La muerte asomó por el espigón

Aquella madrugada los guardias civiles que estaban de servicio en la frontera no pensaban ni por asomo que iban a terminar siendo protagonistas del que ha pasado a la historia como una de las entradas migratorias más dramáticas de las vividas en Ceuta.

Era 6 de febrero y nada hacía sospechar que, al otro lado, los inmigrantes habían preparado su incursión en masa en la ciudad. Se prepararon con flotadores, chalecos salvavidas y diversos objetos artesanales para mantenerse a flote ya que su idea era alcanzar la playa del Tarajal después de sortear el Biutz y seguir el cauce del río que pasa por el que será la ruta alternativa de mercancías, el ‘Tarajal II’. Otros, equivocados, sin conocimiento alguno del medio acuático, optaron por enfundarse en ropa sin pensar que todas ellas iban a provocar su muerte nada más intentar bordear el espigón del Tarajal. Nadar así era un suicidio para cualquiera menos para ellos, incapaces de entender lo irracional de su actuación.
Cuando los búhos de la Benemérita detectaron la acumulación de personas al otro lado de la frontera, se puso en marcha un operativo que para nada tiene que ver con el que pudo verse en el intento masivo del martes. Cuarenta guardias civiles estaban llamados a controlar al medio millar de subsaharianos, apoyados únicamente por algunos marroquíes que ni siquiera contaban con material de protección como escudos o porras. Esa era la vigilancia de la frontera sur de Europa, esa era la vigilancia en una jornada en la que nadie presagiaba que iba a terminar con la muerte de 15 subsaharianos.
Si hubiera que lanzar dos claves relevantes del pasado 6-F del que hoy se cumple un mes, habría que aludir no solo a la falta de información que en todo momento prevaleció y que quedó reflejada en el modo de proceder que tuvieron los agentes, sino también a la nefasta gestión que, sobre los hechos, llevó a cabo la clase política. Aún hoy, un mes después de la tragedia, se puede comprobar cómo hay medios de comunicación nacionales que no tienen claro siquiera dónde murieron los inmigrantes y hasta confunden a los que aparecen en las imágenes nadando hacia el Tarajal con los que realmente fallecieron.
A las 5.45 horas empezaría la incursión de los inmigrantes en Ceuta y no fue hasta horas después cuando se supo del fallecimiento de varios de ellos, cuyos cuerpos estaban en el fondo del mar, en el lado marroquí. Uno de los agentes de la Benemérita fue el primero en apercibirse de su presencia e informar al COS de la existencia de los cadáveres. Su voz, entrecortada, quedó recogida en una de las comunicaciones internas mantenidas en aquella complicada mañana. Si esa voz se hubiera hecho pública, al igual que se hicieron los videos a través de la web de Interior, la presión ejercida por algunas entidades y partidos políticos que han criminalizado la actuación de los guardias civiles no hubiera sido tal. El dramatismo es imposible de fingir.
Ceuta acogía en esos momentos uno de los mayores dramas migratorios que constan ya en las hemerotecas. Drama que recordó directamente al de 2005, cuando otros subsaharianos fueron tiroteados por la espalda o quedaron atrapados en el laberinto de concertinas que aún hoy lucen en los más de ocho kilómetros de perímetro. Atrás quedaron otros, como la muerte de varios subsaharianos en 2009 al naufragar su balsa en Perejil. Solo se recuperó el cadáver de una mujer y su hija. El resto quedaron atrapados en el mar.
El 6-F se sumó a todas esas historias, ha pasado desgraciadamente a formar parte de la leyenda negra que empezó a azotar a la ciudad a finales de los años 90 cuando la llegada en goteo de inmigrantes no hacía presagiar la realidad que afecta hoy a las ciudades de Ceuta y Melilla, fronteras sur de Europa.

Intento de entrada que marcó la inmigración
El 6-F marcó un antes y un después ya que significó un duro golpe para los inmigrantes

Lo que sucedió hace hoy un mes marcó un antes y un después en los movimientos migratorios. Al margen de la tragedia acontecida, todo aquello supuso un duro golpe para los inmigrantes e incluso para las mafias. Que fallecieran 15 personas fue un fracaso para las organizaciones que trafican con personas y que venden un éxito en las incursiones. Que ocurriera aquella tragedia supuso un mazazo para los enlaces que se encargan de captar a los inmigrantes. Algo que ha quedado reflejado en los informes que, a posteriori, han elaborado los servicios de información de las fuerzas de seguridad, en donde se deja constancia de la interpretación que, de los hechos, hicieron también quienes viven del comercio de personas. Marruecos, por su parte, reforzó su presencia con más militares.

La labor de la guardia civil
Se le acusó de incluso de tirotear a los inmigrantes, ningún medio nacional quiso publicar las otras imágenes del servicio

A los guardias civiles que actuaron aquel 6 de febrero se les llegó a acusar de tirotear a los inmigrantes. Lo dijo el portavoz socialista en el Senado, Marcelino Iglesias, quien durante una intervención en la Cámara Alta llegó incluso a hablar de "inmigrantes muertos tiroteados". Se confundió a los inmigrantes que llegaban a nado al Tarajal con los fallecidos y nunca se habló de otras imágenes que también pudieron verse ese 6-F, que pasará a la historia por ser el reflejo de una nefasta política informativa. ¿Por qué a ningún medio nacional le interesó difundir estas imágenes de inmigrantes rescatados por la embarcación de la Benemérita y trasladados a la orilla? Estos son algunos de esos 23 a los que aludía el ministro del Interior en su comparecencia ante los grupos políticos. Nadie quiso hacer mención a esa parte de la realidad pretendidamente obviada porque entonces podía fastidiar la historia que, de forma machacona, estaba protagonizando los principales informativos y tertulias. Las acusaciones contra la labor del Instituto Armado llegaron de todos los puntos.

El tipo de entradas
Hace dos años comenzó a hacerse notar la técnica en bloque que ahora es prioritaria

En lo que va de año Ceuta y Melilla han registrado una decena de intentos de entrada masivos. Algo que ahora es novedoso pero que empezó a notarse hace un par de años cuando una veintena de inmigrantes, aleccionada por las mafias, lo puso en práctica por vez primera. Aquello que parecía ser casual estaba estudiado, de hecho dio pie a lo que ya se ha convertido en habitual, las entradas en masa, a la carrera, bien por las distintas vías fronterizas o incluso ayudados de vehículos kamikaze. El 6-F fue otro intento de entrada más que tuvo la particularidad de sorprender a unas fuerzas marroquíes no preparadas para aquello y a una Guardia Civil que estaba en cuadros. Una merma sobre la que ya había cargado la AUGC reclamando refuerzos y protocolos.

La otra evidencia del 6-f: caza de brujas
Las muertes de los inmigrantes dieron paso a una batalla de intereses más allá del ámbito político: cruce de puñales

Tras el 6-F empezaría a escribirse otra crónica bien distinta, más propia de guerras internas que en esta ocasión llegaron a superar el ámbito político. Se puso en marcha una auténtica caza de brujas con lanzamiento de puñales. Las acusaciones de mentiras y de ocultismos dejaron al descubierto un enfrentamiento de poder en el que llegó a haber filtraciones nunca investigadas. La visita del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, sólo sirvió para lanzar amenazas evidentes y para, poco después, ordenar a los guardias que trabajaran para limpiar su imagen preparando un informe con todas sus manifestaciones para evitar así que le acusaran de haber incurrido en contradicciones y mucho menos de mentir. La filtración interesada a ‘El País’ de un informe inicial enviado por el Instituto Armado supuso poner al descubierto que se estaba labrando una guerra interna, a muerte, con tal de ofrecer una cabeza en bandeja de plata en toda esta historia. Hubo momentos de desconcierto, nadie sabía a ciencia cierta de dónde podían proceder los puñales para provocar que alguien pasara por el martirio de ser el culpable de todo esto. A fecha de hoy, el director general amenazante no ha ordenado investigación alguna sobre la revelación de secretos por filtrarse un informe con el sello de la Dirección.

El caso judicializado
A la espera de los informes de las autopsias y de conocer qué oenegés se personarán como Acusación Particular

Con el inicio de una investigación judicial, todos los focos se orientan hacia la labor que se hará en Ceuta para intentar esclarecer lo ocurrido. Ya se han visionado las grabaciones, ya se ha girado visita al espigón y a las instalaciones del COS y ya se dispone de las informaciones que va facilitando sobre lo sucedido la Policía Judicial. El juzgado de instrucción número 6, que lleva el caso, está aún a la espera de los resultados de las autopsias que deberían ser remitidos desde Marruecos, así como de los de las pruebas que se pidieron, como complemento, a uno de los cuerpos que fue encontrado en Ceuta al haberse detectado que presentaba algunas lesiones. Algunas oenegés han mostrado su interés por personarse como Acusación Particular, pero deberán abonar la fianza que ha dispuesto el juzgado de instrucción al efecto.{galerias local="20140306_16_17" titulo="La muerte asomó por el espigón"/}