A lo largo de los 16 años que Vivas lleva al frente de los destinos de la Ciudad Autónoma se ha enfrentado a numerosas crisis, de todo tipo y de todo pelaje, pero ninguna del calado de la que comenzó en la mañana de ayer con la detención de dos de sus consejeras, las de Hacienda, Economía, Administración Pública y Empleo, Susana Román y la de Educación y Cultura, Rabea Mohamed. Fue un día duro para Vivas, quizás el más duro desde que es presidente de la Ciudad. Por supuesto, la procesión iba por dentro, porque tanto una como otra política son personas que llevan muchos años trabajando a su lado, pero tampoco podía variar su discurso: apoyo absoluto a las decisiones judiciales y a las investigaciones que está llevando a cabo el Cuerpo Nacional de Policía. Durante estas últimas horas la preocupación se centraba en qué sucedería con las dos consejeras. Al final han sido puestas en libertad con cargos. Ahora, a partir de este mañana, comenzará la crisis política. No solamente dentro del mismo partido porque podrán escucharse voces de toda índole, sino igualmente por la presión de parte de los partidos de la oposición. El presidente Vivas tiene experiencia y tranquilidad para pilotar el barco. Las decisiones las madura siempre antes de tomarlas y no se deja llevar por la inmediatez. Lo que sucede es que no le gusta perder el tiempo fuera de la gestión diaria, pero le toca estar al frente de su Gobierno y de su partido en estos difíciles momentos. Al final, el único que pisa la prisión de los Rosales es quien inició toda esta historia con la publicación de la ‘lista fantasma’, Antonio López. Aunque sea de manera indirecta, ha sido el instigador de la mayor crisis a la que se enfrenta el presidente Juan Vivas en sus años de mandato, dieciseis.