La seguridad policial en el paso del Biutz se ha reducido un 50%

El protocolo que en materia de seguridad se activó hace un año, tras el fallecimiento de dos porteadoras en las proximidades del puente del Biutz, no está vigente como tal. Al menos en lo relativo al número de efectivos policiales que deben garantizar el tránsito de los hombres y mujeres evitando la generación de avalanchas como las que causaron la muerte de Busra y Zhora. Tal y como ha confirmado a ‘El Faro’ la Unión Federal de Policía, en la actualidad la seguridad la está manteniendo un grupo de la UIP cuando según el protocolo tenían que estar operativos dos. Así se estuvo haciendo después de la tragedia del 25 de mayo de 2009, pero, meses después comenzaron los recortes.  La UFP señala que el servicio “sale adelante” con los efectivos que hay actualmente, pero a costa de que los agentes realicen su trabajo al límite. Con los agentes adscritos a este grupo se sobrelleva la carga existente, una carga laboral que sale adelante gracias a la labor policial, pero no es lo que se pactó y, por tanto, se concretó en el protocolo policial establecido. Lo que se prometió no se cumple y la garantía que aportaba la existencia de dos grupos de la UIP queda mermada.

Siguen las avalanchas

En el protocolo acordado también se especificó la colocación de vallas para facilitar la canalización de los porteadores y evitar avalanchas. Las vallas de protección se colocaron, pero de igual manera se han ido rompiendo con lo cual la ayuda material que éstas aportaban a los agentes tampoco es la misma.
Las avalanchas continúan en el Biutz. No son tan dramáticas como la que costó la vida a Busra y Zhora, pero continúan. Lo saben los policías que, consideran, el modus operandi activado tras aquel 25 de mayo ha ayudado a controlar las masas. Lo positivo de esa forma de funcionar radica en los controles que se hacen a modo de filtro en la frontera del Tarajal, coordinando con el Biutz el número de personas a las que se les permite el paso. Todo ello para que nunca se supere un tope establecido y no se vuelvan a producir concentraciones de miles de personas como las que se produjeron aquella mañana que resultaron incontrolables para las fuerzas de seguridad allí destacadas.
Lo contaron en las declaraciones prestadas ante el juez que instruyó el caso y que, tal y como informó ‘El Faro’, terminó archivándolo al no existir persona reconocida que pudiera resultar imputada como causante de la muerte de estas dos mujeres.
Desde la UFP se hace hincapié en que, con la merma sufrida, rebajar aún más el número de agentes destinado en el Biutz haría imposible salvaguardar la seguridad. Con la nota oficial difundida por el Ministerio de Interior, a través de la Delegación del Gobierno, se confirma que no existirá esa reducción, y que la UPR seguirá haciendo sus cometidos en materia de seguridad ciudadana sin tener que mantener los controles en el paso con Marruecos. Una promesa que, desde la UFP, se espera que se cumpla, por lo que vigilarán porque así sea, sin que se produzca lo de ahora, que el protocolo acordado para algo tan relevante como la seguridad del Biutz no se esté cumpliendo al cien por cien. El propio sindicato señala que de descender el número de agentes de la UIP más de lo descendido, sería inviable ejercer el control como se debe en una zona fronteriza.

De comentarios, órdenes verbales y ningún escrito

La intención del Gobierno central de reducir las BRIC y las UIP en Ceuta y Melilla, desmentido por la Delegación esta semana, formará parte de ese tipo de propósitos que nunca llegaron a materializarse en órdenes escritas pero que sí fueron transmitidas verbalmente entre varias unidades operativas. Agentes de la propia UIP y de unidades adscritas a Extranjería como la UCRIF conocían de estos propósitos, dando pie a múltiples comentarios entre los agentes. Los mismos se habían extendido entre los miembros de la UPR conocedores de que, de realizarse esta reducción, debían acudir a prestar servicio al Biutz, de nuevo. Ahora nadie afirma conocer esas intenciones a pesar de que fueron comentadas incluso en reuniones entre mandos y agentes. UFP espera que nos se produzcan cambios cuando la crisis con Marruecos no sea objeto de portada.

El Biutz, a caballo entre la crisis y la presión marroquí

Buscar una salida al Biutz es y seguirá siendo complicado. Desde su creación, en 2005, han sido varios los proyectos y alternativas de cambio anunciadas por los distintos delegados del Gobierno. Ninguna ha fructificado. La última la recordaba el propio Fernández Chacón tras la muerte de las dos porteadoras. Se trata de la construcción de una nueva pasarela que ayudaría a evitar las avalanchas creándose una zona de descanso. Aquella alternativa quedó bloqueada en Rabat. Marruecos nunca dará vía libre a un proyecto que suponga un reconocimiento político de Ceuta como ciudad española. Por eso han pasado los meses y no existe respuesta.
Tampoco la hubo con las alternativas que anteriores delegados pusieron encima de la mesa. Ninguno resultó ser viable porque Marruecos negó esa luz verde. Lo mismo sucede con la propuesta de mejora que el mes pasado llevaba la senadora Luz Elena Sanín a la Cámara, buscando una actuación que terminara con la visión tercermundista existente en este sendero entre dos mundos. La propuesta no podrá traducirse en una reforma arquitectónica como tal si Marruecos no accede a ello. El bloqueo es constante. Y afecta además al ámbito económico. Los planes para mejorar el Biutz que propusieron los empresarios, llegando a contratar a una arquitecta para que los plasmara en ideas concretas, chocaron con la falta de liquidez económica.
La propuesta consistía en la habilitación de dos zonas bien diferenciadas de recepción de porteadores, desde las que serían derivados de forma controlada hasta el puente del Biutz. Se obtuvo la visión policial y se recogieron las modificaciones y alternativas propuestas. Al final la traba la puso la Consejería de Economía que optó por buscar alternativas más económicas dejando, en el aire, esta actuación.
Las modificaciones incluidas en materia de seguridad recogían, entre otras cuestiones la relativa a las vallas a instalar, encargadas de determinar los dos pasillos que recorrerán los porteadores hasta alcanzar el puente del Biutz. El planteamiento de la Policía Nacional también establecía la colocación de vallas móviles en lugar de fijas, a fin de posibilitar su traslado en caso de producirse alguna contingencia. Además, los empresarios de las naves se comprometieron a la colocación y recogida de las vallas, una vez finalice el tránsito de los marroquíes.
En una de las últimas reuniones que llegaron a mantener los comerciantes con la Delegación del Gobierno y la Ciudad se dejó  constancia de que el número máximo de personas que puede circular por esta zona no debe superar la cifra de  2.500 durante las cuatro horas en que permanezca abierto el puente del Biutz.
La culminación del proyecto del Tarajal llegaba en un momento en el que las aglomeraciones de porteadores se empezaban a producir cada vez con mayor frecuencia, según apuntaban representantes del polígono, en contraposición a la tranquilidad experimentada después del fallecimiento de dos marroquíes como consecuencia de una avalancha el pasado mes de mayo. Las masificaciones continúan mientras que la solución para el Biutz queda sin respuesta.