La UDYCO es quien está investigando el caso, ya judicializado y bajo secreto de sumario dictado por la titular del Juzgado de Instrucción número 2.
Se está, sin duda, ante uno de los crímenes más complejos en la historia policial reciente, debido a la crueldad mostrada por los autores, que primero dispararon al joven para después carbonizarlo en el interior del vehículo blindado, modelo Audi A6, que ocupaba. Solo se han podido recuperar restos del cuerpo, completamente destrozado e irreconocible, debido a las altas temperaturas alcanzadas en el interior del turismo.
El hallazgo de este macabro crimen no se produjo hasta pasadas las cinco de la madrugada, a pesar de que el vehículo había sido incendiado en torno a la una. Bomberos acudió hasta el Jaral (en la zona trasera de la Hípica) al recibir un aviso de la quema de un coche. Allí se toparon con el vehículo cuyas llamas alcanzaban únicamente la parte delantera. Las sofocó y abandonó el lugar junto a las patrullas policiales que acompañaban al SEIS. En ese momento nadie detectó que dentro del vehículo, en el asiento del copiloto, se encontraba el muerto. Ayer se informaba de que la explicación podría haber estado en la gran cantidad de espuma usada para sofocar las llamas y la oscuridad del lugar, que habrían provocado que nadie reparara en que detrás de una aparente quema existía uno de los crímenes más horrendos de los registrados en Ceuta.
Fue horas después, en torno a las seis de la madrugada, cuando una patrulla de la Guardia Civil se acercó por la zona de manera protocolaria para hacer unas comprobaciones cuando descubrió los restos de la víctima saltando así todas las alarmas.
El coche había recibido hasta ocho impactos de bala que no llegaron a atravesarlo al tratarse de un vehículo blindado. La quema había afectado solo la parte delantera. Además la víctima habría recibido entre uno o dos disparos antes de ser carbonizado, tal y como inicialmente ha valorado la Policía Nacional. Y es que las hipótesis iniciales que se manejan es que los disparos se habrían producido en otro escenario y habrían sido provocados por personas de la confianza o conocimiento de la víctima para haberles dejado subir en el vehículo. Después alguien conduciría el coche hasta el lugar en donde se le prendió fuego para eliminar todo tipo de huellas.
A este segundo escenario, el de la quema, se habría dirigido el vehículo blindado y se sospecha que otros más, barajándose la implicación de más de una persona en este crimen.
Fue tal la destrucción causada en el cuerpo de la víctima, que operarios de la Funeraria musulmana, encargados de su recogida, tuvieron que trasladarlo al Hospital para que se le practicaran radiografías a los restos para comprobar los impactos de bala recibidos, posiblemente uno en el costado y otro en la cabeza. Su identificación resultaba imposible por mera apreciación física. Todo su cuerpo quedó destruido salvo un reloj que portaba en una de las muñecas.
La Policía contaba, a primera hora de la mañana, con ese detalle, con la imposibilidad de conocer quién era la persona hallada y con el vehículo que terminó atrapándole. In situ se barajaban algunas identidades y no fue hasta que familiares directos acudieron a la Jefatura Superior a confirmar que se trataba de esta persona cuando oficialmente se confirmó su identidad. Horas antes se había denunciado su desaparición.
Tal y como informaron familiares directos del fallecido a este medio, supieron que se trataba de Mohamed Aziz porque se había denunciado su desaparición esa misma noche. Pedían justicia desde la vivienda familiar ubicada en Hadú a donde acudía multitud de personas para dar el pésame.
En el escenario de los hechos la Policía Nacional, encargada de la investigación, trabajó durante toda la mañana. Acordonó la zona tanto de subida al lugar por la barriada de Postigo como por la parte trasera, la zona que da a la carretera del Pantano. Era prácticamente imposible acceder al escenario en donde se estaba intentado hallar pruebas. Agentes de la Policía Científica fotografiaron los distintos posibles escenarios del crimen mientras otros compañeros recorrían las zonas y caminos cercanos para intentar dibujar el primer croquis de cómo pudo haber ocurrido el crimen: los caminos seguidos por el vehículo, restos de pisadas así como del líquido acelerante y combustible usado para calcinar el coche, amén de la posible implicación de más turismos.
En torno a las 9.00 horas se personó la autoridad judicial para, poco después, procederse a la retirada de los restos recuperados, habiéndose perdido partes del mismo debido a la masiva destrucción causada por el fuego. A las 11.00 horas un vehículo del Parque Móvil retiraba el coche, de más de 2.500 kilos de peso, ante la imposibilidad de que el vehículo fuera cargado por una grúa municipal. Tras terminar las labores de inspección ocular, registro del vehículo y recogida de posibles pruebas, los agentes encargados de la investigación acudieron también a varias viviendas cercanas y al domicilio en donde residía el fallecido, en la zona de Benítez.
Resulta clave en toda esta historia no solo las declaraciones de posibles testigos sino también el resultado que pudieran obtenerse de grabaciones de cámaras cercanas tanto en el escenario de los hechos como en el itinerario que, se sospecha, se pudo seguir.
De momento, al cierre de esta edición, no se había producido detención alguna, pero sí que en cambio se trabajaba sobre posibles pistas de investigación que llevarían a la múltiple autoría del crimen así como sobre varios móviles que van más allá de los que, de forma recurrente, se manejan en este tipo de casos. Y es que hay algo en esta historia que hace variar el caso respecto a otros crímenes: el hecho de que después de haberse producido los disparos tras una emboscada se hubiera acordado la quema del coche con el cuerpo en el interior, trasladándolo a un lugar de difícil acceso y nada vigilado.
El salto cualitativo dado ha sido de tal calado que amplía el abanico de los posibles móviles que hayan estado detrás de una muerte perseguida, preparada, premeditada y ejecutada de esta forma.
La muerte de Mohamed Aziz provocó un auténtico revuelo en la ciudad generándose debates que se trasladaron a las redes sociales, encargadas de acoger hipótesis variadas sobre la posible autoría.
Tras la realización de la autopsia, que se ordenó en el día de ayer, la familia solo espera que se les dé el permiso para poder enterrar al joven en el cementerio de Sidi Embarek. Reclaman que se haga justicia, que se busque a los implicados en el crimen y piden que no se justifique el caso cerrándolo con el típico ‘ajuste de cuentas’.
Al margen de la identificación hecha por la familia, el CNP sigue haciendo su propio trabajo con los informes sobre los restos hallados y el envío de los mismos a laboratorios de la central para su análisis más completo que ayude a aportar nuevos datos al informe forense que determine y apuntille todos los extremos que ahora se barajan.
Inspección en el lugar de los hechos
En estas fotografías se aprecia tanto la inspección que sobre el lugar hizo la Policía Nacional como los disparos que impactaron en la luna trasera del vehículo y que no llegaron a atravesar el coche al ser blindado. En la última imagen, la furgoneta de la Funeraria musulmana en el momento de acceder al lugar para recoger los restos y poder trasladarlos hasta el Hospital en donde se le practicaron varias radiografías.
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