Opinión

La samaritana del pozo de Jacob

Myriam me llamó intranquila el martes, y me extrañó muchísimo, pues siempre nos llamamos en domingo. Habían estado oyendo aviones del Hamas por la frontera de Gaza, lo que les pone nerviosos, según me cuenta. Y además, la habían llamado del Instituto Oftalmológico para decirle que debían repetir las pruebas, pues el tratamiento no había dado del todo los resultados que esperaban. Debo decir  que me preocupé mucho, pues si ella se encuentra mal, yo tampoco estoy bien. Ya mismo me estoy poniendo cualquier excusa para ir a verla. La animé y le aseguré que si debían repetir las pruebas, todo saldría bien al final, que tuviese paciencia. “Israel es pionera en Medicina y Cirugía, no tengas miedo”. Yo acababa de ver un programa en la tele sobre Assísi, Italia.
El Papa había tenido una oración mundial con todos los dirigentes de diferentes confesiones religiosas del mundo, para pedir por la Paz, y se lo comenté a Miryam. “Sin embargo, aquí existe inquietud, se respira un ambiente de intranquilidad entre ambos pueblos, cuando los ciudadanos sólo deseamos vivir en paz”. Es curioso, que la humanidad entera desea esta paz soñada, y los dirigentes políticos se empecinan en lo contrario. A ella le subió la tensión y tuvo que estar el lunes durante muchas horas en el hospital, para que se la regularan. Ahora está un poco mejor. Resulta sorprendente que ante las injusticias y atrocidades que estamos viendo o leyendo en los Medios, permanezcamos indiferentes y dormidos, pues hay países que se han convertido en verdaderos campos de concentración donde se masacra a las poblaciones. Pero también hay que decir que los cristianos en países musulmanes, no viven en libertad, y son perseguidos o discriminados  y considerados como ciudadanos de segunda categoría, (“Arrancados de la Tierra Prometida”, Oscar Garrido Guijarro). Todos somos responsables, al fin, de lo que ocurre, por nuestro silencio y a veces, ignorancia. Por otro lado, me preguntaba que, ¿hasta dónde puede llegar el odio humano y la ambición? Y vemos cómo unos pocos se han encargado de dejar exhaustas a nuestras sociedades, por su avaricia incontrolada, de forma que la gran mayoría no tiene ya de qué vivir, mientras otros nadan en la abundancia.
Me parecía que estuviéramos entrando en un período de intransigencia que iba a traer consecuencias inevitables, en cuanto a lo que se refiere al reparto justo de bienes y riquezas, que Dios ha puesto para  disfrute de todos, y no para unos pocos. La maldad humana se ha encargado del mal reparto, convirtiendo a la sociedad en un verdadero valle de lágrimas.
Le pregunté a Myriam si ella tenía idea de dónde querrían ir a gastar tanto como se han apropiado los insaciables, y para qué querrían tantísimo, e incluso, si eso les causaba felicidad verdadera. A ver si me lo responde alguna vez…
Jesús comienza Su segundo año de Vida Pública, con cansancio y tristeza, por lo que se avecina ya entre los que no Le quieren. Acaban de salir de Emaús y va con ellos José, el hombre que por error se había casado con su hermana de padre. Jesús le da cobijo entre los Suyos, para sanar su dañado espíritu. Sus discípulos preguntan sobre tal situación, pues el problema que existe es el de los fariseos, que les siguen, y atisban cualquier incidencia para poder condenar a muerte al Maestro. “Tiene una gran herida abierta en su corazón, ya que está envenenado por el rencor. Necesita sanar junto a nosotros”, les dice Jesús. Pero Simón Pedro no está tranquilo, piensa que ellos puedan perder la hegemonía pues cree que deben ser los elegidos los primeros. El Maestro le dice sonriente que recuerde lo que Él dijo hace tiempo: “Otros muchos vendrán y los trabajadores serán insuficientes para tanta enseñanza. Pero vosotros seréis siempre Mis elegidos”. Pedro se tranquiliza con las palabras del Rabbí, que continúa: “Os ruego que recordéis cómo vuestro Maestro fue siempre transigente y bondadoso. Los enfermos de corazón sufren más que los enfermos del cuerpo”. Como el camino es ancho, todos se acercan a Jesús para oírle: “Mi Padre mira con alegría las curaciones del alma. Unas veces son tristezas, porque el alma está llena de vicios. En otras, el dolor viene por haber abandonado a Dios. El alma sin esperanza se seca como la yerba del campo cuando no llueve.  Pero si se riega con lágrimas y luego recibe el Sol divino, renacerá de nuevo, dejando atrás los odios, las asperezas y las miserias. Se llenará de luz y serenidad. Hay que acercarse siempre al Sol de Dios, que cura y sana las heridas. Dios es justo y bueno en grado infinito. Debéis pedir al Padre que os dé la paz en medio de las turbulencias. Yo soy el Enviado de Dios, que recojo a los hombres que sufren y los salvo, pues la redención es para los espíritus. Os enseño, ya que seréis los que vais a atraer a los hombres pecadores, porque también vosotros habéis sido pecadores. Soy el Mesías, soy la Misericordia, por eso vienen a Mí los desesperados. Estamos ya cerca de Arimatea, donde está Isaac el pastor, que se quedará con José durante un tiempo”.
José ha escuchado a su Maestro con atención y le da las gracias. Dice que se siente cada día más sano. “Quiero seguirte tranquilo. Venderé lo que tengo y me voy tras de Ti”. Jesús le dice que con Isaac sanará. Ellos deben irse a  Nazaret, “que Mi Madre nos espera”. De nuevo camina Jesús con los Suyos. Arimatea se encuentra al norte de Judea, próxima a la frontera de Samaria, que deben atravesarla antes de llegar a la región de Galilea, donde se encuentra Nazaret. En aquella época los judíos evitaban pasar por allí por los odios acumulados durante mucho tiempo, pero Jesús se ha dirigido a la región sin contar con los prejuicios enquistados. El lugar es montuoso, aunque con caminos amplios, por lo que pueden hablar fácilmente unos con otros. Ante la injusta situación que se vive contra el Maestro, ellos actuarían de otro modo, pero Jesús se opondría siempre. El Rabbi oye la conversación y les dice que se debe tener presente una serie de virtudes, como la caridad, la justicia, la prudencia, la humildad, la templanza, la paciencia, la firmeza… “No tenéis más que obedecer a Dios y a vuestro Maestro, sin preguntas. No podéis jamás preguntar a Dios “por qué has hecho esto”. Observad cómo ellos Me arrojan de los lugares donde estamos. Vosotros pensáis que debo entrar en polémica, pero esto jamás sucederá. Recordad lo que dijo el Bautista: “es necesario que Él crezca y yo disminuya”. Si alguno es santo, no se aferra ni se lamenta, sino que trabaja sólo para traer a Dios más fieles. Unos son discípulos del Bautista, y algunos de ellos vienen a Mí, pero no hay luchas. Los santos se ayudan con alegría, pues trabajan para el Señor. Conseguiréis la Gracia Divina. Cuando así sea, el bautismo será sacramento y el hombre comprenderá y hablará el lenguaje de Dios. Todavía no comprendéis lo que es la Gracia. Para entenderlo dejad los pensamientos mezquinos, que empequeñecen el espíritu”. Ya se ve la región de Samaria. Jesús les pregunta si a ellos les parece mal que hable con samaritanos. Ellos responden que los del Templo se escandalizarán. “Pues bien, Yo no buscaré la ocasión, pero si se presenta, les hablaré de Dios. Yo soy el Salvador. Al principio era el Maestro. Al final seré el Redentor. Así se cumplirá Mi Misión. Por tanto, atended bien a todo lo que os diga, pues luego estaréis solos y tendréis que seguir sin Mí”. Han llegado al profundo pozo de Jacob. Jesús pide a los discípulos que vayan todos a comprar comida al pueblo.(Existe hoy allí un gran centro médico donde me dice Myriam que estuvo trabajando con enfermos que habían llegado en su día de los Campos de Concentración alemanes, el mismo sitio donde ella sanó de una penosa enfermedad, en Ber Iacob, cuando llegó en los años sesenta). Él se queda solo a esperarlos. “No tengáis miedo de Mí, no Me harán nada los samaritanos. Aquí viene la gente a coger agua con sus cántaros, atrás quedaron los que Me odian”. Jesús está sentado en el brocal, con gran recogimiento, con Sus manos juntas, y parece que ora. El día es soleado y agradable. Llega una mujer con su cántaro vacío, que va tapada con velo. Se miran ambos, Jesús le sonríe, ella se sorprende mucho, no lo esperaba. Se descubre el rostro. Es alta y de pelo largo, negro. Parece una mujer hermosa y joven; lleva puestos adornos y amuletos colgados en el cuello. “La paz sea contigo, mujer. ¿Me das agua para beber? He venido caminando y tengo mucha sed”. Ella se extraña, pues Él es judío y entre ellos no se tratan. “Los judíos han injuriado a los samaritanos durante siglos”, dice ella. “Llevas razón, mujer. Pero algo grande ha sucedido. Dios ha hecho un Gran Regalo al mundo. Si conocieses el Don de Dios y quién es el que te dice “dame de beber”, tú Le habrías pedido de Su Agua fresca”. La mujer se extraña más aún, no comprende que ella pueda pedirle a Él el Agua Fresca. “El Agua Fresca es de Dios, y la bondad también, así como la vida. Todo pertenece a un Dios único, tanto para samaritanos como para judíos. Este pozo es de Jacob y él es la cabeza de nuestra raza. Un error nos dividió, pero el origen es éste”. (A Jacob le puso Dios el nombre de Israel. Él fue el tronco de la estirpe israelita. Compró un campo cerca de Siquén y construyó allí un altar. Jacob era hijo de Isaac. Su hermano fue Esaú al que vendió los derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Su madre Rebeca le aconsejó que se marchase al Valle de Harán, en Mesopotamia, junto a su tío Labán. Descansando en el campo tuvo una visión, vio en sueños una escalera misteriosa, que iba de la tierra al cielo, y muchos ángeles subían y bajaban por ella. El Padre Eterno le habló:”Yo soy el Dios de Abraham y de Isaac. Te daré la tierra en que descansas. Tu posteridad será numerosa como el polvo de la tierra, y todas las naciones serán benditas en Aquel que nacerá de ti…”. Por eso Jesús dice a la samaritana que ambos pueblos tienen la misma raíz). La mujer se molesta, pues piensa que culpan a ellos por el error, pero Jesús le aclara:”No quiero ofenderte a ti ni a tu raza. Alguien se olvidó de la Caridad y la Justicia, y actuó mal”. Entonces la samaritana se tranquiliza, le dice a Jesús que esa agua es riquísima, por eso los de Sicar vienen a buscarla.”¿Cómo Tú, Señor, podrías tener Agua para mi, si no llevas odre con que almacenarla?” El Rabbi le responde que quien beba agua del pozo seguirá teniendo sed, “pero el Agua que Yo tengo, no sentirá sed jamás quien la beba. “Aunque sólo es  Mía y la daré a quien Me la pida. En verdad te digo  que quien posea el Agua que Yo le dé, estará saciado para siempre y no tendrá más sed, porque el Agua Mía se convertirá en un Manantial  seguro y  eterno”. La mujer no entiende lo que dice Jesús, eso que “el Agua dura para siempre”. Jesús le explica que durará hasta para la vida eterna, porque es una Fuente de Salvación. “Dame de esta agua. Yo Me canso de venir hasta el pozo cada día. Así no tendré más sed, ni enfermaré, ni envejeceré”. El Rabbi le aclara que no es agua para su cuerpo miserable. “Hay algo más que el cuerpo. Existe el alma. Jacob no dio sólo agua para beber, también para conseguir la santidad, pues el Agua es de Dios”. Ella se queda sumisa y sin saber bien qué decir, pero comprende que si los samaritanos son paganos, no pueden ser santos. Jesús le dice que a los paganos sin culpa, Dios los mira con bondad. “¿Por qué no venís al verdadero Dios? ¿Te produce dolor ser pagana o haber cometido errores? Y si es así, ¿por qué no vives en la virtud?” La mujer se sorprende, piensa cómo es posible que Él pueda conocer su interior. Se avergüenza. Jesús le pide:”ve a llamar a tu marido y regresa con él”.- “No tengo marido”, contesta ella con timidez. “Dijiste bien. Has tenido cinco hombres y el de ahora tampoco es tu marido. Tu religión no te aconseja la deshonestidad, pues vosotros también tenéis el Decálogo. Debes estar cansada de haber sido carne para tantos hombres. Una mujer honesta es de un solo hombre. Cuando seas mayor te quedarán recuerdos amargos y el temor de Dios que juzgará tus acciones, porque, ¿dónde están tus pequeños, que no los veo?”. Ella no habla, está petrificada, parece sentir terror. Pero Jesús continúa: “Son almas pequeñitas a las que no quisiste que vieran la luz del día y te acusan. Ahora sólo posees joyas, vestidos bonitos y buena casa, pero en tu interior se ocultan las lágrimas y la miseria. Si te arrepientes, Dios te perdonará y volverás a tener riqueza en el alma”. La mujer se siente confundida, aunque afirma inspirada:” ¡Tú eres un Profeta, Señor!”. Jesús le pide que no llore. “Ven cerca de Mí, siéntate a Mi lado,  que te hablaré de Dios. Quizás te has equivocado porque nadie te enseñó bien el camino hacia el Verdadero Dios. Él puede ayudarte a levantar”. La mujer Le explica con humildad: “Señor, nuestros padres adoraron sobre este monte, Garizim”, (cerca de Siquem. Aquí construyeron un templo que fue rival del Templo de Jerusalem). “Tú dices que Dios es uno solo. Ayúdame, pues yo quiero ser buena”. Y Jesús le dice: “dentro de poco llegará la hora en que ni sobre este monte de Samaria, ni en Jerusalem, el Padre será adorado. Vosotros adoráis al que conocéis y nosotros adoramos al que conocemos, pero has de saber que  de los judíos viene la salvación. Te recuerdo con ello a los Profetas. Mas… ya ha empezado la hora en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, no con el Antiguo rito, sino con el Nuevo, en el que no habrá sacrificios de animales al fuego, sino sacrificio eterno de la Hostia Inmaculada, consumida en el fuego de la Caridad. Y los que sepan adorarlo en espíritu y verdad lo comprenderán”… La mujer está extasiada. Le dice que ellos esperan al Mesías, llamado Cristo. “Él nos enseñará todo. Cerca de aquí está el Precursor, que muchos de de los nuestros  van a oírlo, pero es muy severo. Pienso que el Cristo será bueno. Él es el Rey de la Paz. ¿Vendrá pronto, Señor?”. Jesús le confiesa Quien es:”Yo soy Jesucristo”. Ella quiere huir de pavor. “No huyas, mujer”. Pero siente horror, porque Él es Santo y ella una pecadora. “Yo soy el Salvador. He venido porque Me necesitabas para darte Comida Nueva y quitar tu cansancio”. Ya vienen por el camino los discípulos, que miran a la mujer con sorpresa, pero no hablan. Ella se marcha sin nada en las manos. Pedro está contento. Han traído queso, pan, aceitunas y miel. Quiere que Jesús coma y se reponga. Con el cántaro que ha quedado en el brocal del pozo cogen agua. “Come, Señor. No había pescado, que Te habría gustado más”. Pero Jesús les dice que el Alimento que él posee les dará muchas fuerzas. Los discípulos no entienden. “Mi Alimento consiste en hacer la voluntad de Mi Padre. Cuando un sembrador arroja la semilla, en realidad no ha terminado su trabajo. Cuando pasen más de cuatro meses tendrá que contratar a muchos segadores para segar el campo. Se preparan graneros para su almacenamiento. Luego llevarán a casa un salario para vivir algunos meses. Lo mismo ocurre en el campo del espíritu. Yo he sembrado, pues soy el Sembrador. A los que vengan a segar les daré el salario y el fruto que corresponda, y vivirán en Mi Reino Eterno. ¡Venid a segar en Mi campo! Cuando Yo haya sembrado por todas partes, estaré muy feliz de veros con la cosecha. Se habrá cumplido la voluntad de Dios, y Yo Me sentaré en el banquete de la Jerusalem Celestial”. Se ven venir a cierta distancia a muchos samaritanos con la mujer del pozo, que fue para avisar a todos de que había encontrado al Mesías. Todos miran en silencio. Jesús les dice: “Tened caridad con ellos, que son almas deseosas de encontrarse con Dios”.

Entradas recientes

El amor y la fe traducidos en un pregón a la Virgen del Rocío

La Parroquia de Santa Teresa ha vuelto a ser testigo de un día más de…

27/04/2024

La nueva normativa que tendrá que cumplir el ascensor de su comunidad de vecinos

Los ceutíes que viven en una comunidad de vecinos con ascensor en Ceuta deben estar…

27/04/2024

El 'Archipiélago de los desastres', éxito y fracaso sobre las tablas

El Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta ha acogido este sábado el ‘Archipiélago de los…

27/04/2024

El menor apuñalado, en planta; la Policía identifica al autor

El menor que fue apuñalado en la noche de este viernes en Ceuta permanece ingresado…

27/04/2024

El Ceuta B se pega un festín y golea por 5-0 al Coria CF

La Agrupación Deportiva Ceuta B se ha pegado un festín ante el Coria CF al…

27/04/2024

El Sporting se la jugará la última jornada con el Xerez

El Sporting Atlético de Ceuta se jugaba mucho en esta penúltima jornada de campeonato. Enfrente…

27/04/2024