Los cuatro grupos de la oposición (PSOE, Caballas, MDyC y C’s) pidieron ayer al Gobierno local que propiciara un marco regulatorio para los medios de comunicación de titularidad pública, en este caso Radiotelevisión Ceuta (RTVCE), y que tanto en la web de la Ciudad Autónoma (ceuta.es) como los perfiles en redes sociales de la institución local tuvieran cabida los grupos de la oposición.
La iniciativa, auspiciada por la diputada socialista Nuria Miaja, no encontró respaldo en el Ejecutivo local. El consejero que es presidente del consejo de administración de RTVCE, Emilio Carreira, advirtió en el transcurso del Pleno que se trata de un ente que respeta la “pluralidad” y negó que haya “manipulación” informativa tal y como sugirieron tanto desde las filas del PSOE como desde Caballas.
El consejero argumentó que la programación del ente público atiende a todos los aspectos sociales y culturales de la ciudad y retó a los diputados de la oposición a hacer un recuento de los minutos que en RTVCE se dedican a los miembros del Gobierno.
Web institucional
Respecto a la web y a los perfiles en redes sociales, el mismo consejero destacó que lo que divulga es información institucional de la Ciudad Autónoma y acusó al PSOE de querer convertirla en un “boletín político”.
Nuria Miaja, por su parte, insistió en que es “constatable” la “instrumentalización” del Gobierno sobre este medio de comunicación de titularidad pública e hizo hincapié en su elevado coste para las arcas públicas -2,7 millones de euros al año- y que cerró el ejercicio 2014 con más de 34.000 euros de déficit. También intervino en el debate el diputado de Caballas Juan Luis Aróstegui, quien acusó a los responsables de la Televisión de tener “animadversión” por los miembros de la coalición y de haber convertido el medio en la “televisión de la casta”, definido además como un “medio de propaganda casposo”. Aróstegui afeó al Gobierno local que no hubiera consensuado con la oposición el nombramiento de sus responsables y que no fomentara debates públicos sobre cuestiones como la interculturalidad, la educación o los modelos económicos de futuro para la ciudad. “Es solo entretenimiento, que está muy bien pero que es solo una de las funciones que tiene que cumplir como televisión”, criticó, “porque todo lo que tiene que ver con cualquier tipo de debate social está fuera de su programación y de sus objetivos y eso es incomprensible”, añadió.