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El Paso de los Niños partió ayer, por sexto año consecutivo, desde el colegio San Agustín. Una gran multitud esperaba la salida de un centenar de niños y niñas que procesionaron los pasos del Cristo de la Infancia y la Virgen de la Inocencia
Nervios, emoción y sobre todo pasión, se respiraba en el patio del colegio San Agustín minutos antes del comienzo del tradicional Paso de los Niños, que cada vez se hace un hueco más destacado en los eventos cuaresmales. Los pequeños, que no superaban los 12 años comentaban a FAROTV “el gran orgullo” que supone sacar este paso en procesión. “Es muy emocionante llevar al Cristo por las calles ante la mirada de la gente, no existen palabras”, explicaba un joven costalero, a quienes sus compañeros respaldaban en opinión.
Han sido semanas de mucho esfuerzo, ensayos que ayer se veían enormemente recompensados. Temblorosas sonrisas se dibujaban en sus rostros cuando se sumergían bajo el paso, y una gran felicidad emanaba de sus rostros ante los aplausos de los presentes. Esa fue la gran recompensa de estos pequeños que ya apuntan maneras. Y es que como explicó Blanca Vallejo, presidenta de la Asociación del Centro, encargada de promover la procesión, ésta surgió con la idea de “no perder la tradición antigua de unos niños de la calle Velarde que sacaban unos pasos. Entonces para rescatar esa tradición, al cabo de 60 años, más o menos, se ha recuperado”. El cortejo estuvo formado por un centenar de niños que ejercieron de mini costaleros, capataces, mantillas o nazarenos que pasearon al Cristo de la Infancia y la Virgen de la Inocencia por las calles del centro.
La procesión, que cumplió su sexta edición, estuvo arropada durante todo su transcurso por una gran multitud de ceutíes que acompañaron tanto a la Virgen como al Cristo durante todo su recorrido que transcurrió por las calles Real, Ingenieros, Cervantes, Velarde, Amargura, Plaza de los Reyes donde se entró en la Iglesia de San Francisco para hacer estación de penitencia y después regresar al colegio.