“La razón de los antisistema está en las redes, basta asomarse a Twitter”

Educador, doctor en Psicología, comisario de Policía jubilado... Julio de Antón, que fue director general de Seguridad entre 2000 y 2003, publica un nuevo libro para analizar el fenómeno antisistema Estudioso desde hace décadas de la delincuencia juvenil y con más de 15 libros publicados, quien entre 2000 y 2003 fuera director general de Seguridad en la Ciudad Autónoma de Ceuta, Julio de Antón, presentará en pocos días su último estudio en el que estudia la fenomenología de los antisistema. Una cuestión que, con fenómenos como el 15-M o el 25-S, está en la actualidad informativa de los últimos tiempos. En esta entrevista con ‘El Faro’, de Antón explica sus principales conclusiones al respecto antes de que el libro sea formalmente presentado el día 2 de noviembre en Quintanar de la Sierra (Burgos).
–¿Qué se entiende por antisistema?
–El movimiento antisistema nace en la década de los 90, tiene poca historicidad, es decir, es novedoso. Aún así se observa que es generalmente juvenil y surge como consecuencia de la frustración de los jóvenes a la respuesta del mercado y del capital. Es la frustración exponenciada de la juventud blanca a la falta de respuesta por parte de la economía de mercado y alimentada por el anarquismo y las fuerzas de izquierdas. Están inerciados por la izquierda más radical, es decir, el partido comunista, los anarquistas, etcétera...
–A pesar de que surgiera hace dos décadas, imagino que coincidirá conmigo, el concepto ha tomado fuerza en los últimos años.  ¿Por qué ha sido así?
–Porque los antisistema cuentan con una red llamada ‘Indymedia’ y, aparte, manejan muy bien las redes sociales especialmente Twitter y Facebook. El movimiento es global, pues surgió en Seattle, Estados Unidos, y se extendió por toda Europa hasta llegar a aquí, donde hemos aprendido lo bueno y lo malo. No es algo inercial de España, sino que tras nacer prosigue por Alemania y el resto de Europa.
–¿Los antisistemas son un bloque compacto o hay grupos diferenciados?
–Yo distingo entre tres grupos. Por un lado los que llamo ‘indignados blancos’, que suponen aproximadamente un 80%. Los llamo así porque en los diferentes lugares en los que se han manifestado no entra ningún sector de color y es un movimiento festivo, es decir, van a defender su derecho a manifestarse. Luego estarían los ‘indignados rojos’, que son los famosos ‘punkis’. Ellos no solamente van en un tono festivo, sino que son resistentes ante la autoridad y encabezan la idea de ‘tomo la plaza’ o ‘tomo el Senado’. Luego, por delante de ellos, están la vanguardia de los antisistema que son los ‘Black Block’, que se traduce como ‘Bloque negro’. Este es un grupo muy minoritario pero que, en su mayoría, son los reventadores, los que se enfrentan a la fuerza pública porque están movidos por intereses políticos. Son los individuos más peligrosos.
–Por lo que dice, imagino que no considerará correcta una relación que a menudo se hace. Me refiero a equiparar antisistema con violencia...
–No, es un árbol que tiene una raíz, un tallo y unas hojas. Es decir, los más violentos son las hojas. Es decir, los que se mueven en el discurso de las plazas, que ahora últimamente se han movido en el 25-S o la primavera valenciana, son cosmopolitas, metropolitanos.
–¿Y anarquistas?
–Como le decía, dentro de esos tres grupos en el caso de los más mayoritarios, de los ‘blancos’ no hay ideas políticas. Simplemente son gente indignada. Todo se debe a una frustración porque la gente está indignada, lo cual desde el punto de vista del derecho de reunión y manifestación lo ejercen y ya está. Pero no por ello son violentos ni nada similar. Los violentos son una minoría, esos que llevan la cara tapada y se mueven como si fueran una endémica negra, similar a la muerte.
–En las últimas semanas la polémica más reciente ha surgido por las manifestaciones en las inmediaciones del Senado. ¿Qué opinión le merecen esos episodios?
–Ante el derecho de manifestación, reunión y expresión quienes allí estaban contaban con la autorización pertinente. Lo único que ocurre es que esta manifestación en un momento determinado se dispara porque lanzan la mecha, al empujar las barreras y eso sería lo que la fuerza pública no estaba dispuesta a consentir. Quien empujó esas barreras metálicas no son ni los ‘blancos’ ni los ‘rosas’, sino que fue el ‘bloque negro’. De ahí que ocurrieran esas reyertas, peleas y daños que lamentar. Con un saldo de 34 detenidos a los que se ha puesto en libertad, con lo cual no estoy de acuerdo, y muchos heridos. Estoy de acuerdo con la mayoría de las personas que allí se manifestaban, pues ejercían su derecho y estaban autorizadas. La Policía está para aguantar, pero hay un momento en que se lanza una línea roja y a partir de ahí hay un enfrentamiento entre los violentos y la Policía que es quien tiene el derecho del Estado a usar la fuerza.
–¿Y qué motivos cree que están llevando a muchas personas a unirse al movimiento antisistema?
–La razón está en las redes. Basta con asomarse a Twitter o Indymedia. Hay muchas instituciones y entidades como ‘Attac’ o ‘Democracia Real Ya’ que están aportando mensajes comunes. Toda esta gente está en contra del sistema capitalista que nos hemos dado, critican el mercantilismo de la ley de la oferta y la demanda. ¿Quienes son sus enemigos? El Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio... Por eso siempre están presentes para montar un cirio cuando se reúnen estas organizaciones que representan al capital. Van allá donde estén, en especial los ‘Black Blocks’.