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La Marina como unidad de medida

La remodelación integral del Paseo de la Marina, un vial cuya estructura precisa de una actuación decidida, una arteria principal desajustada, con una enorme acera a un lado y un minúsculo espacio peatonal al otro, se convirtió ayer en la unidad de medida permanente durante el debate Plenario para la aprobación inicial del proyecto de Presupuestos de la Ciudad para el año próximo. La obra fue referencia constante y acabó erigiéndose en metáfora de lo que los grupos políticos buscan para esa zona y para el resto de Ceuta desde su representación institucional.
Con la negociación de las alegaciones todavía por delante, a Carreira, Aróstegui  y Carracao, sobre todo a los dos primeros, la nueva fórmula de doble intercambio de posiciones en la Cámara sobre los Presupuestos pareció hacérseles largo. El consejero tomó la iniciativa de todos los puntos que acabarían siendo el centro de la disputa dialéctica y en su turno de réplica dio por respondidas, una por una, las críticas de la oposición.
El socialista vino a repetir en sus tres intervenciones sus posiciones de inicio (“en este Presupuesto no hay ni una sola partida que nos haga ver que apuestan por la estrategia del desarrollo de la ciudad mas allá de la obra de La Marina”, lamentó) y el debate acabó derivando en la reflexión “de fondo”, según la describió con aparente satisfacción Emilio Carreira, que había planteado desde su primer turno en el atril el portavoz accidental de la coalición Caballas. Aróstegui empezó crucificando a un Gobierno que, a su juicio, viene dilapidando una media de más de 200 millones de euros al año desde hace una década y ha terminado viéndose obligado a destinar “100.000 euros diarios al pago de préstamos e intereses”. El proyecto de La Marina, cuyo coste final oscilará entre 5 y 6 millones, fue una de las claves de su discurso, que en su segunda intervención, alabada por Carreira, sin sacarle los clavos al Ejecutivo, viró hacia un concepto más general, el del futuro de Ceuta.
“Hoy lo prioritario”, reclamó, “es poner el corazón, la mano y el dinero en los que sufren y no pueden trabajar, estudiar o alimentar a los hijos porque Ceuta tiene que recuperar el principio de igualdad entre todos los ciudadanos”. “Mientras haya una política de opulencia estúpida mientras otros hacen los sacrificios más sangrantes esta ciudad no tiene futuro, así que hay que trabajar para cohesionar socialmente: primero las personas y después”, priorizó, “los ladrillos”.
“Con el ‘salvador’ Vivas hemos gastado hasta 2,5 millones al año en un equipo de fútbol, 3 en medios, 70 en la Manzana, 6 de más en el desdoblamiento para que coincidiese en campaña electoral... Se ha gastado mucho dinero pero no en paliar las verdaderas necesidades y su política abunda en la segregación y la división”, ahondó el localista, que “citando partidas de su Presupuesto” consideró “insuficientes e irrisorios” los 3,3 millones que se destinarán al alojamiento alternativo, el IMIS y las becas y ayudas sociales y al estudio. “Si ahora pone 6,5 en engalanar una cosa ya engalanada”, volvió sobre La Marina, “sólo abunda en la segregación e irritando a la población... ¿usted no entiende que a quien tiene problemas de supervivencia no le encaja priorizar una mediana con flores y un puentecito?”, preguntó después de que Carracao también incidiese en que “antes que la inversión en La Marina hay otras que acometer por delante”.
Carreira tomó el guante del de Caballas para pedirle “rigor”, recordarle que la Manzana “ha costado 57 y no 70 millones por mucho que lo repita” e insistir en que la del Paseo sobre los terrenos ganados al mar “no es una bofetada contra nadie sino una revitalización para incrementar la riqueza de la ciudad y para todos”. “No es ningún capricho ni la obra de ningún faraón”, zanjó.

A renglón seguido, desde la diferencia, le ofreció su disposición de “liberal” a hacer caminar a Ceuta “con las dos piernas”, sin dejar a nadie atrás o, más bien, garantizando que todos tengan las mismas posibilidades de avanzar.
“Tenemos distintas forma de concebir muchas cosas, seguramente hasta la propia vida, pero creo que ninguna tiene por qué ser considerada mejor”, reflexionó el consejero de Economía y Hacienda, quien abogó por caminar juntos hacia “una sociedad unívoca, no dual, algo que no hemos hecho”. En ese sentido, prometió que desde el Gobierno “se redoblarán esfuerzos para que en Ceuta todo el mundo tenga las mismas oportunidades, no el mismo final”. “Yo”, abundó en su compromiso anterior, “soy liberal y creo que todo no todo el mundo tiene derecho a que se le trate igual pero sí a las mismas oportunidades de partida para, en función del esfuerzo de cada uno, obtener un resultado”.
Según Carreira, “aquí intervenimos [desde el sector público] mucho porque aquí la iniciativa privada está muy coja y, es cierto, tenemos que estar muy atentos a los problemas sociales y coincidimos en la necesidad de cuidar a las nuevas generaciones para que partan desde posiciones de igualdad y para que no tengamos que ser responsables después de no garantizar las mismas posibilidades de prosperidad a todos los ceutíes”.
Carreira exigió, eso sí, que para recorrer ese camino nadie se atribuya papeles que no le corresponden en puridad. A Ali que le pidió que no se presente como adalid de los pobres “cuando seguramente vive mejor que yo”; a Aróstegui, que no se haga “el apóstol de la solidaridad” ni siga usando “estas cinco palabras: desfachatez, racismo, fascismo, inmoralidad y segregación para referirse al Partido Popular”.
“No hay razones para odiar al rico”, defendió el consejero, quien aseguró comprender e incluso verse reflejado en su juventud en los jóvenes que mostraron una pancarta en el Pleno exigiendo a Vivas que cumpla sus compromisos: “Es normal hacer eso y yo también lo hacía y protestaba, pero no odiaba ni era ningún radical: dejemos que la gente se exprese con libertad y no intentemos imponer ninguna moral en el espacio público más allá de la que representan los Derechos Humanos y la Constitución”, reclamó el portavoz gubernamental. “Yo”, le respondió Aróstegui, que para disgusto y desmentido del consejero también acusó al PP de favorecer a sus ‘amigos políticos’ con temas como las terrazas hosteleras, “no pisoteo a nadie: cuando estoy de acuerdo con el presidente, lo digo; cuando no lo estoy, también. Nuestra amistad personal es una cosa”, distinguió, “y mi radical oposición a su forma de gobernar esta ciudad, otra”.

quino La Marina será objeto de remodelación.

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