Una próxima reunión abordará el problema de las actuaciones ante siniestros entre embarcaciones
El Gobierno confía en aportar al menos calma ante la tempestad generada después de que en el BOCCE del pasado viernes quedara en el aire las garantías a la navegabilidad por el Foso Real. Y es que, tal y como se recoge en la normativa publicada por Capitanía Marítima, las embarcaciones que naveguen por esta zona lo harán a su “riesgo y ventura” en el caso de que sufran algún accidente, quitando toda responsabilidad a la administración y, en este caso, al propio Puerto. En base al reglamento de Policía Portuaria se considera que el foso no es un canal navegable aunque permite su uso, advirtiéndose de que la responsabilidad vendrá de la mano de quien lo emplee.
Una próxima reunión prevé servir para analizar, al detalle, todo lo relacionado con esta situación. “El problema viene en que navegable es, y por tanto pueden producirse accidentes. Entonces ¿quién es el responsable? Habrá que mirar si alguna de las embarcaciones ha tenido una conducta anómala, pero también los seguros suelen ser muy ágiles a la hora de reclamar al Puerto. En esa reunión se va a intentar responder primero a cuáles son las normas específicas de navegación para un lugar tan sui generis, porque no hay otro lugar del mundo en el que se produzca esto: que sea un foso navegable y tenga tanto trasiego de embarcaciones”, expuso ayer el portavoz accidental del Ejecutivo, Néstor García León.
“Lo segundo, que se califique como navegable o no navegable a efectos del Puerto y de la Capitanía... me aventuraría si ahora dijéramos algo. Pero diga lo que diga Capitanía o lo que suceda con los accidentes... navegar se sigue navegando y la intención es que siga utilizándose sobre todo por las embarcaciones pequeñas que puedan marchar de una bahía a otra”, apuntilló a los periodistas al término del Consejo de Gobierno de ayer.