Las expectativas de mejora en las dependencias de la Protectora de Animales y Plantas de Ceuta y, por ende, de los animales que en ella residen, no pueden ser más pesimistas si se tiene en cuenta la subvención que la Ciudad ha entregado a la asociación y que, ni por asomo, cubre las necesidades de esta entidad sin ánimo de lucro.
Con tan sólo una partida de 36.000 euros para 2016, la misma que este año, el futuro no pinta demasiado bien y apunta a que, finalmente, tal y como siempre ocurre, los perjudicados serán los perros y gatos recogidos por la entidad. Los gastos superan con creces la subvención concedida por la Ciudad, lo que llevaría a la Protectora a una situación de crisis económica “que ya viene siendo demasiado habitual”, explica su presidente, Francisco Javier Blanco. Este año tan sólo en alimentación para perros y gatos han sido necesarios 21.300 euros, a los que se suman 1.000 en productos de limpieza; en el pago de personal (un veterinario y un limpiador), que incluye los seguros sociales, se han invertido 22.800 euros; a las actuaciones higiénico-sanitarias (aquellas que deben efectuarse en clínicas veterinarias dado que la consulta de la Protectora no dispone del material necesario) se han destinado 19.000 euros; los pasaportes y cartillas necesarias para las adopciones de los animales suman 1.200 euros anuales, mientras que los gastos de gestoría se cifran en 1.000. A ello hay que sumar los seguros de los vehículos de la asociación, así como el mantenimiento, y otros gastos adicionales que puedan surgir, lo que cifra en unos 86.000 euros la cantidad para sufragar las necesidades de la Protectora. Y todo ello sin contar los gastos adicionales que suponen los viajes a Francia donde numerosos perros y gatos encuentran un hogar gracias a estas adopciones internacionales. Sólo en barco, peajes y gasolina se enfrentan a un desembolso de entre 1.700 y 2.000 euros, además del coste del pienso con el que alimentar a los animales durante el trayecto. “Esto tampoco incluye el alojamiento ni la comida de las personas que llevan a los animales que lo pagan de su propio bolsillo”, añade Blanco. Además, cada animal requiere de una serie de preparativos antes de su partida (vacunas, desparasitación interna y externa, test para descartar cualquier enfermedad, cartillas...). En el caso de un perro la cifra se sitúa entre los 50 y 60 euros, dado que la Consejería de Sanidad sufraga los test sanitarios. No ocurre lo mismo en el caso de los gatos, cuyo traslado hasta el país galo se cifra entre los 80 y 90 euros. El dinero que aportan los socios, entre 1.400 y 1.600 tampoco es suficiente para soportar esta carga económica, por lo que desde la Protectora ya están preparando una campaña de captación de nuevos socios. “La pondremos en marcha en breve a través de nuestra página y de las redes sociales. También queremos hacer un pase de perros, en colaboración con Marina Dog, para promover las adopciones, y de esta manera poder sobrevivir unos meses hasta que nos den la subvención, que será en torno al mes de febrero”. Miembros de la Protectora tienen intención de mantener una reunión con responsables de la Ciudad para solicitar un aumento de la cantidad. En caso de no lograrse, muchos de estos animales no tendrán la más mínima oportunidad de sobrevivir con los escasos recursos existentes. “No sólo es cuestión de comida, también necesitan tratamiento médico sin el cual muchos terminarán muriendo sin remedio”, se lamenta Blanco.
La ayuda de los voluntarios es insuficiente
Los perros y, sobre todo, el gran número de gatos que terminan atropellados en la calle y requieren tratamiento urgente que el consultorio de la Protectora no puede cubrir, son un añadido a los gastos de la asociación, que deben trasladar a estos animales a clínicas veterinarias. “En este caso, este dinero lo pagan los voluntarios y el grupo Amigos de los Gatos que recaudan la cantidad, pero la Ciudad no puede pretender que también nos hagamos cargo de estos animales que, de no contar con esta ayuda extra, terminarían muertos en las calles”.