Espeleólogos andaluces hallan tres importantes grutas en las cercanías del puerto de Tánger Med y avisan del enorme potencial que presenta toda la zona norte de Marruecos La voz de Berni Orihuela revela gran dosis de satisfacción. No todos los días se descubren palacios, aunque en vez de estar habitados por reyes y princesas, en ellos uno se tope con murciélagos y chovas (ave de la familia de plumaje negro lustroso y patas rojas) que extienden sus alas a modo de bienvenida. Una muestra más, piensan los especialistas, de la inmensa riqueza natural de un paraje por explorar. Una llamada desde la Facultad de Ciencias de la Universidad Abdelmalek Essaâdi de Tetuán fue el punto de partida. “Querían indagar en las características del mundo subterráneo, un gran desconocido actualmente en las zonas próximas a Tetuán”, explica el espeleólogo. Con la propuesta sobre la mesa, el grupo de espeleología ‘Alta Ruta’ de Jerez de la Frontera poco tardó en planificar un proyecto de exploración coordinado por Orihuela. ¿Por qué, si se conoce que Andalucía y el norte de Marruecos son territorios gemelos en múltiples aspectos, no imaginar que al otro lado del Estrecho encontrarían algo importante al estilo de las grutas andaluzas que cada año atraen a turistas de todo el mundo? “Esa fue nuestra principal motivación para aceptar la propuesta, pensar que nos conducían hacia un territorio virgen y con un enorme potencial”, expone Orihuela.
Meses después de aquel primer contacto, tras un primer viaje en junio para familiarizarse con el espacio y la primera expedición durante la última semana de agosto, el balance no puede ser mejor. “El lugar exacto se sitúa junto al poblado de Laanasser, en el corazón de la sierra norte de Marruecos, a unos cinco kilómetros del puerto de Tánger-Med que desde allí se ve perfectamente, al igual que toda la costa española al otro lado del Estrecho”, sitúa Orihuela, “es un balcón inigualable a diversos niveles”. Tomando Ceuta como referencia, la zona se ubica tras la silueta de la Mujer Muerta. Allí han localizado y realizado trabajos de prospección en una veintena de bocas, destacando tres cavernas de envidiable arquitectura geológica.
“Nos hemos centrado en el macizo de Laanasser y por encima de todo, nos ha sorprendido muchísimo la Sima de las Chovas por los volúmenes que tiene, las formaciones que presenta y su gran potencial ya que en la zona baja hemos encontrado actividad de agua que, imaginamos, sigue su camino mucho más abajo”, comenta el espeleólogo jerezano, “hemos descubierto nada más que la punta del iceberg, tiene que haber mucho más”. De momento la profundidad demostrada en estas cavidades es de 70 metros. Pero la estancia en la zona también ha revelado cuestiones biológicas y arqueológicas que deberán ser estudiadas por los especialistas marroquíes en cada área con los que se ha trabajado en perfecta armonía y colaboración. “A nivel biológico nos hemos percatado de que hay una importante colonia de chovas que desarrollan parte de su vida allí, utilizando ese espacio para refugiarse todas las noches en sus grandes paredones”, anticipa Orihuela, “además bajaban a bastante profundidad y eso nos llamó mucho la atención”.
El grupo, compuesto por 11 españoles y tres geólogos marroquíes, se instaló en un poablado junto al macizo de Laanasser que tiene el mismo nombre. “Es una zona de muy difícil acceso, los dos únicos coches eran los nuestros”, afirma Orihuela. Para los residentes en la aldea, de apenas 30 casas, no tienen más que buenas palabras. “Ha sido una experiencia genial, tomábamos el agua de un manantial y todos los vecinos se volcaron con nosotros”, agradece el espeleólogo, “cuando volvíamos por la tarde nos invitaban a tomar el té o nos regalaban una caja de tomates para la cena, nos hemos sentido muy bien acogidos”. No era para menos pues, según les comentaron, ellos han sido los primeros extranjeros que llegan al poblado. Tras su paso por allí ya todos tienen puesta la mente en el potencial turístico del lugar. “Por supuesto”, exclama Orihuela cuando se le interroga sobre esta posibilidad, “solamente a nivel espeleológico en Andalucía contamos con más de 1.200 federados, aquí hay infinidad de cavidades exploradas y la gente continúa explorando, así que el hecho de contar allí con una zona tan virgen puede ser muy atractivo para todas estas personas”. Más allá del turismo espeleólogico, tampoco le cabe duda del gran atractivo para visitantes en busca de étros intereses. Incluso, quién sabe si convertir este reciente hallazgo, con el tiempo, inversión y mucho esfuerzo, en la versión marroquí de las Cuevas de Nerja o la Ruta de las Mil Maravillas. “¿Por qué no va a existir lo mismo unos kilómetros más allá? Sinceramente creo que así ha de ser, pero claro, para conseguir eso primero hay que explorarlo y descubrirlo”, reconoce Orihuela.
Sabedores del gran tándem que hacen con los geólogos alauís y de que “solo hemos tocado la tapadera de una gran caja con un montón de cosas por descubrir”, el siguiente paso es darle continuidad. Aunque todavía no hay fechas concretas, las expediciones se sucederán. “Ojalá podamos hacer otra antes de finales de año”, anticipa el especialista. Además, el grupo de espeleología no teme afrontar más retos y ya está pensando, incluso, en extender el proyecto a una labor formativa que acerque a los marroquíes hasta una práctica que a ellos les apasiona. “Estando allí nos dimos cuenta de que los conocimientos técnicos para movernos dentro de una cueva eran cosa nuestra, de ahí la idea de que gente de la zona pueda conocer esta disciplina para iniciarse en este tipo de exploraciones”, explicó Orihuela.
Douar Laanasser, ó ‘Colina de los Manantiales’, Jbel Ayoune Lehmam, ó ‘Monte Ojos de las Palomas’, y Hafa Souani, ó ‘Colina de los Pozos’ aún cuentan con mucho que descubrir. Los espeleólogos andaluces continuarán explorando. ¿Quién se apunta?
POCOS ESPELEÓLOGOSA pesar de que el país vecino cuenta con miles de cuevas, la espeleología en Marruecos cuenta con muy pocos expertos nacionales y gran parte de las misiones de búsqueda se realiza sin suficientes medidas de seguridad y con una pobre formación de los equipos de salvamento.
SIMILITUDESSegún apuntan desde la Asociación Marroquí de Espeleología las cuevas de Laanaser recién descubiertas guardan muchas semejanzas con la gruta más famosa del país vecino, la de Friouato, ubicada en el noreste y con más de 200 metros de profundidad explorados y más de 2.000 metros de longitud.
CUEVAS, ¿TURÍSTICAS?El inspector regional de Monumentos Históricos de la región Tánger-Tetuán, Mehdi Zouak, en declaraciones a la Agencia EFE anticipó el enorme potencial que tiene este lugar para la configuración de proyectos locales de turismo medioambiental. La ubicación de las grutas presenta un gran equilibrio natural ya que se encuentran en medio de vegetación que protege el suelo contra la erosión y una flora y fauna ricas y diversificadas, con muchas especies de aves migratorias en constante paso por el lugar.