5.00 horas. El recinto ferial empieza a perder la figura dibujada durante los seis últimos días. Las casetas de los jóvenes se empeñan en apurar los últimos momentos de las fiestas 2016 ante la atenta vigilancia de las fuerzas de seguridad. Frente a ellas, los feriantes desmontan como si de un juego de Lego se tratara lo que hasta hace unas horas daba forma al tren de la bruja, el canguro o los coches de choque. Las luces se apagan, es el momento elegido por quienes buscan el ‘pasaporte’ a la península. Jóvenes desesperados capaces de esconderse en huecos que siguen sorprendiendo a los propios agentes. A pie de puerto, Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Portuaria convierten la zona previa al embarque en un auténtico búnker. En el primer filtro agentes de la UPR, que cuentan con apoyo de canes especialistas y de dos policías de Portugal desplazados a Ceuta como parte del dispositivo de la Operación Minerva. En el segundo filtro, componentes de la Benemérita que disponen de una máquina especializada en la detección de latidos del corazón, constituyendo un ‘arma’ casi infalible a la hora de evitar los embarques clandestinos. Y entre uno y otro filtro, agentes de la Policía Portuaria quienes, además, se encargan de vigilar el entorno del puerto ya que los inmigrantes que acostumbran a ocultarse en las escolleras ven en el tránsito de los camiones la oportunidad para colarse. “Nosotros hemos revisado bien, pero es que pasamos por la rotonda y están ahí, esperando para saltar al camión”, espeta una feriante mostrando su malestar por el ‘acoso’ al que, dicen, se ven sometidos. No han dado las 9.00 horas cuando empiezan las detenciones. En hora y media casi 20. En un solo camión la Policía encontró hasta ocho. “Pues lo hemos revisado bien”, se lamenta su responsable. Entre los cacharritos para niños se ocultan los magrebíes. Algunos, reacios a salir, obligan a que un agente del CNP tenga que introducirse entre los amasijos de hierro para instarles a que lo hagan. Se esconden debajo de lonas, entre huecos... a temperaturas insoportables. “Han estado toda la noche vigilándonos, a uno de éstos lo hemos echado varias veces. Tenemos cuidado, pero no podemos tener ojos en la nuca”, se lamentaba, nervioso, el feriante. La Policía tuvo que obligarles a desmontar de nuevo la atracción para sacar a más indocumentados que se negaban a salir. Una decisión acertada ya que, de esta manera, se localizó a otros tres escondidos en recovecos impracticables a simple vista. El registro de otro camión, el de ‘La Selva’, dejó nuevos arrestos. Hasta cuatro inmigrantes se escondían entre los animales salvajes sobre los que disfrutaron los más pequeños días atrás. Los ladridos del can del CNP sirvieron de advertencia para ‘marcar’ la existencia de más personas, pero fue la pericia de los policías la que permitió llegar a todos los huecos, obligando a sus agentes a tener que arrastrarse, trepar a los techos o registrar, linterna en mano, hasta debajo de las lonas para dar con los sin papeles. En otro camión fueron encontrados seis inmigrantes, entre ellos una mujer, la única localizada en el día de ayer. Dentro del vehículo había colchones y mantas, síntoma de que su ocultación había sido más preparada. In situ se procedió al arresto de un empleado por presunta connivencia en el pase ya que estaba dentro de la carga con los inmigrantes. Durante todo el día llamó especialmente la atención la cantidad de inmigrantes que era hallada dentro de un solo camión ferial (en uno 8, en otro 6, en otro 4...) lo que obligaba a los agentes a advertir a los feriantes de que era su obligación tener más cuidado. “Se te puede colar uno, pero 8...”, le recriminaba de forma seria un mando a los responsables de una atracción repleta de inmigrantes. Mientras, a tan solo unos metros de este primer control, la Guardia Civil blindaba el segundo, ayudada de una máquina capaz de detectar los latidos del corazón. Los canes del Servicio Cinológico y los propios agentes hacían su inspección inicial que después remataban con esta máquina a la que resulta harto difícil engañar. La ‘Operación Feriante’ cumple el papel debido, que no es otro que evitar la entrada en la península de hombres y mujeres que incluso rompen a llorar, derrumbados, tras ver que su pase, organizado o basado en el puro azar, ha quedado truncado. Cada año resulta más complicado burlar los controles que empiezan, días atrás, con un mayor registro en la frontera del Tarajal y con un cierre prácticamente completo del espacio portuario destinado al embarque. El delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, valoraba en el propio puesto de control los resultados del dispositivo, ensalzando la buena coordinación entre todas las fuerzas de seguridad para hacer posible la detección de una amplia mayoría de indocumentados. Han sido claves no solo los controles llevados a cabo a pie de puerto sino también los previos, es decir, lo que se han ido ejecutando poco antes de la finalización de las fiestas para reducir las entradas por el paso fronterizo. Cucurull llegó unos minutos antes de la una de la tarde al puesto del Cuerpo Nacional de Policía, en el Muelle de la Puntilla, para, posteriormente, acudir a las cercanías de la sede de la Compañía Fiscal de la Benemérita, en donde estaba el segundo control ejercido por parte de la Guardia Civil. En su comparecencia ante los medios de comunicación explicó que al margen de la veintena de detenidos esa misma mañana, a lo largo de la Feria habían sido rechazados 48 ciudadanos magrebíes. En relación con el descenso que durante los últimos años se ha producido en el número de inmigrantes detenidos dentro de la Operación Feriante en comparación con otras épocas donde incluso se han llegado a superar los 300, sentenció que entendía que esta circunstancia se debía al cambio en el propio operativo, ya que era el segundo año en que no se hacía un filtro previo en la misma salida de la Feria y que la Policía Local era el Cuerpo encargado de acompañar a las atracciones hasta el puerto, “puesto que en el trayecto hasta aquí hay posibilidad de que alguno se introduzca en alguno de los camiones”, reconoció. Quiso felicitar a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policía Local y Policía Portuaria por el trabajo desarrollado a lo largo de esta jornada, así como durante los días en que habían durado los festejos patronales. El delegado del Gobierno estuvo acompañado durante su visita a la zona portuaria por el coronel de la Guardia Civil, José Luis Gómez Salinero, el segundo jefe del Cuerpo Nacional de Policía, Daniel Salgado, y el presidente de la Autoridad Portuaria, José Torrado, de quienes recibió las oportunas explicaciones sobre cómo estaba transcurriendo el operativo.
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