Todos los que me conocen saben cuál es mi postura respecto al asesinato llamado aborto. Esta postura, que no es otra que la defensa de la vida de indefensos, no es gratuita, es el resultado de la enorme suerte que he tenido en mi inconclusa y minúscula formación como humano, que tuvo a bien pasaran por mis necias manos libros de hombres y mujeres que sí fueron ilustrados, escritos con miles de años de sabiduría preconizando la protección de la vida y artículos de opinión de científicos destacados en la materia anunciando que la vida se encuentra en el código genético.
Fortuna reincidente, ya que para constituir esa opinión, no he recibido influencias de políticos de ninguna talla ni partido, que por cierto, sólo han destacado para poner en relevancia su ignorancia supina y temeraria sobre el asunto.
No me considero ninguna autoridad moral, ni para este asunto, ni para ningún otro. Tampoco hace falta serlo para dilucidar dónde se encuentra la vida, eso lo hacemos los miles de millones de habitantes de este planeta, y gracias a que nuestro instinto natural es la conservación de la vida en general y la humana en particular, estamos aquí.
La frase originaria del comediógrafo latino Tito Macio Plauto y popularizada por el filósofo y padre de casi toda la política occidental, Thomas Hobbe en su obra Leviatán: “El hombre es un lobo para el hombre”, adquiere su máxima expresión cuando salen a la luz los espeluznantes datos de abortos cometidos en cualquier parte del Mundo, y de cómo los gobernantes que en el caso de España son a su vez los legisladores, facilitan en extremo la consecución de este asesinato, haciendo caso omiso a lo que verdaderamente necesita una embarazada: un futuro de paz, trabajo y prosperidad; y no unas horas en una clínica ante un carnicero con unas tijeras y una aspiradora.
Pero hete aquí que existen políticos que se sienten dioses-científicos, curiosamente son los mismos políticos cuyos currículos son inexistentes fuera de la política, y se arrogan autoridad para legislar sobre qué es vida humana y lo qué no lo es. Hecho muy cercano a la eugenesia. Esto es el despropósito de cualquier legislado: los ignorantes guiando a los ciudadanos.
Ya hace tiempo que nos dicen qué es libertad y qué no lo es, de nuevo ignorando a miles de años de conocimiento y sabiduría. Por supuesto, también otorgan carnet de democrático o no, en este último caso pasan a denominarle fascista, ignorando también con ello lo que es el fascismo y la historia del mismo de tal forma que hasta han conseguido que el DRAE contenga una acepción permisiva.
La cuestión es que de nuevo, el Gobierno popular va a modificar la ley socialista del aborto, también conocida como “de barra libre”, para retrotraerla a la ley de los tres supuestos de 1985, creyendo con esto que se realiza un acto total de justicia.
No es mal camino, pero se encuentra a medias. El día que seamos capaces de crear políticas integrales para ayudas a la mujer con embarazos no deseados, será el día en el que la democracia habrá alcanzado una de sus cumbres, la protección de los más indefensos.