Las tribunas de opinión que reflejan los medios de comunicación quizá deberían acercar a los ciudadanos aspectos de la realidad de su pueblo, ciudad, país, etc., que por diferentes motivos pasan desapercibidos. Otro tipo de opiniones son también legítimas aunque no necesariamente tienen que ser útiles y edificantes. Nos volvemos a enfrentar con la crítica que pone en tela de juicio los valores que impulsan el quehacer de nuestra asociación en beneficio de Ceuta y, como es habitual, para nuestra desgracia, proviene del mismo medio de comunicación habitual. Nos referimos al periódico El Pueblo de Ceuta. Aceptamos las críticas, a pesar de las absurdas insinuaciones, nuestro ego no está tan inflado como para no darnos cuenta de nuestras muchas limitaciones, después de todo sería muy ingenuo y pueril querer estar en el ruedo mediático y no padecer ningún contratiempo.
Para empezar agradecemos al periodista que firma el artículo “A por el escarabajo pelotero” que se preocupe por el bienestar de los ciudadanos que han perdido una vaguada arbolada. Sinceramente, le decimos al opinante que compartimos su preocupación por las pérdidas de arboledas y, desde luego, por la merma en la calidad de vida de los ciudadanos. Esta visión del ecologismo es muy humana, pragmática y en cierta manera conecta con la visión del mundo de Patrick Geddes ya que perder una arboleda es ante todo una merma estética y patrimonial que además encadena una serie de problemas que nos termina afectando rotundamente como especie dominadora del territorio que somos. Estas perversiones propias de la mega-máquina (en argot munfordiano) siempre nos han escandalizado y han impregnado nuestros artículos de opinión desde hace varios años. Por otra parte, en cuanto a la nueva cárcel se refiere, siempre hemos sostenido que era una imposición del estamento del estado, y forma parte, como tantas otras obras, de un gigantismo de estado que promueve la destrucción organizada, que además ha contado con la aquiescencia entusiasta de nuestro gobierno autónomo, que de un plumazo nos ha devuelto a la era del penal que tanto costó eliminar a lo largo de la historia de Ceuta. Pues de todos estos asuntos hemos opinado bastante y se han denunciado y presentado escritos en relación a la ley de Montes e incluso se nos ha dado la razón. Pero a pesar de eso la burocracia es capaz de darte la razón legal y al mismo tiempo justificar lo que se necesite en cada momento. Si se hubieran seguido nuestras alegaciones se habría realizado un informe de impacto ambiental y en él se habrían contemplado actuaciones menos cruentas y, como poco, se habrían establecido medidas preventivas y compensatorias.
Ahora, los vecinos del barranco del Quemadero han perdido su arboleda, que se transformará en un vial para el tráfico y sobre ellos también pende un mayor riesgo de sufrir problemas derivados de las torrenteras, que continuarán corriendo por el cauce por mucho que se empeñen algunos en imponer sus barreras de hormigón y asfalto. Admitiendo nuestra falta de opinión sobre la arboleda concreta se debe entender que somos pocas personas trabajando en la asociación, y que estamos enfrascados en muchos frentes diversos, que no solo nos ocupamos de las denuncias, sino que también deseamos realizar obras tangibles en nuestra ciudad, a través de diversos proyectos de estudio y desarrollo de iniciativas culturales y educativas. Entre ellos podemos citar la agenda 21 local de Ceuta y su plan de Acción, o el desarrollo de la oficina de sostenibilidad, que presenta informes sobre el estado de la cuestión en relación a los recursos.
También deseamos comentar que la crítica se puede ejercer fácilmente, al igual que el ecologismo radical, destructor y sin corresponsabilidad. Nosotros hemos optado por la vía de denunciar pero también hemos optado por la implicación en la resolución de los problemas ambientales. No renunciamos a la crítica activa, que procuramos que sea constructiva, como hemos explicado en muchas ocasiones, ésta es la única vía que tiene el ecologismo en nuestro país, que todavía posee unos lastres importantes derivados del autoritarismo dictatorial con sus miedos y una pasividad social auspiciada por el “estado del bienestar”. A pesar de todos los problemas que nos rodean, creemos en un ecologismo pragmático y conciliador, evitando ser arrastrados por una militancia delirante que nos termine sumiendo en un nihilismo absurdo y poco humanista. Sobre todo deseamos ser felices haciendo la labor que podemos abarcar y evitar derivas psicológicas que a la larga nos sumerjan en delirios de mesianismo y superioridad.
La relación que se hace en el artículo del diario El Pueblo entre subvención y silencio de nuestra asociación es malintencionada y difamatoria. Un comentario impropio que no se corresponde con la realidad económica de nuestra asociación. Esta asociación, desde hace más de un lustro, no hace trabajos relacionados con la especie Patella ferruginea bajo ningún tipo de proyecto o contrato y cuando interviene lo hace (vigilancia de la carretera de Calamocarro, o el reciente ofrecimiento a la Consejera de Medioambiente por las obras de la explanada de las playas del Chorrillo) de manera gratuita. En lo que respecta a los comentarios sobre las conferencias de las lapas y los coleópteros asociados a determinados enclaves ceutíes, le recordamos que están incluidas en el ámbito de unas jornadas organizadas por el IEC, en la que nosotros no tenemos participación ni obviamente formamos parte de la organización. Sus críticas las deben dirigir hacia esta institución si no les gusta como gastan los fondos que provienen de la ciudad y su promoción exagerada de la especie Patella ferruginea. Además, hace poco hemos dado una rueda de prensa con el coordinador nacional de medio marino de Ecologistas en Acción en la que precisamente criticábamos ciertas propuestas, un tanto desafortunadas (desde nuestra perspectiva), sobre la famosa lapa. Podemos decir que el IEC ha reforzado las propuestas de estas personas invitándolos a estas conferencias.
Usted habla de un partido político en su artículo con el que nosotros no tenemos ningún tipo de relación alguna, como tampoco lo tenemos con ningún otro partido más allá de mantener algún trato cordial con determinadas personas y de ofrecer información sobre nuestros trabajos y propuestas cuando nos lo solicitan, sea el partido que sea.
Para terminar nos gustaría recordarle al autor del artículo que es usted el que percibe un sueldo por escribir sus artículos y ejercer su profesión periodística desde un medio que, como todos, está subvencionado por las arcas municipales. No vamos a pensar por ello que su opinión está secuestrada por el poder político ni tampoco cometeremos la frivolidad de demonizar su profesión, en la que tanto nos apoyamos para opinar y llegar al público general, ni mucho menos pensamos que le han instado a atacarnos maliciosamente para perseguir oscuros objetivos de grupos de poder económico que desearían que no existiéramos. Simplemente usted ha opinado con poco criterio sobre asuntos que desconoce y nosotros le estamos explicando que hay otras formas de proteger el medioambiente y el patrimonio que no sea atacando absurdamente a la única asociación que hace algo por Ceuta en este ámbito, aunque no sea todo lo que a usted le gustaría. Creemos sinceramente que su justificado enfado e indignación por lo acontecido con los vecinos y su arboleda, y también en palabras de Mumford por el marchitamiento y tratamiento tan deshumanizado que favorece la hiperespecialización científica estéril y su indiferencia a los valores y necesidades humanas de aquellos que sirven para sostener el stablisment, lo puede orientar de otra manera y le invitamos a contactar con nosotros para consultar lo que estime oportuno en relación a los asuntos que tratamos y, desde luego, está en su derecho de criticarnos pero le rogamos que lo haga con mayor fundamento de causa y sin confundirlo todo como en una gran pelota de excremento.