El patio anda mojado, estropajado y roto. No hay más que ir a un cumpleaños para notar la crisis, en días que nos levantamos con la certeza- algunos ya la teníamos- de que la recesión va para largo.
Los cumpleaños- como les decía- son la clave, quizás pueril, no les digo que no, para darte cuenta de que los tiempos económicos han cambiado, porque ya no nos asustamos de que la gente pierda su trabajo, no nos asustamos de que fisioterapeutas nos vendan juguetes de los chinos , como dependientes entregados, en jornadas de doce horas seguidas , ni que nuestros hijos tengan que buscarse el condumio en las Américas como nuestros abuelos, ahora, lo que nos sorprende, es que haya quien aún pueda sufragar un cumpleaños en la bolera.
Antes, ya les digo, la cosa era bien distinta y había dinero para todo, porque albañiles y parados , enlosaban el mundo patrio y alicatadores, iluministas- los de la electricidad, se entiende-mueblistas, aparejadores, constructores, bancos, particulares y una pirámide de no acabe usted de contar , vivían de eso, de hacer construcciones en el aire , que ahora se han quedado como los dinosaurios de Huesca, en puro fósil de huesos viejos, desluciendo carreteras colindantes y dándonos una sensación- a la atardecida, con el sol decayendo- de que el mundo puede caérsenos, en cualquier momento, como a los galos , sobre nuestras cabezas. Garzón espera sentencia de su primera causa como imputado, afónico y enchaquetado, pero tiene al menos dos más, esperándole en el armario, porque las telas de araña son intrincadas y pegajosas, si te quieren sorber la sangre y dejarte vomitado y hueco.
Intrincado y sinvergüenza, es hacerse con dinero de la desgracia de los padres de Marta del Castillo, que han conocido que intentan estafarles, a ellos, que buscan dinero para la justicia de su hija, a través de una cuenta bancaria, y a los que lo donan, en la creencia de que es para eso y no para llenar los bolsillos de algún desgraciado.
Intrincado y sinvergüenza, es quedarse con el dinero de los demás y pagarnos en crisis, que la gente pierda sus casas y sus trabajos, que los jubilados tengan que deberle la comida -de la mesa- a Carrefour, que emite una tarjeta para mayores de 65, para que los productos básicos no lleven el IVA. Sé, que es la resaca del cumpleaños, porque siempre me pasa, solo que este año, la mayoría de los que estaban allí son parados y eran mecánicos o profesores sin plaza o cerrajeros y estaban sonrientes , pero afectados, viendo a sus hijos disfrazar la crisis entre castillos de bolas , alquilados por dos horas , para festejar que tenemos hijos y que confiamos en el futuro, al menos de cara a la cuadrilla. Porque, en realidad, Montse , no sabe cómo va a salir de esta , porque ya se le han acabado las ayudas , de las ayudas, de las ayudas, y aún su marido, no ha encontrado nada.
Hay quien dice que no nos importa , porque nos callamos, pero no es cierto, es por miedo, la gente, tiene miedo, de que lo que venga sea peor, de que les rebajen las pagas, de que les suban más los impuestos, de que tengan que pagar las medicinas, de que los colegios públicos se queden sin calefacción , como el de Castellón y encima a quien lo grabe lo echen a la calle , como si fuera un acosador, o peor , porque a los que acosan los asisten abogados y expulsan al acosado y ven que la justicia calla o que ve encubridores invisibles o que las penas no se aplican , y por eso callan y se crean corrillos y hay gente que se ríe , a gritos falsos, y gente que esconde la cabeza y gente que vota, sin saber ni lo que vota, solo por el hecho de que puede votar y si lo pensamos , no es poca cosa , sino muy importante y decisiva.