Yves, Samba, Daouda, Armand, Luc, Roger Chimie, Larios, Youssouf, Ousmane, Keita, Jeannot, Oumarou, Blaise y otro joven cuya identidad murió también en el mar, en esa línea fronteriza que separa Ceuta de Marruecos, esa línea que un
6 de febrero de 2014 estuvo marcada por la tragedia. Ellos son los 15 subsaharianos que protagonizaron una de las tragedias migratorias más duras acontecidas en una Frontera Sur convertida en las trincheras de Europa. Desde aquellos sucesos, una Marcha por la Dignidad recuerda esas muertes, pero también las de otros hombres y mujeres que han dejado sus vidas en un intento por cambiarlas. “Intentaban llegar a Europa y lo que recibieron fueron pelotazos de goma cuando luchaban por no ahogarse en el mar. Buscaban otra vida y encontraron la muerte”, se expuso en el manifiesto leído y arropado por cientos de personas que se han dado cita en el espigón del Tarajal. Punto y final de una marcha que había comenzado en los Jardines de la Argentina y a la que asistieron representaciones de entidades llegadas desde distintas partes del país y de fuera de España. “Nos unimos, para exigir, que se cumpla la legalidad internacional, que se haga justicia y que estos hechos no queden impunes. Alzamos la voz porque, tras haberse reabierto el caso por la Audiencia Provincial de Ceuta, continuamos a la espera de que la investigación avance y de que podamos escuchar la declaración de los testigos y supervivientes de la tragedia”, han explicado. “No olvidamos y seguimos pidiendo la identificación de 4 de los 5 cuerpos que yacen en el cementerio de Santa Catalina y consideramos esta falta de humanidad como una ofensa contra las víctimas, sus familias y contra la justicia”.
En el espigón, ante la placa que recuerda a los 15 muertos, se recordaron otros fallecimientos, así como “la violencia y represión en nuestras fronteras” que son “el reflejo de una Europa que nos avergüenza, una Europa fortaleza que levanta muros y vallas para separarnos, una Europa que expolia y se abastece de las riquezas de los sures pero que impide el paso de todas aquellas personas que ha dejado sin recursos. Una Europa hipócrita que externaliza sus fronteras financiando a terceros para que custodien nuestros muros”, denunciaron. “Continuamos siendo testigos de esta guerra de expulsiones y devoluciones y queremos que estas prácticas no se sigan sucediendo porque no respetan la dignidad y los derechos de las personas. Que cesen las devoluciones en caliente, las de menores marroquíes, las exprés... El actual contexto migratorio y sus fronteras generan espacios de no derecho e incluso nuevas formas de esclavitud moderna. Sentimos rabia, impotencia y una enorme tristeza, al ver cómo nuestro gobierno actual bloquea la salida de barcos de rescate, dejando que personas mueran en el mar o inyecta millones de euros a países como Marruecos para que, entre otras cosas, instale nuevas concertinas allá donde no se pueda cuestionar a la Europa que hace alarde de ser defensora de derechos”. La Marcha por la Dignidad seguirá viva, habrá más ediciones y las habrá hasta que “no dejemos de ver muerte, violencia, impunidad y vulneración de leyes y derechos humanos cada día en nuestras fronteras. Mientras sigamos viendo cuerpos mutilados en las vallas y vidas arrojadas al mar, que nadie dude que, cada año, seremos más quienes vendremos a decir que ninguna persona es ilegal... ¡
Tarajal, no olvidamos!”.
A pie de la placa que recuerda lo sucedido se encendieron 15 velas, se guardó un minuto de silencio y se cerró el acto con una canción.