La nueva pasarela del parque de Santa Catalina ya puede ser utilizada por los ciudadanos después de que superara las pertinentes pruebas de carga que han determinado la utilización del puente con plena seguridad para los usuarios.
Se trata de una pasarela peatonal de madera tipo arco de una longitud total de 62 metros y una anchura de dos, que permite salvar una vaguada a unos 14 metros de altura sobre la misma.
Con la realización de la prueba se pretende comprobar, por un lado, la adecuada respuesta estructural ante la aplicación de unas determinadas cargas estáticas así como el comportamiento de la misma ante la solicitación de cargas dinámicas bastante más livianas que la carga de cálculo estática y, por otro, la evaluación del nivel de confort en el usuario, que se ha determinado bajo diferentes hipótesis de paso de peatones.
Equipos técnicos de la Ciudad se encargaron de realizar dichas pruebas, en primer lugar la ‘Prueba de Carga Estática, consistente en colocar peso sin movimiento. Hasta 300 kilos de peso en forma de bloques de hormigón se colocaron por cada metro cuadrado de pasarela. Tras 20 minutos soportando dicho lastre, el siguiente paso era comprobar el descenso del puente, el cual debe cumplir la ‘flecha teórica’ obtenida de los modelos de cálculo. Así, de los 15,4 milímetros teóricos, se obtuvo un descenso real de 16 milímimetros y, por tanto, se superó el primer test.
La siguiente prueba, de ‘Carga Dinámica’, consistió en constatar los modos de vibración de la estructura, a la cual se ‘excitó dinámicamente’. En este caso se llegaron a efectuar hasta diez comprobaciones diferentes con grupos de 13, 25 y 40 personas, quienes atravesaron la pasarela primero paseando y, posteriormente, corriendo. Esta comprobación, que consiste en constatar la resistencia de la estructura con peso en movimiento, continuó con una prueba en la que una furgoneta debía atravesar el puente, mientras se encontraba con varios obstáculos en su camino.
Tanto a mitad del puente, como en una cuarta parte del mismo, se colocaron sendos tablones, a modo de badén. Tras el choque del vehículo, a una velocidad de 40 kilómetros por hora, con estos obstáculos y su posterior caída, se provocaba una vibración forzada. También en esta prueba, la pasarela logró el aprobado ya que la frecuencia coincidió con los dos primeros modos de vibración: 2,98 y 3,97 hercios.
La conclusión de las pruebas han determinado la seguridad de esta pasarela de madera que atraviesa la zona trasera de los cementerios hindú y hebreo y une el parque de Santa Catalina con el vial que transcurre desde el monte Hacho y que muchos ciudadanos emplean para pasear o hacer footing.
Con esta actuación se da un paso más hacia la culminación total del parque de Santa Catalina cuya construcción dio comienzo en 2013. Actualmente, también se acomete la construcción de un paseo desde el antiguo pudridero de cetáceos.
La última parte de la obra y que daría por finalizado el parque de Santa Catalina es la plantación de árboles y arbustos que puedan soportar los fuertes vientos que azotan la zona. De momento, únicamente se han plantado algunas palmeras, cactus y especies arbóreas que ahora se completarán con otras que harán de la zona un espacio más natural.