La Fiscalía pide cárcel para una presunta organización de narcos

La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta se prepara para acoger la celebración del juicio seguido contra trece personas acusadas de integrar una organización vinculada al tráfico de hachís a gran escala.

Se trata de una de las operaciones más mediáticas de las difundidas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en su día, al haberse detenido a todos los componentes de esta presunta organización y haberse decomisado más de cuatro toneladas de hachís en dos operativos consecutivas que se llevaron a cabo en las costas peninsulares. Entre los imputados, con petición de penas que oscilan entre los 5 y los 6 años y medio de prisión, figuran tres ceutíes. Hay además dos gibraltareños, marroquíes y varios vecinos de Sanlúcar de Barrameda, La Línea o Málaga.
El Ministerio Fiscal, después de la exhaustiva instrucción llevada a cabo por el juzgado número 6 de Ceuta, ha notificado esta misma semana las calificaciones provisionales que presentará al juicio oral que tendrá que celebrarse en los próximos meses en el máximo órgano judicial en la ciudad, la Audiencia.
Las partes ya son conocedoras del demoledor informe presentado por la Fiscalía al que ha tenido acceso El Faro. El Ministerio Público considera que los imputados formaban parte de una organización dedicada a la introducción de hachís en grandes cantidades de Marruecos a la península, desde donde era enajenada a terceros.
Cada uno de los imputados en la causa desempeñaba un papel en la pirámide de cargos que alimentaban, presuntamente, el negocio del narcotráfico. Una pirámide que tenía uno de sus vértices en Ceuta. Entiende el Ministerio Público que el ceutí Mustafa M.M. era el que se encargaba de adquirir la droga en Marruecos para, después, ponerla a disposición de las embarcaciones con tripulación que se encargarían de acercarla hasta las costas peninsulares. La infraestructura de la que disponía la organización se sustentaba en semirrígidas que llevaban el hachís desde Marruecos a las costas o en pequeñas embarcaciones (incluso veleros y barcas pesqueras) que eran cargadas por una nave nodriza y que se encargaban de alijar la mercancía. A su Defensa le tocará echar por tierra estas tesis.
Los otros dos ceutíes que figuran en la causa, Lahasem A.A. y Rachid M.M. figuran como presuntos hombres de confianza de Mustafa y se trasladaban, según entiende la Fiscalía, a los lugares donde se recibiría la droga a fin de controlar y supervisar la recepción o recoger a otras personas para la comisión de hechos delictivos.
Otros de los imputados ejercían papeles complementarios. Así, en el banquillo tendrán que sentarse desde quienes recibían el hachís y se encargaban de repartirlo hasta quienes realizaban labores de contravigilancia a las fuerzas de seguridad o funcionaban como meros pilotos.  O incluso quienes se encargaban de la logística para coordinar, presuntamente, al resto de miembros de la organización.
Pues bien. Mantiene el Ministerio Público que los detenidos tenían relación con los dos alijos que, de forma consecutiva, interceptaron las fuerzas de seguridad en el año 2009. El primero fue en abril, cuando se pretendió la entrada de casi tres toneladas de hachís en un yate de recreo, el ‘Curbina’. En dicha embarcación viajaban los dos gibraltareños imputados en la causa además de un marroquí y un vecino de Málaga.  La embarcación fue detectada a 45 millas del Faro de San Sebastián. Los detenidos llevaban más de cuatro millones de euros en droga, bien repartidos en 104 paquetes que iban a ser alijados y distribuidos en el mercado vinculado al narcotráfico que se había organizado.
Un mes después, se produciría la segunda de las operaciones que el Ministerio Fiscal atribuye a los imputados. En esta ocasión el traslado se llevó a cabo en una semirrígida modelo ‘Cromtom’ de 13 metros de eslora y tres motores fuera borda. Hasta casi tres toneladas de hachís llegaron a  la zona de Las Salinas, cerca del pantalán del Real Fernando, en Sanlúcar de Barrameda.
Otros cuatro millones de euros en droga intervenidos por las fuerzas de seguridad y segunda mazazo importante a la organización cuyo funcionamiento era seguido de cerca por la Policía Nacional que estaba investigando con la coordinación de distintas Jefaturas, entre ellas la de Ceuta y su unidad dedicada a la persecución del tráfico de narcóticos. Poco después se practicaron registros domiciliarios procediéndose al decomiso de armas y dinero en metálico en las viviendas de varios de los imputados en esta causa. Así también se procedió a la intervención de hasta cuatro vehículos, un Audi A3, un BMW y dos Opel Astra. Según las investigaciones policiales practicadas, los coches estaban a titularidad de otros individuos que ejercían el papel de testaferros para evitar su vinculación con las personas que realmente los empleaban.
Para la Fiscalía está clara la existencia de un ramillete de delitos que comprenden desde el tráfico de drogas con los agravantes de existencia de organización y notoria importancia, hasta la tenencia ilícita de armas o la falsificación documental.
En base a estos hechos, la Acusación ha presentado un informe provisional con penas que comprenden desde los 5 años de prisión hasta los poco más de seis, según el papel que le atribuye a los detenidos. ¿Y cómo les afecta dichas peticiones a los tres ceutíes relacionados con la causa? Lo hace en distinto grado.
A Mustafa M.M. se le acusa de un presunto delito contra la salud pública con la agravante de pertenencia a una organización y la extrema gravedad de ser considerado uno de los cabecillas. A los otros dos se les vincula con el mismo delito en su condición de extrema gravedad por uso de embarcación y extrema cantidad. Al primero se le pide 6 años y 9 meses de cárcel, mientras que para los otros dos ceutíes imputados las penas se fijan en 6. Entre las pruebas solicitadas por la Fiscalía figuran una hilera de testificales de distintos agentes de la Policía Nacional y Benemérita además de Vigilancia Aduanera, amén de la reproducción de las escuchas que fueron efectuadas a través de pinchazos telefónicos a los implicados en esta causa y sobre los que llevaban trabajando las fuerzas de seguridad desde hacía años.
La operación que ahora llega hasta la Audiencia deja tras de sí cuantiosos titulares en prensa, después de que el Ministerio de Interior difundiera los detalles del operativo. Este operativo vino a ratificar las tesis que desde hacía años había estado defendiendo la Policía: el traslado del negocio del narcotráfico a la península. Ceuta aparecía en las ramificaciones de estos grandes operativos que movían la droga desde Marruecos hacia las costas peninsulares directamente.
Los rescoldos de la mítica ‘Operación Marinas’, con la que Vigilancia Aduanera y Guardia Civil desmantelaban la base de testaferros de la que se servían los narcotraficantes en pleno corazón de Ceuta (en el puerto deportivo), se dejaban notar. Las investigaciones de los grupos antidroga en Ceuta se centraron en esta época más en los desembarcos de grandes cantidades de hachís que se dieron en el sur y en los que estaban implicados ceutíes. Los grandes decomisos, salvo excepciones, no se ejecutaron en la ciudad sino que tomaron como escenario ese otro sur peninsular en donde se recibían los grandes cargamentos de droga y en cuyas operaciones participan ceutíes. Los controles del negocio del narcotráfico se llevaron desde zonas del sur peninsular y Marruecos, contando con apoyo de los enlaces ceutíes.
Según informe de Vigilancia Aduanera, de cada 11 gomas (lanchas rápidas) que transitan con estupefacientes en el río Guadalquivir se intercepta una (10 por ciento). Algunas llevan unos 100 fardos: de 3.000 kilos a 3.500 en cada una.

Las claves de esta historia

Los acusados
De distintos puntos y tres de Ceuta
En la causa figura la imputación sobre trece personas. De ellas dos son de Gibraltar, pero también hay marroquíes, tres ceutíes además de vecinos de Málaga, Sanlúcar de Barrameda y el Puerto de Santa María. Las fuerzas de seguridad realizaron seguimientos sobre todos ellos, existiendo multitud de escuchas telefónicas con las que se avala la existencia de una presunta organización dedicada al tráfico de estupefacientes.
Agravantes
Organización y notoria importancia
Fueron dos grandes alijos los intervenidos por las fuerzas de seguridad entre abril y mayo de 2009. Entre ambos superan las cuatro toneladas de droga, de ahí que en la petición de delitos presentados por la Fiscalía se haga mención tanto a la elevada cantidad de droga como a la existencia de una organización y al uso de semirrígidas.

Estructura
Distintos perfiles y una mujer
A los imputados en la causa se les atribuyen distintos perfiles, desde quienes son considerados jefes de la organización hasta los hombres de confianza, los gomeros o los encargados de alijar la droga. De entre todos los imputados figura solo una mujer, a la que se atribuyen labores de contravigilancia a las fuerzas de seguridad, además de ser la que presuntamente recogía y trasladaba a miembros del grupo siendo incluso gomera en algunos trasbordos.
Distintas fases
Investigación judicial y policial
En el escrito de calificación del Ministerio Fiscal se hace mención a las distintas fases seguidas en esta operación. En abril se produce el primer decomiso  de casi tres toneladas, en mayo hay otro similar y en julio se producen registros en varios domicilios  en los que se hallan armas y documentaciones falsificadas. Algunos de los imputados son reincidentes.