La mordida de Suárez

Una buena mordida no estaría mal a tanto chorizo que salta en los píxeles de los noticiarios. No hay día que se salve uno, que no esté pringado, aceitado y curtido, en ese arte de la inmundicia, que es quedarse con lo ajeno.

Y si ya nos repugna los que someten ancianos a la miseria de verse en su propia casa, asaltados y vejados, atados a dos manos y apaleados, por cuatro cochinos euros, imagínense cómo se nos queda el cuerpo , de ver a tanto corrupto con la cara estirada y queriéndose ir de rositas.Supongo que por eso nos vamos a ir de vacaciones, vamos a trepar por las nubes, desgajándonos  la piel a tiras –si es necesario– para evadirnos, elucubrar y amigarnos , con una buena cerveza fresquita y un poquito de aire acondicionado.                                                              
Habrá quien trabaje este verano y feliz él o ella, o los dos, que tendrán paga y llegará septiembre y le darán libros a sus hijos y materiales escolares , que suman una larga fila en vertical –como las restas– que disminuirán el patrimonio familiar,  para saldar su costo. ¿Y es necesario tanto gasto?, ¿es necesario tanto lápiz, tanto rotulador y tanta goma a destajo, a primeros de septiembre?.¿No sería mejor, poco a poco, dosificado como las inyecciones, las aplicaciones mágicas y los estigmas?                                
Suerte tendrán quienes pongan la sombrilla pegadita a la marea, subidora de levanteras y espumas de mar, sin cangrejos, ni almejas, ni nada de nada, más que plásticos y más plásticos que reutilizar. Miramos al futuro y quizás lo único que vislumbremos sea eso, plásticos abandonados, reutilizados, lanzados, y puestos en circulación, de nuevo,  cubriendo mares y océanos, devolviéndonos a los peces con los estómagos llenos, mientras nosotros esperamos sentados en la sillita de playa que nos venga la gran ola que nos izará de la tierra.                                                                                                           Pero nos quitaremos la depresión de tener que dar las gracias por estar trabajando por una miseria, de que haya tanto paria que se ría en nuestra cara, llamándose a si mismo patriota,  de que haya tanto juego de reyes, que ya ni sepamos quién es el Rey, de tanto viaje de ministro, de tanta banderita y de ver, a precio de saldo, el pantalón de los campeones, que ahora son evadidores de responsabilidad real.                                                    Letizia se ha peinado como la antigua Reina, que ahora no sabemos qué va a hacer,  porque dicen las malas lenguas que va a haber un divorcio tan sonado y poco discreto  como los ex de Telecinco, que se arrojan sus verdades a la pantalla con una botella de vino y habitaciones tipo Gran Hermano. Es éste, mis amistades, el arte de reutilizar, de vender productos que enganchan o que no, porque es verano, que ya comienza la nueva programación basurilla  y nos enlatan las pocas ideas que tenemos y los guionistas se mesan la fresa , para darnos algo que llevarnos a los dientes , para después limpiarlos, con el palillo de Amador.                               
Y es la gesta de esta gresca palatina, la herencia cárnica de la Pantoja, la hija que salió de sus entretelas, porque yo creo en la adopción y no hay más que verla retratada en ellas, que son clones, en los platós,  presumiendo de algo que se me escapa. Y es Gloria Camila, la hija de la Jurado, gloria divina para los cotillearios y las discretas que son capaces de hacer una improvisada procesión de chacoterías, con tal de sumar audiencia y de seguir ganando la paga . Es éste un país de gafados, de gente noble para tan malos señores y señoras, para tan malignos políticos, para gente que quiere trepar a costa de nuestras espaldas trabajadas. Y el llano, que no el curvo, ya se está hartando, pero coge la sillita y se pliega la voluntad, porque si no está muerto , porque los caminantes, los arrojadores de basura, los ignorantes, los trepadores y  los halagadores de poder, son muchos más .
Una buena mordida nos podía prestar Suárez , ahora que va a estar de baja obligada y empezar a limpiar, a tanto corrupto, a tanto miserable, a tanto idiota y a tanto embaucador de la palabra, pero como son vacaciones nos contentaremos con una cerveza fresquita y un poquito de aire acondicionado.