“La Escuela Superior de Hostelería es algo vital para aportar calidad”

Ha estimado que hay que darle “un giro” al paso fronterizo del Tarajal para facilitar la llegada de turistas marroquíes así como darle “más vida” al Parque Marítimo del Mediterráneo.
Se define como un enamorado de su ciudad, a la que defiende “a capa y espada”. Este ceutí, que es jefe de administración del Parador La Muralla desde 1976, está empeñado en que Ceuta sea un referente turístico, para lo cual estima que se tienen que explotar una serie de campos que todavía no se han explorado.
Defiende sus tesis desde su puesto de secretario de administración de la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT, bien desde su puesto como vice-coordinador de Los Verdes-Grupo Verde de Ceuta o bien desde su cargo como vicepresidente de la Asociación Virtual de Senderismo (AVISCE). Por todo ello, Jesús Gordillo es una persona muy conocida en este ámbito.
Ex jugador de fútbol, seguidor de la AD Ceuta y el Real Madrid, considera que la Escuela Superior de Hostelería, darle “más vida” al Parque Marítimo del Mediterráneo y segmentar la llegada de turistas son aspectos fundamentales para el desarrollo de este sector a nivel local.
–¿Es Ceuta una ciudad turística?
–Siempre he defendido a esta ciudad al más alto nivel y me gustaría que fuese turística y que estuviera abierta a todo tipo de actividades turísticas porque ingredientes y recursos naturales no nos faltan, pero hay que saber explotarlos.
–¿Por qué te has empecinado en el proyecto de la Escuela Superior de Hostelería?
–Porque pienso que es vital para la ciudad ya que si nos actualizamos podríamos ganar más terreno porque el turismo hay que relacionarlo con la calidad. Esa escuela podría proporcionar un personal muy preparado para darle la atención debida a los turistas.
–¿Qué haría falta para su puesta en marcha?
–La ubicación podría ser el antiguo Hotel Atlante en el Paseo de las Palmeras porque reúne todos los condicionantes por su situación, patrimonio cultural, aparcamientos y porque siempre ha funcionado como un hotel, aunque habría que reciclarlo en equipamientos y modernizarlo. No obstante, el edificio no es lo más importante ya que otro lugar sería el campus universitario para dar prestaciones a los alumnos, con lo cual también se autofinanciaría.
–¿Tan importante es esta iniciativa con vistas a la promoción del turismo?
–Sería importante porque supondría un hotel-escuela que funcionaría con monitores especializados en cada departamento porque habría muchas áreas como restauración, cocina, recepción, administración, lencería-lavandería, mantenimiento y relaciones públicas, entre otros. Cada departamento tendría entre quince y veinte alumnos y la formación sería como una universidad de hostelería.
–¿Y todo con qué fin?
–Para buscar la calidad porque la formación es igual a la calidad. Hay que tener en cuenta que el cocinero tiene que hacer un curso de 2.000 horas y el camarero oras 1.000 horas como mínimo, por lo que todo ésto aportaría a la ciudad formación y calidad.
–¿Habría demanda de alumnos?
–Siempre, no sólo de la ciudad sino también de la península y Marruecos porque en todos los sitios donde funciona hay overbooking en alumnado como ocurre en Cádiz, Churriana, Ciomijas o San Roque, es decir, no se trata de vender humo. Cada alumno que sale formado de la escuela tiene un puesto de trabajo seguro, principalmente en las grandes cadenas hoteleras como Paradores, Meliá, NH o Hilton.
–Pasando a otro aspecto ¿Qué papel juega la gastronomía en el turismo ceutí?
–España está apostando por la gastronomía y Ceuta tiene una rica y variada como dejamos constancia en el libro de los platos tradicionales que realizamos Juan José Gordillo, Juan Redondo y yo. Hay que resaltar la exquisitez de los platos, la frescura del pescado y el marisco así como la variedad de productos naturales, es decir, somos muy generosos a la hora de poner tapas y eso lo agradecen los turistas.
–¿Hay que explotar el paisaje?
–Sí, Ceuta es una ciudad luminosa, con una fotogenia que quisieran muchos y podemos explotarlo tanto como turismo rural como de los fondos marinos.
–¿Qué opinas del turismo marroquí?
–Hay que tener claro que si no vienen turistas no funcionará la hostelería y el comercio, pero no todos los turistas vienen de la península sino muchos son de Marruecos, por lo que habría que darle un giro a la frontera para facilitar el tránsito de estas personas.
–¿Qué papel juega el Parador La Muralla?
–Es el hotel emblemático donde llevo más de treinta y ocho años de mi vida y ahora afronta un año de reformas importantes para acondicionar las habitaciones, nuevo mobiliario y una rampa para minusválidos. Además, siempre está reciclándose en restauración y  calidad.
–¿Es una asignatura pendiente las pernoctaciones?
–Sí, hay que trabajar en este aspecto porque la clientela viene principalmente para trabajar y están de dos a tres días, por lo que las pernoctaciones son cortas.
–¿Es el Parque Marítimo el lugar por excelencia para el turismo?
–Sí, por lo que creo que no está aprovechado al cien por cien ya que no entiendo que esté cerrado de septiembre a mayo, es decir, debería tener actividades durante todo el año. En invierno los lagos se podrían aprovechar para cubrirlos de hielo y dar actividades para patinaje y traer atracciones que costarían más baratas que en verano, incluso muchos cantantes estarían al alcance de la mano en otras fechas que no fuesen el verano.
–¿Qué me dices de AVISCE?
–Pertenecemos a la Agenda 21 y entre los proyectos tenemos varios como la siembra y comercialización de aloe vera, la Escuela Superior de Hostelería, la recuperación de los salazones y la reforestación de los montes, entre otros. Son proyectos reales y que permitirían a Ceuta despegar de esta economía maltrecha que tenemos en estos momentos.
–¿Y de Los Verdes?
–Pienso que en las próximas elecciones podemos optar a tener representación en la Asamblea por la labor encomiable de Juan Redondo y de toda la directiva.
–¿Algo más?
–Sólo recordar que Ceuta tiene 300 días de sol y que hay fines de semana sin nada, por lo que hay que adoptar medidas para que no seamos una ciudad fantasma y existan actividades para el disfrute de los ciudadanos, los cuáles no se tendrían que ir a la península.