La idea de la Jefatura

Me ha parecido una de las decisiones más acertadas de las que he escuchado en los últimos años. Hemos sabido por boca del propio Vivas el interés que tiene Pacoantonio el delegado en que la nueva Jefatura Superior pueda ubicarse en el albergue de Hadú. Si finalmente sale adelante este proyecto (para eso tiene que haber dinero y dejar a un lado las exigencias por cuanto debe prevalecer el interés general de todos), se habrá optado por una de las mejores apuestas políticas. Lo escribo no pensando en que dicha infraestructura esté cerca del Príncipe. Más bien a sabiendas de que está situada en el corazón de un entramado de barriadas que se está perdiendo poco a poco. No nos obsesionemos sólo con lo que pasa en el Príncipe, porque echar una mirada a la mítica Hadú, a La Reina, a Vicedo Martínez, Rosales o Poblado Regulares y Juan Carlos I es dejarse invadir por una sensación amarga: la de reconocer que los estamos perdiendo a pasos agigantados.
Han sido muchos años de decisiones equivocadas, de políticos que han despreciado a los policías y guardias civil con la adopción de medidas erróneas, convirtiéndolos en sus marionetas y haciendo que se sientan hundidos moralmente porque no pueden ejecutar las operaciones que quisieran o llevar a cabo acciones para detener a los que les apedrean y luego se sienten victoriosos de su nueva mordida. Ordenaron a finales de los noventa la marcha de la Guardia Civil, esperan a que haya dinero para retirarla de Hadú y llevarla a la esquina de San Amaro (no sé qué narices pintan allí la verdad), construyeron una comisaría en Los Rosales en donde los policías se han tenido que encerrar para evitar ser linchados (¿no debía ser lo contrario?) y así... pueden seguir enumerando la ristra de pasos dados por los gobernantes de turno sin tener idea alguna de lo que necesitaba este pueblo. ¿El resultado? Barriadas completamente desfiguradas, delincuentes crecidos, protocolos esperpénticos (¡a quién tenemos que escoltar si hasta se ha establecido sobre papel cómo una Policía debe cubrir a otra... para, al final, tener que salir corriendo del lugar!).
Todo ha sido tan bochornoso que al final este pueblo se encuentra en una cruzada peligrosa, sobre todo para las generaciones venideras que tienen el mismo derecho que las actuales a heredar una ciudad digna. Cuando el respeto se ha perdido, cuando los roles se han cambiado, cuesta recuperar el espacio perdido. Pero se puede conseguir adoptando decisiones de peso. La de trasladar la Jefatura al albergue lo es. Veremos si se consigue y si, sobre todo, ningún mandamás mete la pata queriendo, encima, hacer negocio.