos iguales ante la ley lo que conlleva la independencia total de la Justicia y el poder Ejecutivo, deberían suprimirse todos los aforamientos, los conciertos económicos basados en hechos históricos, los Parlamentos de las Comunidades Autónomas de los que continuamente emanan leyes discriminatorias, las instituciones autonómicas multiplicadas por diecisiete como son los tribunales de cuentas, consejos, televisiones públicas autonómicas, empresas púbicas, policías autonómicas, que han demostrado repetidamente su ineficacia y sin embargo debería aplicarse un sistema educativo dirigido por el Estado de enseñanza igual en todo el país y vertebrado sobre la lengua oficial del Estado que debería ser la única en toda la Administración Pública, y la igualdad de competencias de las Comunidades Autónomas, que no podrían tener ninguna competencia exclusiva del Estado.
La libertad debe centrarse en el poder de escolarizar en la lengua que se desee, en la libertad de movimientos de empresas y ciudadanos para que no implique ventaja o desventaja alguna. En cuanto al reforzamiento de la unidad de la Nación sería precisa la prohibición absoluta para que partidos separatistas puedan presentarse a las elecciones de cualquier tipo, el endurecimiento de penas para los que ultrajaren los símbolos nacionales, el endurecimiento de penas que impliquen el mero intento de cometer actos en contra de la unidad de España.
Creo que va a costar mucho acabar esta sinfonía, pero como la de Schubert, merece la pena comenzar el camino para encontrar lo que falta.