“La Guerra de Civilizaciones no es real. La usurpación necesita ser justificada”

{jaimage crop="TC" /}Experto internacional en la palabra sagrada del Islam, este argentino converso a los 18 años apuesta por la convivencia en una sociedad plural y aborda la problemática actual del mundo musulmán mostrando su interpretación correcta Criado como cristiano en la ciudad argentina de La Plata, Juan pasó a llamarse Isa cuando a los 18 años sintió que el Islam daba respuesta a sus dudas e inquietudes. Ahora, con los 40 cumplidos, es uno de los traductores de textos sobre el Islam más reconocidos tras licenciarse en la Universidad de La Meca en Lengua Árabe y ejerce como consultor legal islámico y mediador para la resolución de conflictos además de tener una agenda muy apretada salpicada de conferencias y congresos en los que expone su visión del mundo islámico. Casado con una colombiana, en Barranquilla se ha establecido y es feliz viendo crecer a sus dos hijos mientras trata de que las injusticias y las desigualdades sociales no pudran el mundo que nos ha tocado vivir. Viene a Ceuta para participar en el III Congreso Islámico y advierte que no es partidario de las fronteras.
-Bienvenido a Ceuta. Para muchos marroquíes, “tierra ocupada”. ¿Qué opina de esto?
–Yo sé que esto está en territorio africano, pero lo que he hablado aquí con los mismos musulmanes es que ellos son musulmanes ceutíes y lo que les interesa es  vivir su propio Islam con la libertad y en la mejor situación social posible. El hecho de a qué lugar pertenezcan no es tema de ellos, una cuestión religiosa, sino política que está fuera de su alcance.
–¿Cuál es el objetivo de sus ponencias en este ya III Congreso?
–Cuatro ponencias desde una posición interna. En principio me dirigiré al público musulmán sobre lo que es la preservación de nuestra identidad como preservación de esta identidad y como preservación de esa identidad propia el hecho de la integración y la convivencia pacífica, el diálogo y como está eso representado en los textos sagrados del  Corán o las enseñanzas de nuestro profeta Mohammed.
–En las jornadas se intercambiarán impresiones, ¿las delegaciones marroquíes serán las más beneficiadas al conocer de primera mano las experiencias europeas?
–Trato por eso de enfocar mis conferencias en la reflexión interna porque si nosotros no hacemos un cambio primero desde adentro no podemos transmitir una imagen clara hacia afuera y lo que los medios transmiten es la imagen que nosotros les presentamos. Verdadera o distorsionada, comprendida incorrecta o correctamente por los medios. pero debemos transmitir cuáles son las enseñanzas que tenemos sobre la convivencia. Es Islam es paz y entrega a Dios y Dios es el creador de todo y como Él ha garantizado la diversidad y la pluralidad en este mundo, nosotros como musulmanes entregados y sometidos a Dios, tenemos órdenes de vivir correctamente en esa pluralidad respetándola.
–Se convirtió al Islam con 18 años. ¿Por qué?
–Tenía muchas dudas no sobre la religión sino sobre el papel que Jesús tenía y en las fuentes cristianas hay muy poca información sobre el ser más importante que ha pisado la tierra. Todo el mundo lo conoce, su personalidad está en los cristianos, en los judíos y en los musulmanes... ¿y cómo conocemos tan poco sobre su vida? Cuando comienzo a investigar sobre las religiónes encuentro que los musulmanes tienen una biobliografía tan amplia desde antes de su nacimiento y todo lo que sucede en la vida de Muhammed que además me da información sobre Jesús que yo en el cristianismo no tenía. Resuelve mis dudas y mis inquietudes y de ahí mi conversión.
–¿Es crítico con lo que desencadena en ocasiones?
–No con el Islam porque creo que es una revelación, como la del cristianismo o el judaísmo, pero sí soy crítico con el comportamiento de los musulmanes. Yo creo que estamos en una situación a nivel mundial, ya sea los que vivimos en países de occidente como minoría y los que viven en países islámicos, en la que nos alejamos de algunas prácticas islámicas sanas y por lo tanto estamos dando esa mala imagen en la prensa que a veces se transmite como mal comportamiento de los musulmanes y otras como que eso es el Islam en sí.
–La Guerra Santa es un término ya arcaico que parece tomar fuerza en pleno siglo XXI. ¿Qué me puede decir sobre esta cuestión y sobre el movimiento yihadista?
-Eso nace de una mala traducción, porque yihad y Guerra Santa no resisten el más mínimo concepto de unión. La palabra yihad, aplicada a ese concepto significa que todos los países tienen la capacidad de defenderse si son atacados. Hasta ahí llega el concepto islámico de lo que significa. Evidentemente hay muchos jóvenes que por una cuestión de ignorancia de los principios islámicos y al sentirse o ser excluídos socialmente y no tener el conocimiento ni social ni islámico adecuado, se vuelcan en estos grupos fundamentalistas que evidentemente no están basados en las enseñanzas islámicas.
–¿La crisis económica alienta esa vertiente radical ahora más que nunca?
-Evidentemente si hay un grupo que se siente aislado y cuya sociedad no le da las garantías suficientes para tener una vida digna, muchas personas pueden orientarse hacia la delincuencia y apuestan por un pensamiento no islámico, sino enfermo. Nosotros debemos identificar en nuestra comunidad ese tipo de pensamiento y tratar de solucionarlo. Eso es lo que dice el Islam.
–El pez grande se come al pequeño y la única manera de luchar contra él es envenenarse a uno mismo. Vamos, que hablo de las personas que se inmolan en nombre de Allah. ¿Realmente tienen más boletos para entrar en el Paraíso?
-El Sagrado Corán dice ‘Wa la taqtulu  Anfusakon’: ‘No os quitéis la vida’ que también se puede interpretar como ‘No quitéis la vida’. El suicidio en el Islam está fuera de cualquier enseñanza, lo mismo que está el hecho de matar a otros.
–La primavera árabe ya ha florecido. ¿Cree que llegará pronto el otoño en todos esos países?
-No soy analista político. He visitado muchos de estos países. Me alegro de que puedan salir de estados de tiranía. Pero prefiero no abordarlo más a fondo.
–Jerusalem es una ciudad sagrada para todos pero guarda un conflicto que no termina de solventarse.
-Yo creo que debería ser una capital de diálogo interreligioso en la que todos pudieran practicar su religión allí.
–¿Y no lo es?
-Yo creo que no. Muchos musulmanes se quejan de que no tienen libertad de culto ni siquiera de ingresar en ese lugar que es una de nuestras visitas religiosas y muchos cristianos también se quejan de no poder visitarlo libremente. Un Estado con una religiosidad quiere hacer de esa ciudad su capital política y es algo que a mí no me parece correcto. Debería ser un lugar preservado para todos los que tienen una religión relacionada con ese sitio, pudieran visitarlo sin ningún problema.  
–Pero si Dios es uno, ¿qué diferencia a los creyentes?¿Quizá los distintos paraísos?
-Si yo creyera que todas las religiónes son iguales, yo no sería musulmán, sería parte de una religión universal en la que todos tenemos la razón. El hecho de ser musulmán supone que yo creo que el único que merece ser adorado es el Dios creador del universo y ese Dios no puso ningún intermediario ni ningún otro ser material el cual deba ser adorado o se le deba devoción o peregrinación. Parte de nuestra creencia es que el Paraíso es para los que le adoran a él y se someten a él. La denominación musulmán significa ‘sometido a Dios’ y nosotros creemos que los seguidores de Moisés eran musulmanes, y los seguidores de Jesús eran musulmanes y los seguidores de todos los pueblos porque en el Corán dice que “y a cada pueblo le hemos enviado un profeta y mensajero” y todos esos seguidores eran musulmanes. No del concepto de que igual que nosotros, sino del que eran seguidores de Dios y lo adoraban a Él. Y el Paraíso es para aquellos que se lo ganan.
–Dicen que los conversos son más fundamentalistas...
-(Risas) Fundamentalista no sería la palabra correcta. El musulmán converso suele tomar los principios de la religión y no atenerse a las identidades culturales. Yo cuando me dicen musulmán quiero practicar los principios de mi religión pero no quiero ser ni marroquí ni sirio, ni saudita, ni palestino ni catarí. Agarro la religión, no los principios culturales y a alguna persona le puede parecer fundamentalista. Por otro lado un error en el que solemos caer los conversos es que al principio carecemos de la sabiduría de lo que es la gradualidad de la práctica. A mí me pasó: al principio de mi conversión era mucho más tajante en las decisiones y por ignorar muchos principios de la religión mis decisiones no fueron acertadas. Era más duro con mi familia porque no eran musulmanes porque ignoraba lo que el Islam enseña sobre la virtud del buen trato a la familia, más allá de su creencia. A veces tenemos ese factor negativo en nuestro proceso de aprendizaje. Cuando yo me hice musulmán fue una decisión muy dura para mi familia. Ellos no entendían que yo cambiara lo que me habían inculcado e incluso que yo me cambiara el nombre por Isa... fue muy duro que dejara atrás el que ellos con tanto amor me habían elegido y ese fue otro de los errores. No recomiendo a todos que cambien su nombre porque eso es un tema de conflicto normalmente.
–¿Cómo se llamó hasta los 18?
-Ellos me habían puesto Juan.
–¿Cuál cree que es la causa de que el cristianismo pierda fuelle frente al islamismo?
-El cristianismo, el catolicismo en concreto, no responde a muchas inquietudes que tiene la persona. No es necesario que la persona se haga musulmana para darse cuenta de que el catolicismo cada vez tiene menos adeptos.Los musulmanes compartimos una política contra la promiscuidad. El hecho de que el catolicismo se empeñe en que no se puede usar un preservativo para tratar de impedir la propagación del SIDA no se entiende. Islámicamente la preservación de la vida está primero. Aunque vayas a cometer un pecado no vas a prohibir eso. Además toda esa identificación de la Iglesia católica con los regímenes dictatoriales de América Latina ha hecho que esa región se aleje muchísimo y algunos se han volcado por ejemplo en otros grupos como los evangélicos pero otros han ido hacia el ateísmo y muchos otros encuentras respuesta en el Islam. Hay respuestas lógicas y todo se puede preguntar en él.
–¿A qué cree que se debe ese miedo que tiene el mundo occidental al Islam?
-No creo que se le tenga miedo. Es una confrontación creada. Esta cuestión de la Guerra de Civilizaciones no es real. Lamentablemente vivimos en un mundo en el que la colonización y la usurpación de los recursos naturales de los países necesitan ser justificados y los medios a veces con o sin intereses se prestan a centrar esas ideas para justificar invasiones. Ellos necesitan crear un enemigo. Nosotros no lo somos. Los musulmanes, como comunidad universal estamos en todas partes. Si todos los musulmanes que vivimos en el planeta, en concreto una de cada cinco personas es musulmana, fuéramos esa célula durmiente peligrosa imaginate como podría ser este mundo. Y no es así. Somos gente pacífica y hay gente en sus países que se defiende de invasiones. Cuando hay civiles involucrados estamos completamente en contra. Todo tipo de atentados contra inocentes es ilícito islámicamente. No tiene ni base ni aceptación. Pero como comunidad apostamos por la paz y la convivencia. Nos dedicamos a trabajar y al bienestar de nuestras familias y a vivir en paz con el resto de nuestros vecinos.