“La ‘operación bikini’ debe empezar en la guardería enseñando a comer bien”

Advierte de las consecuencias “bestiales” de iniciar una dieta de pérdida de peso sin control ni supervisión médica

Se acerca el verano y surge la preocupación por lucir un cuerpo atractivo en playas y piscinas. Sin embargo, para alcanzar esta meta no son recomendables todos los caminos desde el punto de vista médico. La falta de supervisión de expertos en nutrición o la fe ciega en dietas supuestamente milagrosas pueden acarrear serios problemas de salud. Sobre estos riesgos advierte Joaquín González, médico de la clínica HC Ceuta. –Llega el verano y el sol, los golpes de calor y el exceso de rayos UVA no son la única amenaza para la salud. La ‘operación bikini’ también tiene sus riesgos si se realiza de manera descontrolada.
–Claro. Hemos detectado en HC Ceuta que mucha gente, por su cuenta, por lo que dice un compañero de gimnasio o por lo que le aconseja un amigo, intenta perder peso de una manera libre. Es una decisión que puede acarrear muchos problemas para la salud si la dieta se hace de manera precipitada y sin ningún control. Para empezar una terapia de pérdida de peso, el plan que vamos a aplicar conlleva una serie de controles médicos antes de iniciarlo. ¿Por qué? Porque no todo el mundo está preparado para todo tipo de dietas. Detrás de todo esto hemos detectado muchas veces problemas cardiovasculares, hipertensión, diabetes, dislipemias... que necesitan tener una serie de connotaciones dentro de la dieta.
–¿Son dolencias o complicaciones de salud provocadas por una mala dieta?
–Por una dieta mala y por pacientes que ya son obesos, que nunca se han revisado y empezamos a sacar esas patologías. Las diagnosticamos en la consulta de pérdida de peso.
–Se asegura que tras una rápida pérdida de peso viene una rápida recuperación.
–Existe un efecto rebote. El cerebro es muy sabio. Cuando pierde mucho, necesita absorber mucho para recuperarlo. No sabe si estamos gordos o estamos delgados. Tenemos que perder peso poquito a poco para que la cabeza no se dé cuenta.
–El cuerpo necesita energía. Si la alimentación no es suficiente, de algún sitio debe tomarla.
–Nosotros hacemos muchas fórmulas para calcular básicamente las necesidades basales de nutrición, de calorías que tiene una persona, del gasto que va a tener durante el día. Menos de ese gasto no se puede ingerir, porque dieta con menos de ese gasto corremos el riesgo de carencias de vitaminas, minerales como sodio, magnesio, potasio, calcio... Además de insuficiencia renal en dietas hiperproteicas, alteraciones hepáticas, dislipemias, hipertensión, diabetes... Hay que tener siempre en cuenta que detrás de un problema de ganancia de peso puede haber un problema de ansiedad.  La persona que controle un plan de pérdida de peso debe ser un médico.
–¿Existen las dietas milagrosas?
–No existen. Ese es el gran problema, que estas dietas no existen.
–¿Las que se anuncian son mentira?
–Perdemos peso a costa de nuestra salud. Eso es lo que no tenemos que tolerar. Estamos aquí para intentar que la gente entienda que sólo hay un camino: hacer las cosas bien y de una manera saludable.
Nos dicen algunos pacientes: llega el verano y no estoy a tiempo de perder ese peso que quiero perder. Podemos apretar de otras manera e intentarlo, pero de una manera sana. Sin embargo, lo que no podemos es perder 20 kilos en una semana. Eso no es sano ni debemos hacerlo.
–¿También son mentira o tienen alto riesgo los productos milagrosos que ayudan a adelgazar?
–Todos los productos que se venden de manera milagrosa es engañar al paciente. Posiblemente podamos perder peso, no digo que no. Pero nunca dice la letra pequeñita qué riesgos acarrean estos productos. Una pérdida de peso de un paciente que utiliza fármacos que aumentan al metabolismo basal a través de hormonas puede provocar un hipertiroidismo, que es una enfermedad bastante grave que tenemos que tratar con muchos fármacos para frenarla. Son hormonas y conllevan muchos problemas.
–Paradójicamente, el riesgo de estos productos es que quien los consume no es plenamente consciente del riesgo.
–La gente no lo sabe. El problema es que esta publicidad engañosa hace que se enganche gente a perder peso de cualquier manera. Estas personas deben estar controladas por un médico antes, durante y después del plan de pérdida de peso.
–Un problema es la gente que quiere perder peso. Y otro, la gente que quiere ganarlo, que desea más masa muscular.
–Son pacientes que quiere ganar volumen de masa muscular magra. Tienen que estar también muy controlados. Esas dietas tienen que tener un poco más de proteínas que las otras, pero se deben hacer de una manera saludable. Podemos recurrir a la medicina deportiva, que también la utilizamos mucho en esta consulta, y ponemos un plan de ejercicios específicos para mejorar tanto el aumento de la masa muscular como la definición de la musculatura.
–¿Cuando se cruza por la calle con una persona cuya musculatura llama la atención de una manera exagerada, considera que es una persona sana?
–Evidentemente, cuando están desproporcionados esos cuerpos es por muchos, muchos, muchos años de trabajo, de sacrificio nutricional y deportivo. O detrás de ello hay una especie de engaño. El engaño son los anabolizantes. Son sustancias no permitidas, que son nocivas. Además, a medida que va avanzado el tiempo, aumenta el número de receptores, por lo que la respuesta a un mismo tratamiento es cada vez menor. Entonces, esta persona necesita meter cada vez más anabolizantes. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los anabolizantes pueden provocar miles de enfermedades, de médula ósea, hepáticas, linfomas, tumores... Es decir, conllevan un peligro muy, muy importante.
–Por lo que dice, si no se hace bien, el lucir cuerpo un verano puede tener consecuencias para toda la vida.
–Unas consecuencias bestiales. La nutrición hay que hacerla de manera controlada. Hay que comer bien, sano y educar a los pacientes para que coman bien. Comer bien no significa no tomar nada, nada de grasas. Comer bien es una dieta equilibrada. Y, además, ejercicio.
Las consecuencias de una mala alimentación llegan con el tiempo y cuando llegan, son bastante graves. Es importante que la gente sepa que empezar estos planes de pérdida de peso rápidos y sin ningún tipo de control es muy negativo para la salud. Todo el mundo tiene que estar controlado por un profesional.
–Esta obsesión por el cuerpo es totalmente nueva. Es un problema surgido en las últimas décadas.
–La moda ha cambiado. Antes la mujer guapa era la que tenía más carne, la más gordita. Ésa era la mujer más apetecible para el hombre. Eso es lo que vendía la publicidad...
–Que también era malo.
–Los límites siempre son malos. Nosotros valoramos el IMC (Índice de Masa Corporal), que nos dice si una persona está en su peso o no. Si está por encima, tenemos que intentar que baje un poco. Y si está por debajo, subirlo. Tengo pacientes que su IMC está muy bajo. Hay pacientes que tienen anorexia nerviosa. En función de cada persona, tenemos que adaptarnos a las necesidades nutricionales que tiene.
–¿Es posible una ‘operación bikini’ sin riesgo para la salud?
–Es posible, pero con tiempo. Lo que no podemos hacer es: empieza la playa dentro de dos semanas, empieza a salir el sol, hace buen tiempo... en dos semanas pierdo 30 kilos.
–¿Cuándo habría que empezar la ‘operación bikini’?
–Realmente la ‘operación bikini’ debería empezar en la guardería enseñando a comer bien. Es educación. Igual que cuando vemos a un adulto por la mañana, hay que darle los buenos días, debemos saber que hay que comer muchas veces al día, poquita cantidad, tomar mucho líquido e intentar hacer ejercicio todos los días. Cuando la sociedad se dé cuenta de eso, haremos una prevención bastante importante de enfermedades cardiovasculares como la diabetes, la hipertensión, la dislipemia... Y, encima, tendremos cuerpos estéticamente mejores. Tenemos que venderlo de la manera que sea para que la gente esté más sana.
–Además de enseñar a comer bien, habrá que enseñar a aceptar lo que Dios ha dado a cada uno.
–Evidentemente, hay gente que tiene el metabolismo basal más alto o más bajo y dependiendo de esto será un poquito más delgado o más grueso. Los complejos también provocan que se hagan barbaridades.
–La conclusión es que siempre hay que contar con asesoramiento y control médico.
–No existen dietas milagrosas. Sí existe un trabajo de bastante tiempo que en función de lo que queramos conseguir. Tenemos que sentarnos y llegar a unas conclusiones que sean lo más saludables posibles para el paciente, que debe cumplir lo pactado en las consultas. Nunca excederse.
–El sacrificio y la constancia no son cualidades habituales en nuestra sociedad.
–Es cierto. Por eso digo que tenemos que llegar a la guardería.

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