A medida que se acercaba la hora del concierto cada vez era más difícil encontrar una localidad libre en el patio de butacas del Teatro Auditorio del Revellín.
Y ya resultaba casi imposible cuando pasaban varios minutos de las 19:30 horas y los componentes de la Unidad de Música del Batallón del Cuartel General aún no había salido al escenario. Finalmente, a las 19:48 horas, cuando empezaron las primeras notas, el teatro registraba un lleno como pocas veces ocurre. El concierto con motivo del Día de las Fuerzas Armadas dejó sin casi ningún sitio libre el Auditorio del Revellín, que ayer estaba adornado con los estandartes de Regulares, del Cuartel General, Artillería, Caballería, Ingenieros, Logística, Música de la Comgeceu y la Legión. Todas las unidades que forman parte de la Comandancia General de Ceuta.
El público, compuesto en su mayoría por grupos de varones y parejas jóvenes, muchas de ellas con niños, recibió con un fuerte aplauso a la Unidad de Música del Batallón del Cuartel General. Cada uno de sus miembros vestía el uniforme correspondiente a su unidad.
Antes de comenzar, el director de la banda pidió autorización al comandante general, Javier Sancho Sifre, que se encontraba en una de las butacas más cercanas al escenario.
Con casi veinte minutos de retraso sobre el horario previsto debido al numeroso público que asistió al concierto, comenzaron a sonar las primeras notas de ‘El tambor de Granaderos’, de R. Chapí. Luego fue el turno de la conocida pieza de A. Khatchaturian ‘Danza del Sable’.
Antes de continuar con la siguiente pieza, la polca ‘América’ de F. Corto, el director explicó que las próximas tres composiciones eran para instrumentos solista con acompañamiento de banda. Empezó la sección de viento metal, con la trompeta “para comprobar así las habilidades individuales técnicas de cada uno de los componentes”. El primero de ellos fue el sargento Antonio Tomás Martínez López.
Para ver el vídeo, entre AQUÍ