“La mujer estaba contemplando el fuego y se estaba quemando viva”

Tres agentes de la Policía Nacional evitaron víctimas en un incendio que se produjo en la calle Conrado Álvarez

“Bomberos nos dijo que 30 o 40 segundos más tarde y estaríamos lamentando un fallecimiento, porque la mujer estaba contemplando el fuego y se estaba quemando viva e inhalando humo, y además estaba impedida. Apuntaba a todo lo peor”. Quien así habla es Álvaro Sáez, uno de los tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía que evitó, la madrugada de ayer, que hubiera víctimas en el incendio desatado en el interior de una vivienda ubicada en la calle Conrado Álvarez. Los otros son Sandra Ferreira y Diego Barriga.
Todo comenzó a las 2:20 horas, cuando se recibió una llamada en la Sala del 091y se indicó a un zeta que acudiera a una vivienda que se había incendiado en la céntrica calle. El jefe de turno, Sáez, se dirigió con su zeta al sector en el que opera el que había sido requerido y cuando se encontraba en el punto más intermedio desde el 091 indicaron el lugar exacto, se dirigió a éste y llegó el primero al estar más cerca.
Al llegar, dos barrenderos le señalaron el domicilio, donde pudo ver a un hombre intentando respirar por la ventana. “Salía muchísimo humo, por lo que me bajé del coche, cogí el extintor y subí al domicilio por la escalera, y los dos trabajadores de Urbaser me seguían”, relata el agente en una entrevista con este medio.
Una vez en la planta de la vivienda incendiada, la puerta, que estaba abierta, se cerró, por lo que el agente le dio una patada para abrirla, encontrándose una vivienda en llamas y con mucho humo. “El panorama que me encontré fue una mujer mayor sentada en estado de shock y con fuego en el pelo y la cara. También había otra persona a su lado semiinsconsciente mirando el fuego”, añade. Su reacción fue “instintiva”, accedió al interior de la vivienda y le pidió al hombre que estaba intentando respirar por la ventana que se marchara. Entonces cogió el extintor y apagó las llamas “pero como había alcanzado un sillón seguía combustionando y había muchísimo humo”. Al pedirle a la mujer que saliera de la vivienda y ver que no respondía, los trabajadores de Urbaser y el policía la sacaron en brazos porque estaba impedida. Al llegar los otros dos compañeros sacaron al otro hombre que estaba semiinconsciente.
Una vez a salvo la familia, llegó la Policía Local, que colaboró en el desalojo, la evacuación y localización y comunicación a familiares para informarles de lo ocurrido y se hicieran cargo de la vivienda. También acudió Bomberos y una ambulancia. La anciana tuvo que ser atendida en el lugar de los hechos debido a una insuficiencia respiratoria por inhalación de humo y de quemaduras leves.
Los agentes valoraron la colaboración de los empleados de Urbaser que participaron en el desalojo de la afectada. “Colaboraron desde el anonimato. Vinieron detrás mía, sacaron conmigo a la mujer, vieron que ya llegaban mis compañeros y se marcharon”, recuerda Sáez, mientras Ferreira añade que estos empleados tenían el camión aparcado muy cerca de la vivienda porque estaban trabajando.
Aunque aseguran que no es la primera vez que intervienen en una situación de este tipo –por ejemplo, Sáez participó en el operativo que se activó con motivo del incendio en el garaje de Parques de Ceuta–, se muestran muy satisfechos de su actuación. No es para menos, ya que, tal y como les dijo a los agentes el responsable de la unidad de Bomberos que acudió a extinguir el incendio, “de no ser por la rápida actuación hubiera habido víctimas mortales”, algo que consta en el parte tanto de Bomberos como de la Policía Local. Les felicitó. “Es muy gratificante que otros cuerpos ‘in situ’ te agradezcan la actuación”, afirma Barriga, mientras Sáez añade que “estas son las intervenciones que realmente motivan, porque aguantar al típico borracho de turno por la noche o cosas ingratas que te encuentras como personas muertas en su domicilio por muerte natural no lo hacen. Lo que realmente motiva son actuaciones que te reconocen los propios compañeros o en las que te dicen las víctimas que si no es gracias a nosotros no estarían aquí”.
También han recibido la felicitación de miembros de la UPR, inspectores y también del jefe superior, Pedro Luis Mélida.
Este tipo de intervenciones también ayudan a trasladar a la ciudadanía la realidad del oficio ya que “hoy en día con los desahucios y la función que tenemos, este tipo de intervenciones son las que más te llegan”, dice Barriga.
Ferreira destaca la coordinación entre los distintos cuerpos que intervinieron en el rescate. “Llegamos nosotros y en cuestión de minutos también la Policía Local.  Llegamos unos detrás de otros, de manera escalonada, pero fue muy rápido”, recuerda.
Además de sentirse satisfechos por su actuación, también sienten que han colaborado en que la ciudadanía conozca cuál es el trabajo que verdaderamente lleva a cabo la Policía Nacional. “En el 091 entra todo tipo de llamadas. Es de 24 horas, por lo que atiendes toda clase de servicios, como humanitarios, incendios, robos o inundaciones, lo que sea”, explica Ferreira, para añadir sus compañeros que un gran porcentaje corresponde a servicios humanitarios.
Los tres afectados, la anciana y sus dos hijos, se encuentran en buen estado ya que la rápida actuación de estos agentes de la Policía Nacional evitó que el incendio acabara en tragedia.

Coordinación entre los distintos cuerpos
Después de la Policía Nacional llegó la Local y más tarde Bomberos, ya que en un principio le indicaron otra calle. Los agentes agradecen la colaboración de Policía Local y Bomberos. Tras el rescate se procedió a poner en marcha el protocolo.
El jefe superior propondrá un reconocimiento
El jefe superior de la Policía Nacional, Pedro Luis Mélida, quien ayer felicitó a los agentes, propondrá que se lleve a cabo un reconocimiento en la medida en que se estime oportuno.
Uno de los agentes sufrió un esguince cervical
Sáez sufrió un esguince cervical durante el rescate de la anciana de unos 80 años. En el momento de la intervención, que duró unos 7 minutos, no se dio cuenta, como tampoco de que se había quemado toda la manga de la cazadora, algo que descubrió su pareja cuando iba a lavar el uniforme.
Otra gran intervención
Sáez recuerda que estando destinado en la Comisaría de Arganzuela (Madrid) hizo ver a una psicóloga que tenía intención de suicidarse que valía la pena vivir.